De
dónde salieron las fechas 606 y 536 a.e.c.
y
1914, que Russell aceptó de Barbour
Russell aceptó del
adventista Barbour las fechas 606 a.e.c. (como año de la destrucción de
Jerusalén) y 536 a.e.c. (como año de la salida del destierro), todo ello sin
investigar su procedencia.
Russell no tenía
un gran conocimiento de la Biblia y por eso aceptó fechas y doctrinas de
Barbour, pensando que todo eso era parte de la Biblia. Si Russell hubiera
tenido el suficiente conocimiento bíblico, Barbour no le hubiera convencido de las
fechas y las doctrinas correspondientes.
Barbour había aceptado
la fecha del 606 a.e.c. como año de ascenso de Nabucodonosor tras leer el libro
‘Horas del Apocalipsis’, que publicó en 1844 el escrutador bíblico Edward
Bishop Elliott.
Poco tiempo
después Barbour cambió el concepto de la fecha 606 a.e.c. y, en lugar de
aceptarlo como año de ascenso de Nabucodonosor al trono de Babilonia, lo tomó
como año de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor. También aceptó
Barbour la fecha del 536 a.e.c. como año de liberación de los judaítas del yugo
babilonio.
Del mismo libro de Elliott tomó Barbour la
fecha de 1914, aunque en principio no la aceptó como fecha del Armagedón, ya
que pensaba que el Armagedón y venida segunda de Jesucristo acaecería en 1874.
Finalmente Barbour
aceptó que 1914 era el año del Armagedón y 1874 el año de la presencia de
Cristo en el cielo, y estas fechas se las pasó a Russell, 1874 como año de la
presencia de Cristo y 1914 como año de la segunda venida de Cristo a la Tierra.
Así, de buenas a primeras, lo aceptó Russell de Barbour.
Elliott había
tomado la fecha del 606 a.e.c. como año de ascenso de Nabucodonosor tras leer
el libro ‘Primer elemento de la sagrada profecía’, que en 1843 había publicado
el teólogo inglés Thomas Rawson Birks. Elliott entonces calculó que Jesucristo
vendría como rey después de 2.520 años a partir del año de ascenso de
Nabucodonosor.
Dado que este año
era el calculado como 606 a.e.c., tras añadir 2.520 años llegó a la conclusión
de que Jesucristo aparecería por segunda vez en 1914. No obstante se equivocó
en un año de menos, pues entre el 606 a.e.c. y 1914 median 2.519 años. De ahí
que en 1943 la sociedad Watchtower intentara corregir este error adelantando al
607 a.e.c. la caída de Jerusalén y al 537 a.e.c. la liberación de los judaítas.
Birks fue el
primero en afirmar que Nabucodonosor había ascendido al trono de Babilonia en
el 606 a.e.c., mientras los historiadores demostraban que fue en el 605 a.e.c.
En tiempos de Birks había escrutadores bíblicos que leyeron en Jeremías 52:12
que Nabucodonosor había destruido Jerusalén en el año 19 de su reinado. Estos
escrutadores lo que hicieron fue sumar 19 años al 587 a.e.c. (que los
historiadores daban para la caída de Jerusalén) y así llegaron al 606 a.e.c.
como año de la subida al trono de Nabucodonosor.
Ni qué decir tiene
que los escrutadores bíblicos se equivocaron al aplicar 19 años al 587 a.e.c.,
ya que no es lo mismo el año 19 que 19 años. El año 19 significa que han pasado
18 años. Lo correcto era que los escrutadores hubieran sumado 18 años al 587 y
así hubieran llegado al 605 a.e.c. como año real de ascenso de Nabucodonosor,
que era la fecha que manejaban los historiadores.
De todas maneras
la fecha del 606 a.e.c. fue aceptada por muchos religiosos protestantes como
año de ascenso de Nabucodonosor. Esta fecha la tomó en 1844 Elliott y le aplicó
los 2.520 años que se entendía que duraban los siete tiempos del profeta
Daniel. De esta manera llegó a 1914 como año de la segunda venida de
Jesucristo. Y esto lo aceptó a ciegas Russell, el fundador del grupo de los
Estudiantes Internacionales de la Biblia.
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