miércoles, 21 de agosto de 2019

Del libro BASES DOCTRINALES DE LOS TJ (54)


La cruz de Cristo, ¿tenía brazos
o era un simple madero vertical?

    ¿Murió Jesucristo en la clásica cruz o en un simple poste vertical? Los evangelios no especifican cómo era la cruz o el madero en que se clavó a Cristo. Pero es significativo que los primeros padres de la Iglesia hayan entendido que la cruz del nazareno no fue un simple madero vertical, sino una cruz, decantándose buena parte de ellos por la del tipo griego.
   Nuestras biblias traducen la palabra cruz de los términos griegos ‘Stauros’ y ‘Xylon’. ‘Xylon’ se refiere al material que lo compone, es decir, la madera. ‘Stauros’ aparentemente designa una estaca vertical, pero tal definición se da por extensión, sin detenerse a considerar su apariencia o forma. ‘Stauros’ puede significar tanto un poste de madera o ‘crux simplex’ como uno con travesaño horizontal o ‘patíbulum’.
    Luciano de Samosata escribió hacia el año 140 su obra ‘El Juicio de las Vocales’. En ella señala que la palabra ‘Stauros’ proviene de la letra griega T (sTAUros), y que por tanto un ‘stauros’ no es otra cosa que una cruz en forma de T, es decir, un madero vertical y otro horizontal superior.     
    Se utilizaban diferentes modelos de cruces para colgar, fuera clavados o amarrados, a aquellos a quienes el estado consideraba malhechores. El modelo con ‘patíbulum’ que se colocaba horizontalmente sobre el madero vertical o ‘stipes’ y que formaba una T, se denominaba ‘cruz conmisa’, y probablemente fuera el más popular entre los romanos, por la facilidad con que el ‘patíbulum’ o madero horizontal podía encajarse sobre el ‘stipes’ o estaca vertical.
    En Palestina los maderos para armar las cruces destinadas a las ejecuciones solían ser de olivo, aunque también se importaba madera de la ciudad siria de Alepo, por lo que generalmente se trataba de cruces de baja altura, que difícilmente alcanzaban los dos metros treinta de altura, como pudieron haber sido aquéllas en que se colgaron a Cristo y a los dos malhechores, cuyos pies no estarían más allá de diez centímetros del suelo.
    Ello parece demostrarlo el hecho de que el centurión alcanzase a clavar su lanza en el pecho de Jesús, además del hecho de haberse aplicado a la boca del nazareno una esponja empapada en vinagre, ensartada en una caña cuyas dimensiones, lanza y caña, no sobrepasarían el metro y medio.
    Era costumbre que el reo transportase sobre sus hombros, hasta el lugar de ejecución el ‘patíbulum’, que los expertos calculan en unos 35 kg. El ‘stipes’ o madero vertical, de más de 110 kg., difícilmente lo hubiera transportado el reo, débil como estaba después de haber recibido el horrible castigo de 40 azotes con látigos en cuyas puntas se ensamblaban unas pequeñas bolas de hierro.
    El ‘stipes’ lo transportaban previamente los soldados y lo encajaban en el suelo, esperando la llegada del reo atado al ‘patíbulum’, al cual arrojaban de espaldas al suelo y lo clavaban o ataban por las muñecas o por lo antebrazos, un brazo en cada extremo, izándolo seguidamente sobre el madero vertical y encajándolo en el extremo superior, sobre cuyo ensamblaje se colocaba finalmente el letrero con el nombre y cargos del condenado, quedando el rótulo sobre la cabeza, en tanto que los brazos quedaban en posición semihorizontal, algo caídos por el peso del cuerpo. Finalmente se clavaban los pies al ‘stipes’, no juntos por su parte delantera, como hasta ahora se creía, sino uno a cada lado del madero, clavados por la parte exterior del talón.
    Es probable que así haya sido en el caso de Jesucristo, de quien el incrédulo Tomás dijo que ‘a menos que vea las señales de los clavos en sus manos, no creeré’. Si las manos de Jesús se clavaron en posición vertical al madero, atravesadas ambas por un solo clavo, mal pudo decir Tomás  ‘clavos’ en plural. De haber sido uno solo, hubiera dicho ‘a menos que vea la señal del clavo en sus manos…’ A no ser, claro, que las manos hubieran sido clavadas, como los pies, una a cada lado del madero vertical. Pero en este caso no hubiera dicho el evangelio que Jesús iba cargado con un madero, es decir, con un ‘patíbulum’.

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