En La Atalaya del 1 de junio de 1965 leemos
que: Nabucodonosor reinó 43 años; su hijo Evil Merodac, 2 años; Neriglisar,
yerno de Nabucodonosor, 4 años; Labashi Marduk, hijo de Neriglisar, 0 años
(tiene solamente unos meses de reinado y se cuentan cero años por morir este
rey en su año de ascenso); y finalmente Nabonido, otro yerno de Nabucodonosor, reinó
hasta que Babilonia cayó.
La Atalaya no menciona los años que reinó
Nabonido. ¿Por qué? Porque el lector sumaría los años y llegaría al de subida
al trono de Nabucodonosor. En otras publicaciones de la sociedad Watch Tower se
dice que Nabonido reinó 17 años. La suma arroja lo siguiente: 43 años de
Nabucodonosor, 2 de Evil Merodac, 4 de Neriglisar y 17 de Nabonido, da un total
de 66 años.
Como Babilonia cayó en tiempos de Nabonido,
en el 539 a.e.c., si a ese año se le suman los 66 años, se llega al 605 a.e.c.
como año de subida al trono de Nabucodonosor. Y como Nabucodonosor destruyó
Jerusalén en el año 18 de su reinado, se alcanza el 587 a.e.c. como año de la
caída de Jerusalén. De ninguna manera pudo ser el 607 a.e.c. el año en que
Nabucodonosor destruyó Jerusalén.
La fecha del 607 a.e.c. fue impuesta por
sorpresa en 1943 por Frederick W. Franz, vicepresidente y teólogo único de la
sociedad Watch Tower, cuando aún no existía el Cuerpo Gobernante de los
testigos de Jehová, cuerpo creado en 1971 con 11 miembros (7 de la junta
directiva de la Watchtower más otras 5 personas). La fecha del 607 a.e.c. fue
publicada en el libro ‘La verdad os hará libres’ como nueva verdad obligatoria
para los testigos de Jehová, a pesar de que no es bíblica. Antes se predicaba
que Jerusalén había caído en el 606 a.e.c. Franz no corrigió a la fecha
verdadera del 587, sino que se basó en la fecha errónea del 606 para sacar la
de 607 a.e.c. porque no leyó bien el texto bíblico. Por ley matemática, todo
número basado en un número erróneo, también es erróneo.
La fecha del 606 a.e.c. le fue pasada a
Russell por el adventista Barbour, quien erradamente entendió que Jerusalén había
caído en el 606 a.e.c., cuando sus predecesores decían que ese año era el de
subida al trono de Nabucodonosor. Russell aceptó fechas y doctrinas de Barbour
y no se detuvo a investigar si eran ciertas o no. Si Russell hubiera
investigado habría descubierto que las fechas eran falsas, así como las
doctrinas que le pasó Barbour y que Russell se lanzó de lleno a predicarlas sin
ser bíblicas. Russell no tenía gran conocimiento de la Biblia y por eso creyó
cuanto Barbour le decía. De haber tenido el suficiente conocimiento, Barbour no
le habría convencido de fechas y doctrinas.
Por otro lado, la fecha del 606 a.e.c. para
el ascenso de Nabucodonosor se debe a un error cometido por el teólogo inglés Thomas
Rawson Birks, que en 1843 publicó esa fecha en su libro ‘Primer elemento de la
sagrada profecía’, en lugar del 605 a.e.c. que daban los historiadores.
Los escrutadores bíblicos del tiempo de
Birks leyeron en Jeremías 52:12 que Nabucodonosor había destruído Jerusalén en
el año 19 de su reinado. Lo que hicieron los escrutadores fue sumar 19 años a
la fecha del 587 a.e.c., que entonces se daba para la destrucción de Jerusalén,
y así llegaron al 606 a.e.c. como año de la hipotética subida de Nabucodonosor
al trono de Babilonia. El año 19 significa que han pasado 18 años y esos 18
años era lo que debieron haber sumado al 587 los escrutadores, llegando así a
la fecha correcta del 605 a.e.c. para el ascenso de Nabucodonosor.
Por otro lado, como se creía que los
judaítas habían salido del destierro en el año 536 a.e.c. y la nación de Judá
había estado 70 años bajo el dominio de Babilonia, al igual que las demás
naciones, 70 años atrás llevaban al 606 a.e.c. En esos 70 años entraban los
tres destierros de los judaítas, a saber, el del año 7 de Nabucodonosor (en
otra parte de la Biblia se lee que era el año 8); el del año 18 (el año 19 en
Jeremías 52.12), y el del año 23. Barbour equivocó los términos y creyó entender
que Jerusalén había caído en el 606 a.e.c., por lo que colocó el año de ascenso
de Nabucodonosor en el 624 a.e.c., echándolo 19 años atrás, en contra de la
evidencia histórica, arqueológica y astronómica que señalaban al 605 a.e.c.
como año de subida al trono de Nabucodonosor.
Barbour creyó entender que los judaítas a
quienes Nabucodonosor se llevó cautivos cuando en su año 18 destruyó Jerusalén,
estuvieron 70 años en Babilonia. La Biblia no indica cuántos años estuvieron
los judaítas en el destierro. Los 70 años que menciona Jeremías se refieren a Babilonia
y no al tiempo del destierro. Son los 70 años que Babilonia duró como imperio
tras terminar de conquistar Asiria en el año 609 a.e.c. Por otro lado Jeremías escribe su carta a los
desterrados del año 7-8 y no a los del año 18-19 de Nabucodonosor. A esos
desterrados del año 7-8 les aplica los 70 años de duración del imperio
babilonio tras la conquista definitiva de Asiria. No son 70 años de destierro.
Los historiadores llegaron en principio a
la fecha del 539 a.e.c. para la caída de Babilonia debido a que aplicaron 70
años al 609 a.e.c., en que Babilonia conquistó definitivamente Asiria al tomar
la ciudad de Harrán, lo cual ocurrió en tiempos de Nabopolasar, padre de
Nabucodonosor. Las fechas 609 y 539 a.e.c. se corroboran por diversos medios.
Si los historiadores se hubieran equivocado en la fecha del 609, también se
habrían equivocado en la del 539 a.e.c. La Historia, la Arqueología y la
Astronomía demuestran que Nabucodonosor subió al trono en el año 605 a.e.c. Por
tanto su año 18, en que destruyó Jerusalén, fue el 587 a.e.c.
Cuando se aplica la cronología histórica a
la Biblia, en Zacarías capítulo 7 se descubre también que la caída de Jerusalén
fue en el 587 a.e.c., debido a que el año sexto de Darío, en que se terminó de
construir el nuevo templo, fue el 515 a.e.c., según se lee en el libro ‘Toda Escritura’.
Por tanto su año cuarto (mencionado en Zacarías 7) fue el 517 a.e.c. Y como el
texto dice que los judaitas, en el año cuarto de Darío, llevaban ayunando 70
años en el mes quinto por la destrucción del templo (Jeremías indica que el
templo se destruyó en el mes quinto), 70 años atrás del 517 (año cuarto de
Darío) llevan al 587 a.e.c. como año de la destrucción de Jerusalén y su
templo.
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