La fecha de 1914… ya se conocía como la
del Armagedón cerca de un siglo antes de que aparecieran los testigos de Jehová
La fecha de 1914 se dice que sale de añadir 2.520 años al 607 a.e.c. Sin
embargo las fechas del 607 a.e.c. y 1914 tal como se conocen actualmente fueron
implantadas en 1943, como se lee en el libro ‘La verdad os hará libres’, de la
Watchtower. Hasta entonces y durante 67 años se creía y pregonaba que la
presencia de Jesucristo en el cielo había acontecido en 1874 y se estimaba que Cristo
había sido hecho rey en 1878.
Por supuesto, en 1919 nada de especial se sabía de 1914, salvo que fue
el año de la Primera Guerra Mundial y que Russell había estado predicando el
año 1914 como el del Armagedón, aunque el Armagedón no vino y el año 1914 quedó
sin efecto hasta 1943. En 1919 nada significaba el año 1914, como se demuestra
por la historia de los Estudiantes de la Biblia, ya que los testigos de Jehová
no existían como grupo en aquel tiempo.
Todo lo relativo al año 1919 (el nombramiento del esclavo fiel y
discreto sobre los bienes del Amo) fue establecido con carácter retroactivo por
Rutherford, el presidente de la Watchtower, tan tarde como en 1927, algo que
apareció inesperadamente en la Atalaya del 15 de Febrero de aquel año y que
causó estupor entre los Estudiantes de la Biblia. Para entonces, desde 1926, había
abandonado las filas más del 70% de esos Estudiantes, como se detecta por el
Anuario de 1928, comparado con el del año 1926.
El Anuario de 1926 recoge que unos 90.000 Estudiantes de la Biblia
participaron de los emblemas del pan y el vino en 1925. Y el Anuario de 1928 informa
de que en 1927 solamente hubo poco más de 23.000 participantes. En ese tiempo
todos los Estudiantes de la Biblia se consideraban ungidos y por eso
participaban de los emblemas. La diferencia entre los participantes de 1925 y
los de 1927 fue abismal. Para 1927 había desaparecido más del 70%. Los que
servían en el Betel central hablaron durante años de esta insólita y aparatosa
estampida de Estudiantes de la Biblia.
La predicación de la fecha de 1914, aunque bajo el concepto de fecha del
Armagedón, es de un siglo (año 1844) antes de 1943. Y por supuesto, cerca de un
siglo (87 años) anterior a la aparición de los testigos de Jehová en 1931.
El nombre de testigos de Jehová se le dio al 27% de los Estudiantes de
la Biblia que no había abandonado la organización cuando no se cumplió lo
profetizado por Rutherford para 1925, es decir, la resurrección de los antiguos
patriarcas, el Armagedón y el establecimiento del Paraíso en la Tierra, lo cual
se llevaba predicando masivamente durante siete años.
Todos los testigos de Jehová eran ungidos entre 1931 y 1935. En 1935 Rutherford
estableció que muchos de los ungidos eran en realidad miembros de la gran
muchedumbre de la que habla el Apocalipsis, aunque el Apocalipsis indica que
hasta después de la gran tribulación no aparece la gran muchedumbre. De hecho la
gran muchedumbre es la que sale de la gran tribulación y es aquí donde se
menciona por vez primera el nombre de ‘gran muchedumbre’. Pero Rutherford, que en cuestiones bíblicas
era bastante lego, adelantó inexplicablemente el acontecimiento a 1935 porque
se dio cuenta de que el número de 144.000 ungidos literales no tardaría en
sobrepasarse.
Rutherford no se percató de que el Apocalipsis es un libro simbólico y
no literal, tal como indica el propio libro cuando especifica que la revelación
se le dio a Juan en señales o símbolos. Por tanto los 144.000 son un número
simbólico y representa la totalidad del pueblo de Dios (12.000 x 12 tribus
simbólicas).
Si las tribus son simbólicas, está claro que el número 144.000 aplicado
a las mismas también es simbólico. Por cierto que el Apocalipsis comenzó a ser
incorporado al Canon de la Biblia por la Iglesia Católica en el año 367, según
la lista de los libros del Nuevo Testamento que había confeccionado el obispo
Atanasio, nombrado como tal por el emperador Constantino, quien creó el cuerpo
del episcopado en el año 312 y mantuvo con los obispos su primera reunión en el
313, en la ciudad de Areles (hoy Arlés, Francia).
Está demostrado que Rutherford, cuando dividió a los cristianos en
ungidos y en gran muchedumbre, fue víctima de un grave error de entendimiento imposible
de subsanar en la actualidad, pues de otra manera se vendría abajo la doctrina totalmente
errónea de que hay dos clases de cristianos: los ungidos y los de la gran
muchedumbre.
Los de la gran muchedumbre no eran considerados en los años treinta y
posteriores como testigos de Jehová, sino que se les llamaba ‘jonadabs’. A día
de hoy en realidad solamente continúan siendo testigos de Jehová los que se
dicen ungidos o israelitas espirituales, tal como únicamente eran testigos de
Jehová los israelitas naturales de la antigüedad.
La fecha de 1914 es también 32 años anterior al tiempo en que Russell
comenzó a predicar cuanto le había transmitido el adventista Barbour en 1876,
pues fechas y doctrinas no son originarias de Russell, sino de los adventistas
y otros religiosos anteriores. Russell era demasiado joven (23 años), no tenía
el suficiente conocimiento bíblico y no hizo más que repetir y lanzar fogosamente
lo que había oído a Barbour, sin detenerse a considerar si lo oído era bíblico
o no.
Barbour le transmitió a Russell, entre otras, la fecha del 606 a.e.c.
como el año de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor y el año 1874 como
el de la presencia invisible de Jesucristo en el cielo. Russell no investigó acerca
de la veracidad de las fechas y doctrinas que le transfería el adventista. Si
hubiera investigado imparcialmente, habría descubierto que fechas y doctrinas de
ninguna manera eran bíblicas, al igual que tampoco eran bíblicos los 2.520 años
solares aplicados a los siete tiempos del profeta Daniel.
Esos 2.520 años solares fueron inventados caprichosamente por John
Aquila Brown en 1823 y los escrutadores posteriores tomaron esos 2.520 años
como bíblicos cuando en realidad no lo eran, a pesar de que el Cuerpo
Gobernante de los testigos de Jehová se aferra hoy a que la Biblia habla de
esos 2.520 años, aun sabiendo que no es cierto, sino que se trata de una
descabellada teoría de Brown que Russell aceptó a ciegas de boca de Barbour.
Barbour tomó las fechas 606 a.e.c. y 1914 del libro ‘Horas del
Apocalipsis’, publicado en 1844 por el escrutador bíblico Edward Bishop
Elliott, que fue el primero en afirmar que los siete tiempos de Daniel se
extendían del 606 a.e.c. a 1914. Elliott calculó mal los 2.520 supuestos años
de duración de los siete tiempos de Daniel, ya que entre el 606 a.e.c. y 1914
solamente median 2.519 años.
Para Elliott el año 606 a.e.c. fue el de subida al trono de
Nabucodonosor, no el del arrasamiento de Jerusalén, que se estimaba en el 587
a.e.c., ya que los historiadores demostraban que Nabucodonosor había comenzado
a reinar en el 605 a.e.c. y fue contra Jerusalén en el año 18 de su reinado.
Elliott aceptó la fecha del 606 a.e.c. del libro ‘Primer elemento de la
sagrada profecía’, publicado en 1843 por el teólogo inglés Thomas Rawson Birks.
Este Birks decía que el 606 a.e.c. era el año de subida al trono de
Nabucodonosor, en tanto que los historiadores afirmaban que el año de ascenso
de Nabucodonosor fue el 605 a.e.c.
Hubo teólogos y escrutadores bíblicos que, leyendo Jeremías 52:12, que
dice que Nabucodonosor destruyó Jerusalén en el año 19 de su reinado, sumaron
19 años al 587 a.e.c., fecha real de la destrucción de Jerusalén, y así
llegaron al 606 a.e.c. como año de ascenso de Nabucodonosor.
Sin embargo los teólogos y escrutadores se equivocaron en la aplicación,
ya que no es lo mismo el año 19 que 19 años. El año 19 significa que pasaron 18
años y por tanto los escrutadores debieron haber sumado 18 años al 587 a.e.c. y
así hubieran llegado a la fecha correcta que daban los historiadores para la subida
al trono de Nabucodonosor, que era la del 605 a.e.c.
El caso es que Birks aceptó la fecha del 606 a.e.c. como el año de la
subida al trono de Nabucodonosor debido también a que se pensaba que Ciro había
tomado Babilonia en el año 536 a.e.c. Y como los judaítas, al igual que las
demás naciones, estuvieron 70 años al servicio o bajo el yugo de Babilonia (y
en esos 70 años entraron los tres grandes destierros de los judaítas), de ahí
que los 70 años aplicados al 536 a.e.c. llevasen retrospectivamente al 606
a.e.c. como año supuesto del ascenso de Nabucodonosor.
Los tres grandes destierros de los judaítas fueron los de los años 7, 18
y 23 de Nabucodonosor y los tres eran parte del cómputo de los 70 años. En
ninguna parte dice la Biblia que desde el año 18 de Nabucodonosor (cuando
destruyó Jerusalén) hasta la caída de Babilonia habrían de transcurrir 70 años.
Más adelante se rectificó la fecha del 536 a.e.c. y se descubrió que
Ciro había conquistado Babilonia en el año 539 a.e.c., por lo que los 70 años
de servicio de las naciones a Babilonia comenzaron en el 609 a.e.c. con la toma
de la ciudad de Harrán, lo que supuso la conquista definitiva de Asiria por los
babilonios, tal como correctamente manifiestan los historiadores.
Sin embargo los escrutadores continuaron erradamente
con la fecha del 606 a.e.c. para la subida al trono de Nabucodonosor y para el
inicio del cómputo de los 70 años, aunque en 1943 se adelantó la fecha al 607
a.e.c., la cual ya no se entendía como año del inicio del reinado de
Nabucodonosor, sino como el año 18 del monarca babilonio por culpa del error
cronológico que Barbour le transmitió a Russell.
Muchos lectores de la Biblia confunden los 70 años que duró Babilonia
como imperio tras conquistar definitivamente Asiria con 70 supuestos años de
duración del destierro de los judaítas cautivos en el año 18 de Nabucodonosor.
Los 70 años de los que habla el profeta Jeremías se refieren a Babilonia y no a
los desterrados, como correctamente lo entienden quienes están versados en los
textos bíblicos.
Russell, totalmente convencido sin haber investigado, predicó la fecha
de 1914 como la del Armagedón, tal como venían predicándola los religiosos
anteriores, desde Elliott hasta Barbour. Así lo publicó Russell en la revista
oficial de los Estudiantes de la Biblia y en el segundo tomo, ‘El tiempo se ha
acercado’, de su colección de Estudios en las Escrituras, colección de la cual
decía que quien la leyera y estudiara entendería toda la Biblia, mientras que
si solamente leía la Biblia y no los libros de Estudios en las Escrituras, volvería
a las tinieblas, como publicó en una de las Atalayas del año 1910.
Transcurrido el año 1914 y no viendo venir el Armagedón, Russell
trasladó el acontecimiento a 1915 y lo publicó en la revista oficial que
dirigía y en el segundo tomo de Estudios en las Escrituras. Finalmente tampoco
llegó el Armagedón en 1915 y la esperanza de las fechas 1914 y 1915 quedó definitivamente
en el aire, hasta 1943, en que se le dio otro giro al año 1914.
El año 1914 fue reactivado en 1943 y desde entonces se predica como el
del comienzo del tiempo del fin y del inicio del reinado de Jesucristo, aunque
ahora el Cuerpo Gobernante vislumbra que su reinado milenario comenzará en el
futuro. Antes de 1943 se predicaba que el inicio del tiempo del fin había
acontecido en 1799; que la presencia invisible de Jesucristo en el cielo fue en
1874; que en 1878 fue hecho rey y que en 1914 vendría físicamente a la Tierra
en su segunda venida. Todas estas fechas y algunas más las recibió Russell del
adventista Barbour, mientras que este había tomado fechas del libro ‘Horas del
Apocalipsis’, publicado por Elliott en 1844.
Barbour es el padre de la fecha del 606 a.e.c. como el año de la
destrucción de Jerusalén. Los escrutadores anteriores a Barbour predicaban la
fecha del 606 a.e.c. como el año de subida al trono de Nabucodonosor. La fecha
del 606 a.e.c. como año de la destrucción de Jerusalén pasó a Russell y en 1943
se adelantó inexplicablemente al 607 a.e.c. De paso se adelantó el año 536 al 537
a.e.c. para que cuadraran 70 años entre las fechas 607 y 537 a.e.c.
A día de hoy el Cuerpo Gobernante no puede cambiar la fecha del 607
a.e.c., a sabiendas de que no es correcta. Si la cambia y enseña que Jerusalén
cayó en el 587 a.e.c., como está demostrado aplicando la Historia, la
Arqueología y la Astronomía, se viene abajo la doctrina del año 1914 y cae por
su propio peso el año 1919 como el del nombramiento por Jesucristo del esclavo
fiel y discreto, aunque durante decenas de años se estuvo predicando que lo que
ocurrió en 1919 fue que Jesucristo había nombrado como administrador de sus
bienes al esclavo fiel y discreto, activo desde el año 33 del primer siglo. Ahora
ese nombramiento se ha pospuesto para el futuro.
En la actualidad los testigos de Jehová defienden las fechas 607 a.e.c.
y 1914 por fe impuesta, mas no por evidencia. Gran parte de los ancianos y
superintendentes sabe que las fechas 607 a.e.c. y 1914 no son correctas, aunque
las aceptan por tradición y callan para no ser removidos de sus cargos y
expulsados de la congregación, donde tienen toda su vida hecha. A los Testigos
les está prohibido investigar la verdad de las fechas bajo pena de expulsión.
Quien no acepte a ciegas las fechas 607 a.e.c. y 1914 es expulsado irremediablemente
de la congregación, acusado de apostasía descarada. Todos los años son
expulsados o desasociados no pocos Testigos por este motivo.
Así, pues, la fecha de 1914 como año del Armagedón no es fecha que
descubrieran los testigos de Jehová, sino que viene del año 1844 y aparece por
vez primera en el libro ‘Horas del Apocalipsis’, publicado por Elliott. El
adventista Barbour le transmitió a Russell la fecha de 1914 como año del Armagedón
y así la predicó Russell, sin haberse detenido a investigar su procedencia.
Pero el Armagedón no llegó en esa fecha y en 1943 se reactivó el año 1914 como
fecha del inicio del tiempo del fin, de la presencia de Jesucristo en el cielo
y del comienzo de su reinado.
El año 1914 que hoy predican los testigos de Jehová fue impuesto en
1943, tal como aparece en el libro ‘La verdad os hará libres’, que lo escribió
Fred Franz, vicepresidente y teólogo único de la Sociedad Watchtower en un
tiempo en que no existía el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, aunque
sí el cuerpo gobernante o junta directiva de la Watchtower. Se sospecha que este
Franz fue quien en realidad le escribió la mayoría de los libros a Rutherford y
continuó escribiendo durante la época de Knorr.
No fue hasta 1971 que apareció el actual Cuerpo Gobernante de los
testigos de Jehová. Desde entonces hay dos cuerpos gobernantes: el de la
Watchtower y el de los testigos de Jehová. Una de las misiones principales del
Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová es mantener activa la fecha de
1914, cueste lo que cueste y se expulse a quien se expulse.
Más importante que la propia Verdad es para los miembros del Cuerpo Gobernante
la supervivencia de la organización jehovista, sustentada económicamente por
más de ocho millones de testigos de Jehová, muchos de los cuales trabajan
gratuitamente en las imprentas y en las granjas de la Sociedad Watchtower.
Quinientos de ellos son los accionistas de esta Sociedad.
Siempre aprendiendo cosas nuevas en este blog
ResponderEliminarExcelente blog ojalá continúe dando grandes explicaciones
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