La
cena de Jesucristo no fue la de Pascua judía
Según los
evangelios, Jesucristo no celebró su última cena con ungidos. Los apóstoles no
eran ungidos todavía. Lo serían más tarde, cuando recibieron el Espíritu Santo.
Sin embargo los testigos de Jehová enseñan que solamente los ungidos o los
144.000 que creen que son llamados a reinar en el cielo pueden participar de
los emblemas del pan y el vino en la llamada Conmemoración de la muerte de
Cristo.
Lo propio sería
que Jesucristo hubiera celebrado su cena con los apóstoles y con los demás
discípulos, incluída su propia madre. Pero es evidente que la celebración la
realizó solamente con una representación de todos, es decir, con los más
allegados, que eran los apóstoles, dado que todos los demás no cabrían en la
habitación más grande de la ciudad.
No obstante el
libro de Hechos de Apóstoles indica que el Espíritu Santo bajó en la forma de
lenguas de fuego sobre ciento veinte discípulos que se hallaban reunidos en una
habitación. ¿Por qué Jesucristo no celebró su cena con todos estos a los que
los testigos de Jehová consideran ungidos?
Los Testigos
aducen que Jesucristo celebró la cena solamente con los apóstoles porque hacía
con ellos un pacto para un reino. Pero resulta que todos los demás discípulos
se estimaban tan ungidos como los apóstoles y debieran haber tenido el mismo
trato en el asunto del pacto para un reino. Al final no eran doce, sino once
los presentes en la parte de la cena en la que Jesucristo partió y distribuyó
el pan y dio a beber la copa de vino.
Jesucristo hizo un
pacto para un reino con once apóstoles, no con 144.000 individuos. Si hubiera
querido pactar el reino con más gente lo habría hecho con todos los discípulos,
además de los apóstoles, que el Cuerpo Gobernante declara que todos pertenecían
al grupo de los 144.000, aunque ellos no lo sabían, pues la doctrina de los
144.000 se da en el tardío libro de Apocalipsis.
Según Jesucristo,
los apóstoles habían de juzgar a las doce tribus de Israel; pero resulta que en
esos tiempos las tribus de Israel eran trece (porque la tribu de José se
dividió en dos, Efraín y Manasés) y Jesucristo pactó solamente con once
apóstoles. Es evidente que esta parte del evangelio la escribió alguien que no
era judío y pensaba que las tribus de Israel eran doce, lo mismo que quien
escribió el Apocalipsis también creía que eran doce las tribus de Israel y
encima se equivocó al nombrarlas.
Si Jesucristo no
celebró su cena con ungidos, no se entiende cómo el Cuerpo Gobernante continúa
predicando que solamente los que se consideran ungidos pueden participar del
pan y el vino en la Cena del Señor. Es evidente que Jesucristo celebró su cena
con una representación de todos los demás cristianos, ninguno de los cuales era
aún ungido en el tiempo de aquella cena. Por lo tanto hoy día tienen derecho a
participar del pan y el vino todos los cristianos, se crean ungidos o no.
Los testigos de
Jehová enseñan, porque así se lo hace creer desde siempre la directiva de la
Watchtower (y el Cuerpo Gobernante desde 1971), que la cena que Jesucristo
celebró con sus apóstoles era la de Pascua judía. No pudo serlo de ninguna de
las maneras, dado que el Cordero para esa cena se degollaba el 14 de Nisán a la
misma hora en que Jesucristo moría. La cena de Pascua judía se celebraba al
empezar la noche del 15 de Nisán y lo que Jesucristo celebró con los suyos fue
una cena de despedida la noche anterior, es decir, la noche con la que
comenzaba el 14 de Nisán.
En Exodo 12 se lee
que los hebreos tenían que hacerse con un cordero de un año el diez de Nisán y
debían tenerlo en casa hasta el 14 de Nisán. En ese 14 de Nisán debían
degollarlo entre las dos tardes. La primera tarde comenzaba cuando el sol
iniciaba su descenso a las 12 del día y duraba hasta las 3 de la tarde. La
segunda tarde corría entre las 3 y las 6 de la tarde, hora solar. Por tanto la
cena de Pascua la realizaban al anochecer del 15 de Nisán.
El 15 de Nisán era
el día de la fiesta nacional para ellos. El 14 de Nisán era el Día de la
Preparación, es decir, de la preparación de la Pascua, cuando se degollaba el
cordero para la cena. De ahí que el escritor del cuarto evangelio diga que
Jesucristo murió el Día de la Preparación.
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