Dos
incongruencias en el relato de la salida de Jesucristo de Jerusalén la supuesta
noche de Pascua
Dicen los evangelios que, después de la
famosa cena, ya a altas horas de la noche, Jesucristo fue con sus apóstoles al
huerto de los Olivos, que estaba fuera de las murallas de Jerusalén. Quiere
decir que Jesucristo y sus apóstoles salieron de la ciudad.
La pregunta es: ¿por dónde salieron? Porque
resulta que todas las puertas de Jerusalén se cerraban en cuanto anochecía y
estaban toda la noche custodiadas por los soldados romanos, que no permitían
que nadie saliera de la ciudad de noche por temor a que se fraguase una rebelión.
Incluso de día estaban pendientes de ello. El relato de la salida de Jerusalén en
plena noche es una gran incongruencia.
Solamente
se podía entrar en la ciudad a muy primera hora de la noche y eso se hacía por
la puerta llamada el ‘ojo de la aguja’. Por esta pequeña entrada el camello
tenía que pasar de rodillas. Esta puerta también estaba vigilada y no se
permitía la salida por ella. A quien le pillaba la noche en el camino sabía que
no podía entrar en Jerusalén hasta la mañana siguiente, por lo que hacía noche
en una posada o en una tienda de campaña.
Es de advertir que, si la cena fue la de
Pascua, la costumbre era que nadie salía de sus casas, y menos cuando la cena de
Pascua duraba varias horas y ya no era hora de andarse fuera de la ciudad. Si nadie
salía de su casa después de la cena, mucho menos saldría de la ciudad, y más
estando las puertas cerradas y vigiladas. Por lo tanto no se entiende cómo
Jesucristo y los suyos pudieron salir de la ciudad.
Aunque
había luna llena, la luz de ésta no sería suficiente para ver en el interior
del huerto, donde es casi seguro que había árboles. El relato no dice que los apóstoles
portaran antorchas para alumbrarse. Tampoco dice que llevaran mantas. Si
hubieran llevado antorchas y mantas, eso sería un hecho extraordinario y al
escritor del evangelio no se le hubiera pasado por alto mencionarlo. Hemos de
admitir que no llevaban mantas ni antorchas.
Tenemos en el relato bíblico otra
incongruencia. Y es que los apóstoles se tiraron como dos horas durmiendo en el
huerto, al fresco de la noche. La temperatura máxima de Jerusalén en las noches
de abril es de 10 grados centígrados. Como el hecho habría acontecido entre
finales de Marzo y primeros de Abril, es evidente que la temperatura era
inferior a 10 grados. ¿Cómo pudieron soportar durante dos horas el frío de la
noche al aire libre?
Hay que tener en cuenta que el apóstol
Pedro se acercó a calentarse a la hoguera que se había encendido en un patio. Eso
supone que la temperatura nocturna era bastante más baja aún. ¿Cómo pudo Pedro
soportar dos horas durmiendo al sereno de la noche en el huerto y en cambio se
acercó a la hoguera del patio a calentarse porque no podía aguantar el frío de esa
noche?
Pero volvamos al huerto. Jesucristo fue dos
veces a donde estaban dormidos los apóstoles y les echó en cara que ni siquiera
una hora habían podido velar con él. Poco después llegó la chusma con antorchas
y prendieron a Jesucristo. Los apóstoles huyeron despavoridos. Jesús fue
conducido por los romanos al interior de la ciudad. Pero, ¿cómo o por dónde
entraron en la ciudad los apóstoles, si las puertas estaban cerradas? ¿Entraron
por el ojo de la aguja? A esas horas no estaba permitida la entrada por tal
puerta. Y si hubieran entrado por ella, los hubieran arrestado porque ni
siquiera venían con camello. La sospecha sería que habtían estado fuera de la
ciudad tramando una sublevación.
Dado que nadie podía salir de Jerusalén de
noche y dado que nadie soportaría una temperatura inferior a 10 grados al raso
de la noche, es evidente que este relato no fue escrito por un judío, y menos
por un judío del siglo I. El escritor del evangelio desconocía por completo las
costumbres de aquel tiempo en Jerusalén. Por tanto el relato, repleto de
incongruencias, es bastante posterior al siglo I, tan posterior que ya se había
olvidado cómo era la Jerusalén del siglo I.
Con todo,
la cena de Jesucristo con sus apóstoles no pudo ser la de la Pascua judía por la
sencilla razón de que Jesucristo murió el 14 de Nisán a la hora nona, que era cuando
comenzaban a sacrificarse los corderos para la cena de Pascua. De ahí la relación
de Jesucristo como el cordero de Pascua y el cordero de Dios.
En Exodo
se lee que el cordero debía sacrificarse el 14 de Nisán entre las dos tardes. Y
como el 14 de Nisán empezó en cuanto anocheció, es decir, al terminar el crepúsculo
del día 13, es evidente que la tarde del 14 de Nisán venía después de la mañana.
El éxodo dice claramente que el cordero había de matarse el día 14 por la tarde,
no el día 13. Por tanto, la cena que Jesucristo celebró con los apóstoles no fue
la de Pascua, sino una de despedida de los suyos. Esa cena era obligatorio celebrarla en familia.
Jesucristo habría celebrado la cena con su madre y hermanos solteros, no con discípulos
que también estaban obligados a celebrar esa cena con sus respectivas familias.
No creo que existan incongruencias bíblicas, teniendo en cuenta que Jerusalén en el tiempo de la Pascua se desbordaba y podría triplicar de personas.
ResponderEliminarLos historiadores cuentan que venían caravanas de grandes multitudes de personas a la fiesta para celebrarla.
Se dice que muchos de los visitantes acampaban con sus familias fuera de la ciudad. Posiblemente la entrada y salida en la ciudad no estaba tan vigilada como un día normal.
Por lo tanto, en aquellos días de fiesta podrían ser distintos a lo acostumbrados, ¿ dónde estaría la incongruencia de tener las puertas abiertas o cerradas en medio de tanta fiesta ?
en esos dias habia muchas peregrinaciones a Jerusalén, por lo tanto era común salir y entrar en esos días. si no fuese posible salir ya habria algun registro de tal echo,
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