(Traducción del libreto de John Power)
La Biblia no dice que el esclavo
fiel y discreto aparecería en el siglo XX
(1)
La alusión al ‘esclavo fiel y discreto’ que figura en los evangelios se
trata de una parábola y no de una profecía. El ‘esclavo fiel y discreto’ es
cada uno de los cristianos en tanto lleva a otros el mensaje evangélico. No es
lógico esperar casi veinte siglos a que apareciera tal esclavo, cuando el
cristianismo rige desde el mismísimo primer siglo, según lo que está escrito.
El Cuerpo Gobernante defendía antes que el esclavo fiel y discreto
apareció en el año 33, lo cual sería más lógico que defender lo que actualmente
sustenta, a saber, que el esclavo fiel y discreto es el Cuerpo Gobernante de
los testigos de Jehová, que ahora enseña que tal esclavo fue nombrado por
Jesucristo en 1919. Antes enseñaba que en 1919 el esclavo que venía del primer
siglo fue nombrado sobre los bienes terrestres del amo Jesucristo.
Sin embargo en 1919 no existían los testigos de Jehová, movimiento que
fue creado por Rutherford en 1931, cuando cambió el nombre a poco más del 25%
de los Estudiantes de la Biblia que no habían abandonado el grupo entre 1926 y
principios de 1927, cuando constataron que en 1925 ni habían resucitado los
patriarcas de la antigüedad ni vino el Armagedón, como se predicaba
intensamente a través de la publicación ‘Millones que ahora viven no morirán
jamás’.
El actual Cuerpo Gobernante enseña que Jesucristo nombró como su esclavo
fiel y discreto a la junta directiva de la Watch Tower en 1919. Pero, dado que
el Cuerpo Gobernante no forma parte ya de la junta directiva de dicha sociedad
mercantil, según declaró el miembro Gerrit Losch ante el juez que le preguntaba
si tenía algo que ver con la Watch Tower, no tiene razón de ser decir que el
Cuerpo Gobernante es el esclavo fiel y discreto. Si no forma parte de la junta
directiva de la sociedad, está claro que tampoco puede ser el precitado esclavo
fiel y discreto.
La razón de cambiar el entendimiento de la identidad del esclavo fiel y
discreto, que antes se predicaba que venía desde el año 33 y ahora que desde
1919, está en que Russell no contactó con ningún esclavo fiel y discreto que
hipotéticamente venía del siglo primero.
Si realmente existía una línea del esclavo que venía del siglo primero,
esa línea continuaría en funciones en nuestro día, aunque no se sepa quiénes la
componían. Pero Russell apareció en los años setenta del siglo XIX y comenzó a
predicar él solo, sin haber contactado con el supuesto esclavo. Por tanto
existían dos líneas de esclavos fieles y discretos: la que venía del siglo
primero y la de Russell.
Como eso no podía ser, el Cuerpo Gobernante cambió la doctrina y aduce
hoy que Russell no era o no formaba parte del esclavo fiel y discreto, lo que
significa que tampoco sería ungido. De ahí que ahora enseñe que el esclavo fue
nombrado en 1919 y que tal esclavo era la junta directiva de la sociedad
mercantil Watch Tower.
Los primeros cristianos no estaban bajo la junta directiva de una
sociedad mercantil, sino que funcionaban mediante congregaciones supuestamente
dirigidas por los apóstoles y guiadas por el Espíritu Santo. El apóstol Pablo,
por ejemplo, servía en la congregación de Antioquía y desde esta congregación
salió a ejercer su apostolado por las naciones. No fue enviado por una supuesta
junta directiva o cuerpo gobernante de apóstoles de Jerusalén. Con todo, los
primeros cristianos no servían a una entidad mercantil, bajo la cual están hoy
los testigos de Jehová y el Cuerpo Gobernante.
Aunque el Cuerpo Gobernante afirme que en el año 2000 se separó de la
Sociedad Watch Tower, la realidad es que los testigos de Jehová trabajan
gratuitamente para dicha Sociedad en la impresión y distribución de los
millones de piezas de literatura y en las granjas que también son atendidas
gratuitamente por testigos de Jehová, a cambio, por supuesto, de la manutención
y alojamiento, lo cual supone un gasto mínimo. Si la Watch Tower tuviera que
pagar sueldos no podría sostenerse.
Por otro lado, los quinientos accionistas de la Watch Tower, cada uno de
los cuales participa con 10 dólares de capital social, son todos testigos de
Jehová. Estos accionistas se reúnen una vez al año en Nueva York, en el
suntuoso Teatro Stanley, propiedad de la organización de los Testigos.
Así pues, la Sociedad Watch Tower y los testigos de Jehová continúan
estrechamente unidos como un solo grupo, a pesar de la separación legal que
consta en el papeleo oficial. Y es que la Watch Tower, aunque invierte grandes
sumas de dinero en hedge funds, que son unos fondos de inversión únicamente
aptos para los grandes capitalistas del mundo, mal puede sostenerse si no es
regularmente sustentada con las aportaciones monetarias y la dedicación laboral
no retribuída de los testigos de Jehová. El día que los testigos de Jehová
dejen de aportar fondos y mano de obra para la mercantil Watch Tower, es
indudable que ésta se viene abajo.
De hecho el volumen de literatura que la Watch Tower imprime se ha
reducido drásticamente, sobre todo La Atalaya, que es precisamente el órgano
oficial de la organización de los testigos de Jehová. Nos informan los
contactos de la central mundial de los Testigos de que en breve se reducirán
aún más las tiradas de las revistas, que probablemente serán trimestrales o
cuatrimestrales, cuando en otros tiempos eran quincenales. (Continúa).
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