Lo escrito a continuación es recopilación
de las entrevistas periodísticas mantenidas con varios exegetas católicos,
personas profundamente versadas en las materias de Teología, Patrística,
Historia de la Iglesia y Sagrada Escritura.
En la constelación de Orión hay tres
estrellas muy brillantes que forman el llamado ‘cinturón de Orión’. Los nombres
de estas estrellas son: Alnitak, Alnilam y Mintaka. En la antigüedad se las
conocía como ‘los tres reyes’.
Al llegar la fecha del 25 de Diciembre
estas tres estrellas van precedidas por la estrella Sirio, más brillante, y aquéllas
se alinean con ésta apuntando al nacimiento del Sol, de nordeste a sudoeste de
la bóveda estrellada.
El escritor del evangelio de Mateo, evangelio
que no es obra del apóstol galileo Mateo como bien sabe la propia Iglesia, tomó
de la astronomía esta escena y escribió que ‘tres magos que venían de Oriente
iban precedidos por una estrella en dirección al lugar donde nació Jesús’. A
Jesús se le considera el Sol de la Justicia y la Verdad.
Esa parte del evangelio de Mateo, así como
del de Lucas relativo al Nacimiento del Mesías, no existía en los evangelios
primitivos. Fue añadida más tarde por eclesiásticos católicos desconocidos, tal
vez por Jerónimo cuando produjo la Vulgata.
Los cuatro evangelios principiaban con la
predicación de Juan el Bautista en el desierto y no conocían los capítulos uno
y dos de Mateo y de Lucas, ni los dieciocho primeros versículos del evangelio
de Juan. Tales capítulos y versículos son producto posterior.
Siendo el tema del nacimiento de Cristo
materia importantísima en la Iglesia, no se entiende cómo los escritores de los
evangelios de Marcos y Juan no lo mencionan. No lo mencionan porque sus
escritores desconocían tal nacimiento. El apóstol Pablo, que escribió sus
epístolas (o que a él fueron atribuídas) antes que aparecieran los evangelios,
nada dice acerca del nacimiento de Cristo. Si este nacimiento es de la máxima
importancia, no se entiende cómo Pablo no habló de él.
El códice más antiguo del Nuevo Testamento,
el ‘Sinaíticus’, que los especialistas afirman que es de antes de mediados del
siglo IV y pudiera ser uno de los cincuenta códices escritos a petición del
emperador Constantino por Eusebio de Cesarea, no menciona el Nacimiento. Si en
dicho Códice aparece alguna referencia a él es porque se añadió a partir del
siglo VII. También se han descubierto en este Códice (gracias a los rayos
ultravioletas) miles de raspaduras con un texto diferente encima de ellas, con
el fin de adaptar el nuevo texto a la Vulgata Latina de Jerónimo de Estridón
(San Jerónimo), escrita cerca de finales del siglo IV por orden del obispo de
Roma Dámaso.
Jerónimo escribe que para producir su
Vulgata utilizó uno de los códices de Eusebio, además de las traducciones
latinas que del mismo existían y que mejor le parecieron. Jerónimo no usó
códices o papiros anteriores porque no existían en su tiempo. Eso indica que
los papiros atribuídos a los siglos II y III fueron producidos entre finales
del siglo IV y principios del V y la Iglesia los hizo pasar por más antiguos.
Tales papiros son traducción al griego de los textos latinos de Jerónimo y no
siguen la línea del Códice Sinaíticus, más antiguo. Todos los papiros están de
acuerdo con la tardía Vulgata, mas no con el Sinaíticus, siendo el caso que
éste se escribió antes que aquella.
Se estima que Jerónimo incluyó los pasajes
del nacimiento de Cristo, así como los de la resurrección y apariciones.
Curiosamente los cuatro evangelios habrían terminado con la colocación de
Jesucristo en la tumba, como puede comprobarse leyendo los textos, de la misma
manera que los cuatro comenzaban con la predicación del Bautista.
Así, pues, la leyenda de los tres magos es
una alegoría a los tres reyes o estrellas del cinturón de Orión, que el 25 de
Diciembre y precedidas por la brillante estrella Sirio, señalan al nacimiento
del Sol. Su añadidura en el evangelio de Mateo es tardía, así como todo lo
relativo al nacimiento de Cristo, tanto en el evangelio atribuído a Mateo como
en el atribuído a Lucas.
Los protestantes se separaron de la Iglesia
católica en el siglo XVI y toman la Biblia al pie de la letra como Palabra de
Dios, sin haberse parado a investigar que el Nuevo testamento es producto
íntegro de aquella Iglesia y que sus textos han sido retocados por esa Iglesia
a través de los tiempos.
Quería saber que opinión le merece el Papiro de Ipuur Demuestra que Isrrael estuvo en Egipto?
ResponderEliminarNo existe gran información acerca del papiro de Ipuur, que se conserva en Leiden (Holanda). Se dice que fue traducido del antiguo idioma egipcio en los primeros años del siglo XX y que el psiquiatra y escritor Inmanuel Velikovsky dio con él hacia 1940 y lo promovió. Se cree que tiene unos 3.500 años de antigüedad, aunque hay críticos que sostienen que puede ser una falsificación, dado que es difícil que el papiro se conserve tanto tiempo.
EliminarSuponiendo que el papiro sea real, en él no se habla de que Israel estuvo cautivo en Egipto y no menciona las plagas de las que informa el libro de Exodo. Pudiera ser que el escritor del Exodo tuviese conocimiento de que en Egipto hubo un tiempo de grandes dificultades en que hasta las aguas aparecieron una vez del color de la sangre y esto le inspirara para escribir lo que escribió en la Biblia. La historia antigua nada menciona de hebreos en Egipto ni de plagas ni del propio éxodo de los israelitas.
El papiro habla de que los egipcios construyeron las pirámides. Si se refiere también a la pirámide de Keops, esta mención estaría fuera de lugar, ya que el Egipto de hace 3.500 años no tenía instrumentos apropiados para tal construcción y hoy día se estima que esa concreta pirámide pudiera tener muchos más años de antigüedad y que los egipcios la habrían conocido como tal y la habrían adoptado como una tumba real. Todo es especulación, por supuesto, y nada se puede afirmar o negar.
Hay papiros médicos egipcios datados con más de 3.500 años de antigüedad.
ResponderEliminarEl papiro de Lahun está datado alrededor de 1.800 ac, el papiro de Edwin Smith del 1.600 ac y el papiro Ebers del 1.550 ac.
Unos restos arqueológicos y unas inscripciones jeroglíficas halladas en una cantera de alabastro cerca del valle del Nilo han permitido a un equipo de arqueólogos descubrir cómo los antiguos egipcios transportaban grandes bloques de roca en la época de la construcción de las pirámides.
El egiptólogo Roland Enmarch, experto en inscripciones de la Universidad de Liverpool, dijo a Efe que la cantera de alabastro fue explotada en la misma época en la que fue edificada la Gran Pirámide de Keops, faraón de la IV Dinastía (2550 a.C. a 2527 a.C.). Es decir, hace unos 4.500 años, 1.000 años antes que la datación del papiro de Ipuur.
Se puede leer esto sobre las coincidencias entre las plagas del Éxodo y las descritas en el papiro de Ipuur:
https://www.google.com/amp/s/opentheword.org/2017/06/17/un-antiguo-papiro-habla-de-las-plagas-del-exodo-desde-una-perspectiva-egipcia/amp/