El grupo de los 144.000 aparece solamente
en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis. Según la Iglesia, este libro
se escribió a finales del siglo I, aunque no se incluyó en el Canon hasta
finales del siglo IV. La Iglesia Católica confirmó el Canon del Nuevo
Testamento en el año 397, en el Concilio de Cartago, aunque en el 393 lo había
decidido en el Concilio de Hipona. Se basó en la primera lista que existió de
esos libros, confeccionada por el obispo Atanasio de Alejandría en el año 367.
Tal lista la hizo pasar la Iglesia como que era del siglo II.
Atanasio se basó en los códices de Eusebio
de Cesarea, redactados en el primer tercio del siglo IV, aunque Eusebio incluía
como inspirados los libros El Pastor de Hermas y la Odas de Salomón. No se
conocen códices anteriores al tiempo de Eusebio. Los papiros cuya paleografía copió
la Iglesia entre finales del siglo IV y
principios del V los hizo pasar como de los siglos II y III para hacer creer
que los evangelios y epístolas eran del siglo I.
Siendo el caso que los 144.000 solamente
aparecen en un libro escrito, según se dice, a finales del siglo I, tenemos que
Jesucristo, los apóstoles y los primeros cristianos no conocieron la doctrina
de los 144.000 (no digamos si el libro se escribió en el siglo IV). Y si no la
conocieron, eso significa que tal doctrina no es esencial para el cristiano, ya
que los principales cristianos nada supieron de ella.
Los testigos de Jehová, o más exactamente,
su Cuerpo Gobernante, enseñan que los 144.000 son un grupo literal de ungidos
que están destinados a ir al cielo al morir y que desde allí gobernarán sobre
la Tierra con Jesucristo al frente.
En los primeros versículos del Apocalipsis
se lee que todo lo escrito en tal libro se dio en señales o símbolos. Quiere
decir que todo el Apocalipsis es simbólico y no literal. Simbólicos son, por lo
tanto, el Armagedón, los 144.000, la gran muchedumbre y la expresión de ‘la
muerte no será más’, que el Apocalipsis retoma de Isaías, quien hablaba en
términos puramente metafóricos o simbólicos, manifestando la alegría del pueblo
de Israel.
Vayamos a los 144.000 que el Cuerpo
Gobernante de los Testigos llama ungidos. La palabra ‘ungido’ significa
‘Cristo’. Cuando el Cuerpo Gobernante dice que hay 144.000 ungidos, en realidad
está diciendo que hay 144.000 cristos, más el Cristo principal. ¿Cómo sabemos
que estos 144.000 son simbólicos y no literales, aparte de que el Apocalipsis
menciona que el libro está escrito en señales o símbolos?
La primera vez que en el Apocalipsis se
menciona a los 144.000 es con relación a las tribus de Israel cuyos individuos
tenían que ser sellados. Estos 144.000 están a punto de entrar en la gran
tribulación, pero los ángeles están reteniendo la misma hasta que los 144.000
sean sellados. El número 144.000 es simbólico y representa la totalidad del
pueblo de Israel, a razón de 12.000 individuos de cada una de las 12 tribus. Aunque
las tribus de Israel eran literalmente 12 en términos generales, sin embargo en
realidad había 13 tribus, dado que la de José se escindió en dos: la de Efraín
y la de Manasés. La inclusión de José y la no inclusión de Dan en el listado
del Apocalipsis se debe indudablemente a un error del escritor.
Como el Apocalipsis se está expresando en
símbolos, emplea el número 12 para las tribus y los 12.000 individuos de cada
tribu son simbólicos, pues representan la totalidad de los que componen cada
tribu. El total de las 12 tribus es, pues, de 144.000 personas. 144.000 es el
número simbólico que representa la totalidad de los individuos del pueblo de
Israel.
Cuando estos 144.000 o totalidad de Israel
entran en la gran tribulación, salen de ella como ‘gran muchedumbre’, que nadie
podía contar. Evidentemente, salen menos de los que entraron. Si entró la
totalidad en la gran tribulación, de ella sale un número incontable de
personas. Por tanto, los 144.000 y la gran muchedumbre son los mismos y ambos
están delante del trono de Dios, es decir, en el mismo cielo. Pero este cielo
es también simbólico.
Rutherford se adelantó demasiado al declarar
en 1935 que la gran muchedumbre eran las personas que le escuchaban y que no
tenían esperanza de ir al cielo. Pero el Apocalipsis dice que la gran
muchedumbre sale de la gran tribulación. Y como la gran tribulación aún no ha
acontecido, quiere decir que esa gran muchedumbre está en el futuro, cuando los
144.000 o totalidad del pueblo entre en la gran tribulación y salga de ella
como gran muchedumbre incontable.
El Cuerpo Gobernante enseña que los 144.000
son hombres y mujeres, y están casados o solteros. Sin embargo en el
Apocalipsis leemos que los 144.000 son vírgenes, es decir, que no han tenido
contacto sexual y por ello se entiende que están solteros y no casados. Dice
además el Apocalipsis que los 144.000 ‘no se contaminaron con mujeres’ (TNM),
lo que significa que todos ellos son varones, es decir, varones solteros. Según
el Apocalipsis, los 144.000 serían todos varones ‘vírgenes’. El Cuerpo
Gobernante insiste en decir que esta parte de ‘vírgenes y no contaminarse con
mujeres’ es simbólica, en tanto que los 144.000 los considera literales; pero
tal cosa es imposible. O es simbólico todo el texto o es literal. Y el propio
Apocalipsis aclara que todo lo escrito es simbólico o dado en señales. Todo él
sin excepción.
Los 144.000, pues, son individuos
simbólicos que representan la totalidad del pueblo creyente antes de entrar en
la gran tribulación. Salen de ella como gran muchedumbre incontable y
posteriormente se les vuelve a denominar ‘los 144.000’ porque para entonces
componen la totalidad del pueblo ya en el santuario del templo, santuario donde
precisamente está la gran muchedumbre y que no es otra que el grupo de los
144.000 individuos simbólicos. No existe un grupo de 144.000 personas que
literalmente gobernarán sobre la Tierra, ni existe un grupo separado conocido
como ‘gran muchedumbre’. El reinado es también simbólico en este caso.
El Cuerpo Gobernante fracasó
estrepitosamente en la interpretación del Apocalipsis para nuestro tiempo. Por
eso tuvieron que rectificar varias veces, publicando hojas aparte, muchos
párrafos del contenido del libro ‘Apocalipsis… su culminación’, de la Watch
Tower. La no aceptación de la interpretación del Apocalipsis que daba el Cuerpo
Gobernante era motivo de expulsión por apostasía. Al final es el Cuerpo Gobernante
el apóstata de sus propias doctrinas apocalípticas, como señalan incluso
algunos ancianos.
Hay teólogos que no entienden cómo el
Apocalipsis fue incluido por la Iglesia como libro inspirado en el Nuevo
Testamento, dado que Jesucristo, los apóstoles y los primeros cristianos nada
supieron de los 144.000. Jesucristo, según está escrito al final del libro de
Mateo dijo que se enseñara todo lo que él había mandado. Y la doctrina de los
144.000 no mandó enseñarla. En realidad
es una doctrina extraña, incorrectamente interpretada por los testigos de
Jehová y otros grupos protestantes.
La Iglesia Católica lo interpreta desde la
perspectiva de que cree ser la sucesora de los apóstoles y el cielo sería en
este caso la propia Iglesia, tal como los 144.000 serían la totalidad simbólica
de los obispos y los sacerdotes, los cuales reinan sobre los fieles de esa
Iglesia. El Apocalipsis se entiende mejor desde la perspectiva de la Iglesia
porque en realidad fue escrito por un miembro de la Iglesia, probablemente
Eusebio de Cesarea, cuando tal Iglesia se estaba creando en los tiempos del
emperador Constantino.
El que escribio el libro de Apocalipsis, se dio duro con LSD
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