Los
testigos de Jehová no son los mayores productores de biblias del mundo
Resulta una
paradoja y es difícil que un cristiano acepte que una de las mayores empresas
editoriales de biblias del mundo se encuentre precisamente en un país no
cristiano, concretamente en China. Sin embargo, ello es totalmente comprensible
cuando se constata que en China hay unos sesenta y ocho millones de personas
que profesan alguna forma de cristianismo. No obstante la fundación ‘Amity
Printing’, que así se llama la empresa editora de biblias a la que se hace
referencia, imprime más que nada por encargo de las iglesias cristianas del
mundo entero.
Amity Printing se
fundó en 1988 y tiene su sede en la ciudad de Nanjin, cerca de Shangai. Todos
los meses imprime regularmente un millón de biblias en noventa idiomas. Hay
meses que superan los dos millones de ejemplares debido a peticiones
especiales. Los tomos, de vistosa presentación y con papel de no menos
excelente calidad, son reproducciones exactas de las mejores versiones y
traducciones bíblicas de la actualidad.
La mayoría de las biblias producidas por
Amity Printing llegan al público al precio excepcional de solamente un euro en
Europa o su equivalente monetario en América. Otros millones de ejemplares
simplemente se regalan a las personas que no pueden costearlas en modo alguno,
principalmente en los países del tercer mundo.
En esta gigantesca
editorial trabajan unas seiscientas personas. Como los sueldos en China son
bastante más bajos que los de cualquier trabajador occidental, esa es una de
las razones por las que las biblias allí producidas puedan regalarse o venderse
a un euro.
Otra razón, aparte de que el material se
adquiere en cantidades astronómicas y los precios de adquisición son por lo
tanto más bajos, es que los trabajadores chinos emplean por el mismo sueldo más
horas en sus tareas y así pueden abarcar la inmensa producción exigida. La
producción, pues, se abarata al tener precios de adquisición más competitivos,
menor cantidad de salarios, mayor número de horas trabajadas y la disposición
de un ingente número de empleados. Tras 25 años en activo, la editora llegó a
los 100 millones de ejemplares bíblicos publicados.
Las biblias
producidas por Amity Printig, dado que se publican en noventa idiomas, saturan
los mercados internacionales, lo que obliga a la competencia, sobre todo en
occidente, a bajar los precios de sus respectivas ediciones bíblicas. A pesar
de la competencia de las biblias chinas, hay empresas a las que no les afecta
la presencia de la producción oriental, como es el caso de los ‘Gedeones
Internacionales’, cuya organización se centra en la ciudad norteamericana de
Nashville. Los ‘Gedeones’ producen, desde 1908, la llamada ‘Biblia de Gedeón’,
que hoy se imprime en más de 90 idiomas y se distribuye mayoritariamente gratis
en más de 190 países.
Desde sus
comienzos los Gedeones Internacionales han impreso y distribuído en todo el
mundo más de 1.700 millones de volúmenes, entre biblias completas y ejemplares
del Nuevo Testamento. Solamente en el año 2009 alcanzaron cerca de los 79
millones de biblias publicadas y distribuídas, lo que supuso más de 6,5 millones
de biblias o Nuevos Testamentos cada mes de ese concreto año.
Otro grupo de
empresas excepcionales en la impresión bíblica es el conjunto de las Sociedades
Bíblicas Unidas. Fundada en Londres en 1804, su campo de acción alcanza
actualmente a más de 150 países. Con un incalculable número de trabajadores, la
cifra récord la consiguieron en el 2004, con la impresión y distribución de
nada menos que 390 millones de biblias solamente en ese año, lo que supuso una
media de 32,5 millones de biblias mensuales. En el 2008 reeditaron la Biblia
Reina Valera, versión 1960.
La editora bíblica
que sigue en importancia, considerada hoy día la cuarta del mundo en producción
bíblica, es el grupo de Sociedades Watchtower de Pensilvania y Nueva York. La
tirada más importante de ejemplares salió de sus talleres en 1961,
introduciendo en el mercado la ‘Traducción del Nuevo Mundo’ en un solo ejemplar
que, bajo los auspicios de un comité anónimo (aunque a día de hoy se conocen
extraoficialmente sus nombres y no ha sido traducida directamente de las
lenguas originales), es la biblia que preferentemente utilizan los testigos de
Jehová, si bien, a pesar de que el comité responsable de su producción estaba
compuesto por miembros de la cúpula directiva de ese clero, su portadilla no
especifica que la biblia en cuestión haya sido preparada y publicada por los
testigos de Jehová. La Traducción del Nuevo Mundo es la versión bíblica que más
críticas ha suscitado entre los eruditos, especialmente del griego
antiguo.
Hasta el año 2013,
en que fue dada a conocer en la reunión anual del Cuerpo Gobernante de los
testigos de Jehová la nueva versión bíblica de tapas grises y que se está
imprimiendo actualmente en varios idiomas, aunque ya se distribuye en inglés,
la producción bíblica de los talleres de la Watchtower, en el estado de Nueva
York, pasó de los 170 millones de ejemplares en más de 100 idiomas, lo que
entre 1961 y 2013 supone un promedio de casi 3,3 millones de biblias anuales.
La producción de
literatura propia de los testigos de Jehová que la Watchtower imprime, supera
con creces a las ediciones bíblicas que edita. Los trabajadores de la
Watchtower son voluntarios y no perciben sueldo, salvo manutención y estancia,
aparte de una representativa mensualidad de dinero para gastos personales. De
la nueva versión bíblica de la Watchtower se ha suprimido la mayor parte de las
referencias que en la versión de 1987, cuando se revisó la obra por última vez,
remitían a otros textos.
En opinión de los
expertos, las dos biblias que más exactamente se ajustan a los textos de los
códices y papiros hebreos y griegos existentes, por haber tomado referencias
traductoras directamente de ellos al consultarse, son la española Biblia Nácar
Colunga y la francesa Biblia de Jerusalén, sin menoscabo de otras versiones
menos populares. Ambas tienen la desventaja de que no se aproximan a las
cantidades de producción de las biblias que masivamente editan las empresas
citadas en este artículo.
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