(Traducción del libreto de John Power)
PROLOGO (1)
Se consideran en
este opúsculo cuestiones doctrinales que son básicas en la organización de los
testigos de Jehová y que son motivo de expulsión de las filas congregacionales
de quienes no las acepten. A estas personas expulsadas o desasociadas se las tiene
por apóstatas del cristianismo verdadero, que así considera el Cuerpo
Gobernante de los testigos de Jehová al conjunto de conocimientos, normas y
prácticas de su organización, sin importar si cambian con el tiempo.
Por más que se mire, las doctrinas subsecuentes
aquí expuestas no vienen en la
Biblia ni se desprenden de ella. Las tales le fueron en
principio impuestas a Russell por los adventistas y de ahí pasaron a los
Estudiantes de la Biblia y, en 1931,
a los testigos de Jehová, movimiento creado por
Rutherford con el escaso 30% de los Estudiantes de la Biblia que no habían
abandonado la organización entre los años 1926
y principios de 1927, cuando se constató que en 1925 no habían
resucitado los patriarcas ni vino el Armagedón, como predicaba Rutherford de
viva voz y a través del folleto ‘Millones que ahora viven no morirán jamás’.
Russell, que en plena juventud fundó el
movimiento de los Estudiantes Internacionales de la Biblia , no se paró a
investigar si eran bíblicas las fechas y doctrinas que en 1876 le transmitía el
adventista Barbour, quien fue discípulo del fundador del Adventismo, William
Miller. Estas fechas y doctrinas las adoptó Barbour de religiosos y
escrutadores bíblicos anteriores a él, aunque después modificó el significado
de alguna de esas fechas y doctrinas.
La base doctrinal de las enseñanzas de los
testigos de Jehová está en la creencia de que los judaítas pasaron setenta años
en el destierro babilónico, después de que Nabucodonosor destruyera Jerusalén y
su Templo en el año 18-19 de su reinado. Sobre esta base de los 70 años se
erigen las fechas 607 a .e.c.,
537 a .e.c.,
1914 y 1919. Si se demuestra que los judaítas no pasaron setenta años en el
destierro, sino muchos menos, está claro que las fechas edificadas sobre los 70
años se vienen abajo. Con ello se desbarajusta el año 1914, esencial en el
conglomerado de doctrinas del Cuerpo Gobernante.
Repetimos que todas estas fechas y las
doctrinas que de ellas emanan no son producto de la mente de Russell, sino que
fueron aceptadas por él de los adventistas y Russell no las cuestionó, habida
cuenta de su escaso conocimiento bíblico. Si Russell hubiera tenido el
suficiente conocimiento de la
Biblia , Barbour no le hubiera convencido de fechas y
doctrinas.
Lo mismo es cierto de los 2.520 años que la
gerencia de los testigos de Jehová imparte como doctrina de la duración de los
siete tiempos del profeta Daniel, tiempos que para Barbour, y después para
Russell y sus seguidores, eran lo mismo que los tiempos de los gentiles de los
que habla el evangelio de Lucas. Los 2.520 años fueron inventados por el
escrutador bíblico John Aquila Brown. Dicha elucubración mental no bíblica la
publicó en 1823 en su libro ‘El Atardecer’.
Los escrutadores posteriores aceptaron la
teoría de los 2.520 años sin pararse a investigar sobre su veracidad. La teoría
pasó de estos escrutadores a los adventistas y de los adventistas a los
Estudiantes de la Biblia ,
siendo aceptada finalmente por los testigos de Jehová, quienes aún no se han
detenido a investigar seriamente su procedencia, lo cual está condenado por el
Cuerpo Gobernante como ‘pensar independiente’ y, en último extremo, como
apostasía.
Restableciendo a su entendimiento original
y correcto los 70 años de los que habla el profeta Jeremías, las fechas 607 a .e.c., 537 a .e.c., 1914 y 1919
pierden su razón de ser, ya que están edificadas sobre una base del todo falsa,
pues los judaítas no estuvieron 70 años en el destierro después de que
Nabucodonosor destruyera Jerusalén en el año 18-19 de su reinado. Jeremías no
dice que su carta la dirigía a estos desterrados, sino a desterrados de once
años antes de la destrucción de Jerusalén, que es lo que claramente indica la
Biblia, aunque el Cuerpo Gobernante insista en que, por creer que ha sido comisionado
por el mismo Jesucristo para interpretar la Biblia -lo cual se demuestra incierto-,
Jeremías se estaría refiriendo forzosamente a los desterrados del año 18-19 de
Nabucodonosor.
Aunque personalmente tenía mis dudas acerca
de ciertas doctrinas del llamado ‘esclavo fiel y discreto’, fueron algunos
ancianos de las congregaciones los que sincera y abiertamente, sin temor a las
consecuencias que de ello se derivaran, me aportaron dosieres sobre doctrinas
que el Cuerpo Gobernante debería cambiar por no ser bíblicas. El haber hecho
llegar tales dosieres al Cuerpo Gobernante hubiera supuesto la expulsión
inmediata de estos ancianos y probablemente la mía.
He estudiado detenidamente todo esta
información y de ella, así como de otras publicaciones, extracto la materia del
libreto que nos ocupa. Estoy convencido de que el Cuerpo Gobernante no es
consciente de las inexactitudes que predica, inexactitudes sobre las que ha
edificado el entero edificio doctrinal.
Durante
años fui superintendente de circuito y después de distrito. La presente obra la
firmo con pseudónimo, dadas las circunstancias en las que me encuentro, si bien
estoy contento de haber tomado la decisión que tomé.
Los
continuos cambios de doctrinas, que para el Cuerpo Gobernante de los testigos
de Jehová son ‘nueva luz’, me hicieron pensar que algo no podía ir bien en la
organización de los Testigos. La nueva luz supondría que el entendimiento
anterior se completaría de alguna manera y no que más tarde fuera un
entendimiento enteramente distinto. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, con la
generación que no pasaría y con la idea del concepto de ‘esclavo fiel y
discreto’. (Continuará).
Gracias por este interesante material. Quisiera aportarte un informe que hice sobre cómo los "dramas bíblicos" presentados en las asambleas contienen inexactitudes y anacronismos.
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