La
Biblia no dice que existiera un
cuerpo
gobernante cristiano
en
la Jerusalén del primer siglo
La organización de
los testigos de Jehová enseña que el Cuerpo Gobernante viene del primer siglo y
que los apóstoles eran el Cuerpo Gobernante en Jerusalén. En la Biblia no
aparece la expresión ‘cuerpo gobernante’. Ni siquiera la idea.
Si hubiera
existido en Jerusalén un cuerpo gobernante cristiano en el primer siglo, éste
sería el que habría ordenado al apóstol Pablo que predicase la palabra de Dios
por las naciones y les informase de vuelta el resultado. Es decir, que Pablo
tendría que haber partido de Jerusalén para predicar y regresar a Jerusalén a
informar de los resultados de la gira a ese cuerpo gobernante de apóstoles.
Sin embargo fue el
propio Jesucristo el que directamente le encargó a Pablo que se dirigiese a las
naciones. Y Pablo partió, no de Jerusalén, sino de la congregación de
Antioquía. Además fue en Antioquía donde surgió el nombre de ‘cristianos’, tal
como se lee en Hechos 11:26: ‘Fue primero en Antioquia donde a los discípulos,
por provisión divina, se les llamó cristianos’. Si había un cuerpo gobernante
en Jerusalén, lo más lógico es que el nombre de ‘cristianos’ hubiera surgido en
Jerusalén.
Así que Pablo
recorrió las naciones partiendo de la congregación de Antioquía y a esta
congregación es a la que informaba cuando regresaba de sus largos viajes. En la
Biblia también leemos que Pablo y Bernabé nombraban ancianos en las
congregaciones (Hechos 14:23). Si hubiera un cuerpo gobernante en Jerusalén,
éste es el que debería haber nombrado ancianos.
Y cuando Pablo
subió a Jerusalén y se entrevistó con los apóstoles fue para aclarar por qué
razón unos predicadores de Jerusalén habían ido a Antioquía a decir que los
cristianos deberían circuncidarse. Al final, Pablo y los apóstoles acordaron
que no era necesaria la circuncisión y los apóstoles le firmaron una carta en
la que de paso se abordaba la cuestión de que los cristianos gentiles deberían
abstenerse de comer carne no desangrada o sangre para no herir los sentimientos
de los cristianos judíos. Y Pablo partió de nuevo para Antioquía.
No existe nada en
el relato de Hechos de Apóstoles que diga que un cuerpo gobernante de Jerusalén
emitía edictos a las congregaciones de todo el mundo. Cada congregación
funcionaba independientemente porque no existía un cuerpo gobernante central
que las dirigiera. El primer cuerpo gobernante que existió fue el de la Iglesia
Católica, en el siglo IV.
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