viernes, 2 de agosto de 2019

Del libro BASES DOCTRINALES DE LOS TJ (34)


La cena de Jesucristo no fue la de Pascua judía

    Según los evangelios, Jesucristo no celebró su última cena con ungidos. Los apóstoles no eran ungidos todavía. Lo serían más tarde, cuando recibieron el Espíritu Santo. Sin embargo los testigos de Jehová enseñan que solamente los ungidos o los 144.000 que creen que son llamados a reinar en el cielo pueden participar de los emblemas del pan y el vino en la llamada Conmemoración de la muerte de Cristo.
    Lo propio sería que Jesucristo hubiera celebrado su cena con los apóstoles y con los demás discípulos, incluída su propia madre. Pero es evidente que la celebración la realizó solamente con una representación de todos, es decir, con los más allegados, que eran los apóstoles, dado que todos los demás no cabrían en la habitación más grande de la ciudad.
    No obstante el libro de Hechos de Apóstoles indica que el Espíritu Santo bajó en la forma de lenguas de fuego sobre ciento veinte discípulos que se hallaban reunidos en una habitación. ¿Por qué Jesucristo no celebró su cena con todos estos a los que los testigos de Jehová consideran ungidos?
     Los Testigos aducen que Jesucristo celebró la cena solamente con los apóstoles porque hacía con ellos un pacto para un reino. Pero resulta que todos los demás discípulos se estimaban tan ungidos como los apóstoles y debieran haber tenido el mismo trato en el asunto del pacto para un reino. Al final no eran doce, sino once los presentes en la parte de la cena en la que Jesucristo partió y distribuyó el pan y dio a beber la copa de vino.
    Jesucristo hizo un pacto para un reino con once apóstoles, no con 144.000 individuos. Si hubiera querido pactar el reino con más gente lo habría hecho con todos los discípulos, además de los apóstoles, que el Cuerpo Gobernante declara que todos pertenecían al grupo de los 144.000, aunque ellos no lo sabían, pues la doctrina de los 144.000 se da en el tardío libro de Apocalipsis.
    Según Jesucristo, los apóstoles habían de juzgar a las doce tribus de Israel; pero resulta que en esos tiempos las tribus de Israel eran trece (porque la tribu de José se dividió en dos, Efraín y Manasés) y Jesucristo pactó solamente con once apóstoles. Es evidente que esta parte del evangelio la escribió alguien que no era judío y pensaba que las tribus de Israel eran doce, lo mismo que quien escribió el Apocalipsis también creía que eran doce las tribus de Israel y encima se equivocó al nombrarlas.
    Si Jesucristo no celebró su cena con ungidos, no se entiende cómo el Cuerpo Gobernante continúa predicando que solamente los que se consideran ungidos pueden participar del pan y el vino en la Cena del Señor. Es evidente que Jesucristo celebró su cena con una representación de todos los demás cristianos, ninguno de los cuales era aún ungido en el tiempo de aquella cena. Por lo tanto hoy día tienen derecho a participar del pan y el vino todos los cristianos, se crean ungidos o no. 
    Los testigos de Jehová enseñan, porque así se lo hace creer desde siempre la directiva de la Watchtower (y el Cuerpo Gobernante desde 1971), que la cena que Jesucristo celebró con sus apóstoles era la de Pascua judía. No pudo serlo de ninguna de las maneras, dado que el Cordero para esa cena se degollaba el 14 de Nisán a la misma hora en que Jesucristo moría. La cena de Pascua judía se celebraba al empezar la noche del 15 de Nisán y lo que Jesucristo celebró con los suyos fue una cena de despedida la noche anterior, es decir, la noche con la que comenzaba el 14 de Nisán.
    En Exodo 12 se lee que los hebreos tenían que hacerse con un cordero de un año el diez de Nisán y debían tenerlo en casa hasta el 14 de Nisán. En ese 14 de Nisán debían degollarlo entre las dos tardes. La primera tarde comenzaba cuando el sol iniciaba su descenso a las 12 del día y duraba hasta las 3 de la tarde. La segunda tarde corría entre las 3 y las 6 de la tarde, hora solar. Por tanto la cena de Pascua la realizaban al anochecer del 15 de Nisán.
    El 15 de Nisán era el día de la fiesta nacional para ellos. El 14 de Nisán era el Día de la Preparación, es decir, de la preparación de la Pascua, cuando se degollaba el cordero para la cena. De ahí que el escritor del cuarto evangelio diga que Jesucristo murió el Día de la Preparación.
   

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