(Traducción del libreto de John Power)
La Biblia no dice que al rey de Babilonia se le
pidieron cuentas en el año 537 a.e.c.
En Jeremías 25:12 se lee que, en
cumpliéndose setenta años, se le pedirían cuantas al rey de Babilonia. El
Cuerpo Gobernante enseña que los setenta años se refieren al destierro de los
judaítas en Babilonia y que por tanto las cuentas se le pidieron al rey en el
537 a.e.c., cuando supuestamente salieron del cautiverio.
Sin embargo en el 537 a.e.c. ya no existía
el rey de Babilonia. Había dejado de existir en el 539 a.e.c., cuando Ciro
conquistó Babilonia. Quiere decir que las cuentas se le pidieron al rey en el
539 a.e.c., ya que pedirle cuentas a un soberano significa que no va a reinar
más. Entonces los setenta años se cumplieron en el 539 a.e.c.
Este lapso de setenta años no se refiere al
tiempo que pasaron cautivos los judaítas, sino al tiempo que Babilonia duró
como imperio absoluto tras terminar de conquistar Asiria, lo cual aconteció en
el 609 a.e.c. con la toma de la ciudad de Harrán.
El versículo anterior, el 11, dice que
todas las naciones habrían de servir al rey de Babilonia durante setenta años.
No dice el versículo que los judaítas habían de estar setenta años desterrados,
que es lo que enseña el Cuerpo Gobernante. Jeremías se refiere a todas las
naciones que antes estaban bajo el dominio de Asiria y ahora lo estaban bajo el
de Babilonia. Jeremías habla de servidumbre, no de destierro. Y la nación de
Judá, que antes servía al rey de Asiria mediante pagarle el tributo
correspondiente, ahora, al conquistar Babilonia a Asiria, estaría bajo el
dominio de Babilonia. Por tanto la nación de Judá tendría que pagar el tributo
a Babilonia y acatar las leyes de los conquistadores.
Puesto que los reyes de Judá se rebelaron
contra Babilonia, por esa razón Nabucodonosor se llevó al destierro a los
habitantes de Jerusalén, primero en el año 7-8 de su reinado, después en el
18-19, en que arrasó Jerusalén, y posteriormente en el año 23. Si Judá se
hubiera sujetado a Babilonia tal como lo hacían otras naciones, está claro que
Nabucodonosor no hubiera arrasado la ciudad y el templo y no hubiera llevado a
nadie al destierro.
Dado que los 70 años no concluyeron en el
537 a.e.c., sino en el 539 a.e.c. -y se refieren a la duración del imperio
babilonio tras la toma de Harrán-, no es posible llegar al 607 a.e.c. como el
año del arrasamiento de Jerusalén. Y sin la fecha del 607, no es posible
alcanzar la de 1914.
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