Las
posiciones de la Luna
no
determinan la fecha del 568 a.e.c.
El Cuerpo Gobernante no admite el año 568 a.e.c. como fecha científica
absoluta, cuando está demostrado que sí lo es y por esa razón los historiadores
la han aceptado como fecha base para medir la corriente del tiempo en la Historia
universal. Si la aceptara, se vendrían abajo las fechas del 607 a.e.c. y 1914,
además de la de 1919. Con ello se derrumbarían innumerables doctrinas que son
básicas entre los testigos de Jehová.
De buenas a primeras dice el Cuerpo Gobernante que el año 37 de Nabucodonosor
fue el 588 a.e.c., debido a que pone la fecha del 625 a.e.c. como año de
ascenso de Nabucodonosor. Si abandona el 625 a.e.c., se le viene abajo la fecha
del 607 a.e.c. como año de la destrucción de Jerusalén, que lo ha estimado como el
año 18-19 de Nabucodonosor para hacerlo cuadrar con la Biblia.
El Cuerpo Gobernante solamente admite las posiciones de la Luna en el
diario astronómico VAT 4956 y rechaza las demás posiciones astronómicas, las de
los planetas. Pero los astrónomos se basaron en el entero conjunto de
posiciones para calcular la exactitud de la fecha 568 a.e.c. como año
científico absoluto.
Con respecto a las constelaciones, la Luna tiene un periodo de aparente rotación
de 18 años y 10 días, al cabo de los cuales la Luna ocupa la misma posición de
ese tiempo atrás ante las constelaciones. Ese periodo recibe el nombre de
‘Saros’ y los antiguos ya lo conocían.
Dado que el periodo Saros de la Luna es de 18 años y 10 días, no es
posible calcular la fecha del año 37 de Nabucodonosor, pues desde los tiempos
de ese rey han transcurrido numerosos periodos Saros.
En cambio, teniendo en cuenta todas las posiciones astronómicas del
diario VAT 4956, sí es posible calcular a qué año de nuestro cómputo
correspondió el 37 de Nabucodonosor, debido a que las posiciones astronómicas
no se repiten en un lapso de 25.920 años. Y eso es lo que hicieron los
astrónomos.
Puesto que el periodo Saros de la Luna se repite cada 18 el años y 10
días, las posiciones lunares del 588 a.e.c. (año que los testigos de Jehová
aceptan erróneamente como el 37 de Nabucodonosor) no se corresponden con las
del año 568 a.e.c. En todo caso las posiciones lunares se repetirían en el año
586 a.e.c., pero no en el 588 a.e.c.
Así, pues, no es posible calcular a qué año de nuestro cómputo
correspondió el 37 de Nabucodonosor basándose únicamente en las posiciones
lunares del diario astronómico VAT 4956.
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