martes, 16 de enero de 2018

2018: Setenta y seis años de la muerte de Rutherford


    El 8 de Enero de 2018 se cumplieron 76 años de la muerte del segundo presidente de la Sociedad Bíblica Watch Tower, Joshep Franklyn Rutherford. A día de hoy no se sabe dónde está su tumba, aunque se sospecha. Al entierro de Rutherford, unos tres meses y medio después de su muerte, según publicó la Watch Tower, solamente acudieron las pocas personas más allegadas a él, contadísimas, que fueron quienes le enterraron en secreto.

    Rutherford apenas tenía simpatías entre los testigos de Jehová, el movimiento que él fundó en 1931 con el 27% de los Estudiantes Internacionales de la Biblia. Entre 1926 y principios de 1927 había abandonado las filas el 73%, como se deduce de los anuarios de aquel tiempo, aparte de la información que dieron en su día los que estaban en el betel central mundial. Suponiendo que el 1% falleciera por la edad, al menos el 72% abandonó, debido a que no se cumplió la profecía que Rutherford lanzaba, de que en 1925 resucitarían los patriarcas y vendría el Armagedón.

    Desde 1918 Rutherford venía anunciando que ‘millones que ahora viven no morirán jamás’. En 1920 imprimió el millonario folleto del mismo título. Entre 1918 y 1925 se dieron discursos masivos por todo el territorio de los Estados Unidos, anunciando el fin del sistema y la resurrección de los patriarcas en 1925. Y esto lo anunciaban como Palabra de Dios y como hecho profético indiscutible. Dado que lo profetizado no se cumplió, abandonó las filas la inmensa mayoría.

    No obstante, Rutherford, a pesar de que reconoció que ‘había hecho el asno’, no se dio por aludido y continuó con la idea de que en aquel tiempo resucitarían los patriarcas. Con tal idea recabó 25.000 dólares de los Estudiantes de la Biblia que le habían sido leales y en 1929 mandó construir la lujosa mansión de Beth Sarim (Casa de los Príncipes), en San Diego, California. En el garaje tenía un Cadillac de 16 cilindros a disposición de los resucitados, vehículo que en aquel tiempo solamente podían permitírselo los millonarios, dado su valor de unos 6.000 dólares, cuando un utilitario apenas rondaba los 400 dólares.

    Al Capone, el famoso gánster, tenía un vehículo igual; pero Rutherford disponía de dos Cadillac de 16 cilindros: uno en San Diego y otro en Nueva York. Y eran los tiempos de la Gran Depresión, en que millones de personas sufrían hambre y privaciones serias, incluídos los propios Estudiantes de la Biblia que habían aportado el dinero para la construcción de la mansión de Beth Sarim y la compra de los suntuosos automóviles.

    Rutherford ocupó la mansión de Beth Sarim en 1930. En las escrituras, a nombre de los resucitados, se recalca que, mientras los antiguos patriarcas venían a tomar posesión de la casa recientemente construída en San Diego, Rutherfod viviría en ella. En 1939 adquirió Rutherford un terreno colindante y construyó la mansión de Beth Shan (Casa de Seguridad). Como pensaba que la guerra mundial se extendería a los Estados Unidos, mandó construir dos refugios antiaéreos, tal como hacían los millonarios y los políticos de entonces. Estos refugios fueron descubiertos por el comprador de la finca, años después.

    Rutherford murió en Beth Sarim y dejó escrito que lo enterraran en dicha finca. Mientras se tramitaba el permiso de enterramiento con las autoridades municipales, Rutherford permanecía en una nevera de hielo. Como el permiso fue denegado, se solicitó nuevo permiso para el enterramiento en la finca de Beth Shan, algo que también fue denegado por las autoridades. Todo esto puede leerse en la literatura de la Sociedad Watch Tower de aquel tiempo.

    A finales de Abril de 1942, tres meses y medio después, la Watch Tower anunció por escrito que Rutherford había sido enterrado en el antiguo terreno de la radio. Pero para entonces el terreno ya no era de la Watch Tower y en él no hay más cementerio que el de los metodistas, que también tienen ahí una iglesia. Los últimos enterramientos en dicho terreno se hicieron en el siglo XIX. A partir del XX era obligado enterrar a los muertos en los cementerios públicos. Ni qué decir tiene que en ese terreno no existe lápida alguna que señale que Rutherford está enterrado en el lugar. Se sospecha que está enterrado en Beth Sarim, como así lo afirmó el nuevo propietario de la finca.

    Casi ningún testigo de Jehová conoce esta triste historia, al igual que desconoce que el antecesor de Rutherford, Russell, fue enterrado con todos los honores en Pittsburgh y junto a su tumba se le erigió el grandioso monumento de una pirámide egipcia en granito, la cual ostenta el emblema masónico de la cruz y la corona.

    Los ancianos y superintendentes con los que mantuvimos conversaciones desconocían la historia, excepto unos pocos de mayor edad. Watch Tower y el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová tratan de quitar importancia a todo esto y ocultan a sus miembros la realidad de lo ocurrido. Aún muchos superintendentes y ancianos les dicen a quienes se enteran del asunto y piden información al respecto que todo esto es invención de los apóstatas. Pero es lo que está escrito en la antigua literatura de la Watch Tower y en los periódicos de la época.

 

2 comentarios:

  1. Decía descartes:Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez...Sigo esta Máxima!!!

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  2. Y ahora los nuevos dirigentes no quieren ni acordarse del pobre "Pepe tres botellas", como le decían sus allegados. De la casa Beth Sarim y de los bunkers ni pío se dice en las atalayas; menos se dirá de las alucinaciones del buen J F Rutherford...

    Y los Cadillacs, Apá?...

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