martes, 22 de mayo de 2018

REPLANTEAMIENTOS DOCTRINALES (17)

 

(Traducción del libreto de John Power)

 

La Biblia no dice que desde el inicio del reinado de Nabucodonosor hasta 1914 habrían de pasar 2.520 años

 

   Los 2.520 años fueron inventados por el escrutador bíblico John Aquila Brown. Dio a conocer este lapso en el libro ‘El Atardecer’, que publicó en 1823. Brown suponía que al cabo de esos 2.520 años vendría Jesucristo a la Tierra por segunda vez, esta vez en la batalla de Armagedón, tras la cual sería reinstaurado el paraíso.

    Hasta entonces se creía que vendría Jesucristo vendría al final del transcurso de 1.260 años, aunque se barajaban otros cómputos. Brown lo que en realidad hizo fue duplicar los 1.260 años. Para ello procedió del modo siguiente:

    Se basó en los siete tiempos de Daniel, tiempos que se supone que duraron siete años de 360 días o 2.520 días. No eran siete años de 365 días y cuarto, que suman 2.556 días. Como desde la Edad Media los judíos habían establecido que bíblicamente había que contar un año por cada día, Brown elevó los 2.520 días de los siete tiempos de Daniel a 2.520 años.

    Se equivocó al hacerlo, pues, sin darse cuenta, aplicó a los siete tiempos o 2.520 días años solares de 365,25 días en lugar de años de 360 días. Así, partiendo del año 604 a.e.c. que los historiadores daban como año primero de reinado de Nabucodonosor, llegó a 1917 como el año en que Jesucristo aparecería por segunda vez. Brown especificó que en ese año 1917 brillaría la gloria de Israel.

    Casualmente en diciembre de 1917 los ingleses conquistaron Jerusalén a los turcos y la supuesta profecía de Brown fue tenida en cuenta por muchos escrutadores bíblicos protestantes. A partir de entonces los escrutadores barajaron diversas fechas para la segunda venida de Jesucristo.

    Si Brown hubiera aplicado, como debió haber sido el caso, años de 360 días a los siete tiempos, hubiera llegado a 1881 como el año de la aparición de Jesucristo, que, como bien es sabido, no apareció. Tampoco apareció en 1914, año impuesto por el teólogo Elliot en 1844. Elliot fue el primero en afirmar que los siete tiempos de Daniel o 2.520 años se extendían del 606 a.e.c. a 1914, aunque se equivocó en la cuenta al computar un año de menos.

    La Biblia no dice por parte alguna que, desde la destrucción de Jerusalén había que contar 2.520 años para que Jesucristo comenzara a reinar en el cielo y sobre la Tierra. Los siete tiempos de Daniel solamente aplicaron a Nabucodonosor y se supone que fueron siete años de 360 días o un total de 2.520 días.

    Y en cuanto a lo de aplicar un año por cada día, se trata de un concepto mental estrambótico de algunos judíos de la Edad Media que creían descubrir alusiones esotéricas o secretas en los relatos de la Biblia. Este concepto de un año por un día influyó en la suposición de Brown, en 1823, de elevar a 2.520 años los 2.520 días de los siete tiempos de Daniel. Pero aplicó años solares de 365,25 días en lugar de años de 360 días.

    La organización de los testigos de Jehová debería hacer desaparecer de su enseñanza el tema de los 2.520 años, por estar basado en fantasías mentales de religiosos que creían en el esoterismo bíblico y pensaban que la Biblia decía más de lo que en ella estaba escrito. Pero, al desaparecer la enseñanza de los 2.520 años, queda sin efecto la fecha de 1914 y este año es sagrado para el Cuerpo Gobernante. Por tanto se obliga a seguir mintiendo, a la par que sostiene que su mentira está basada en la Biblia y que es reo de expulsión quien no la acepte.

 

 

 

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