La
Traducción del Nuevo Mundo
de
las Santas Escrituras (TNM)
La TNM es producto
de un comité de traducción que se dice anónimo. Sin embargo era un secreto a
voces en Brooklyn la composición de sus miembros. Ancianos y Testigos que
servían entonces en la central mundial de Brooklyn informaban sin trabas de que
el comité estaba compuesto por Natan H. Knorr, Frederick W. Franz, Milton
Henschel, Albert Schroeder y George D. Gangas.
Ninguno de los mencionados sabía griego clásico. Franz
había tomado veintiuna horas de griego; pero ese tiempo es suficiente para conocer
únicamente el alfabeto y alguna palabra suelta. En alguna publicación se lee
que Franz tenía dos años de griego clásico, lo cual no es cierto. Solamente
había conseguido estudiar veintiuna horas de griego. Con todo, dos años de
griego son muy pocos para emprender una traducción tan ingente y difícil como
es la de verter la Biblia del griego al inglés. Los traductores bíblicos del
Nuevo Testamento son personas con décadas de experiencia en el antiguo idioma
griego. No es posible traducir una sola línea si no se posee esta experiencia.
La Watchtower
aduce que no se dan a conocer los nombres de quienes componían el citado comité
para no recibir gloria de los lectores. Sin embargo hay muchas traducciones
bíblicas en las que sí figuran los nombres de los traductores y estos no
reciben gloria de los lectores. Sus nombres figuran como garantía de que se
trata de profesionales de la traducción del griego y el hebreo a los idiomas
actuales. Pero en el caso del comité de la Watchtower no pueden figurar los nombres
debido a que ninguno de los componentes era docto en griego y en hebreo y por
tanto el trabajo no tiene garantía de que sea genuino.
En el prólogo de
la TNM se lee: ‘Es una gran responsabilidad traducir las Santas Escrituras de
sus lenguas originales -el hebreo, el arameo y el griego- al habla moderna’.
Pero en ninguna parte dice que el comité de la Watchtower encargado para este
asunto haya realizado la tarea de la traducción de los manuscritos hebreos y
griegos al inglés. Decir esto sería mentir descaradamente y la Watchtower y el
Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová lo saben. ¿Qué fue exactamente lo
que hizo el comité?
Personas que
entonces estaban en Brooklyn testimoniaron de que el comité consultó diversas
biblias católicas y protestantes en inglés. Incluso consultó la Biblia Hebraica
de Kittel en inglés. No obstante la parte de las Escrituras Hebreas de la TNM
corresponde a la Septuaginta y no a la Biblia hebrea. Es más que probable que
todas esas biblias en inglés realizaron la TNM, adaptando los textos a las
doctrinas entonces vigentes en la Watchtower. Corría el año 1953 cuando vio la
luz la TNM.
Muchas doctrinas
han cambiado desde aquel tiempo y esa es una de las razones por la que la
gerencia de los testigos de Jehová haya impreso la nueva biblia de tapas
grises. En ello anda para darla a conocer en diferentes idiomas. Si la TNM era
la mejor de todas las traducciones bíblicas, como aseguraba el Cuerpo
Gobernante, ¿por qué se publica una nueva versión? Emplear aquí la palabra ‘versión’
es lo correcto, ya que la TNM no es en realidad una traducción, sino una
versión de la Biblia, pues no se basa en la traducción directa o en la consulta
de los manuscritos hebreos y griegos.
En la introducción
de la Biblia con referencias de la Watchtower figura una lista de antiguos
códices consultados; pero eso es imposible, ya que ninguno de los del comité de
traducción era capaz de leer griego, y hebreo menos.
El Cuerpo
Gobernante continúa escondiendo las respuestas que diversos eruditos en las
lenguas hebrea y griega dieron acerca de la TNM. Por ejemplo, el Dr. Walter
Martin escribe que el Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo no
merece respeto de clase alguna porque ‘no había ningún traductor reputado con
títulos reconocidos en exégesis o traducción griega o hebrea’.
El Dr. Bruce M.
Metzger, profesor de literatura del Nuevo Testamento, de la Universidad de
Princeton, dice textualmente: ‘Una horriblemente mala traducción... Si los
Testigos de Jehová toman esta traducción en serio son politeístas’.
El Dr. Eugene A.
Nida, director del Departamento de Traducción de la Sociedad Bíblica Americana,
escribe: ‘Respecto a Juan 1:1, hay una complicación porque evidentemente la
Traducción del Nuevo Mundo fue hecha por personas que no toman en serio la
sintaxis del griego’.
El Dr. J.R. Mantey
(mencionado en las páginas 1158-1159 de la Traducción Interlineal de la
Watchtower): ‘Una sorprendente mala traducción, obsoleta e incorrecta… No es ni
erudito ni razonable traducir Juan 1:1 como que la palabra era un dios.
El Dr. Philip B.
Harner, de la Universidad de Heidelberg, es cribe, refiriéndose al inicio del
evangelio de Juan: ‘En la forma en que Juan la usó, la palabra TEOS está
colocada al principio para énfasis, lo cual descarta por completo la traducción
un dios'.
El Dr. William
Barclay, de la Universidad de Glasgow, Escocia: ‘Juan 1:1 es traducido como que
la Palabra era un dios. Una traducción gramáticamente imposible’.
El Dr. Samuel J.
Mikolasky, de Zurich, Suiza: ‘Esta construcción anártrica (usada sin el
artículo) no tiene el mismo significado que el artículo indefinido 'un' tiene en
inglés. Es algo monstruoso traducir esta frase como que la Palabra era un
dios'.
Son numerosos los
eruditos del griego y del hebreo que critican la Traducción del Nuevo Mundo
como ejemplo de versión incorrecta de las Escrituras para adaptarlas a las
creencias de los entusiastas jehovistas.
Por último, en el
libro ‘El Verbo, ¿quién es?, según Juan’, publicado por la Sociedad Watchtower
en 1962, se dice en la página 5 que la traducción del texto de Juan 1:1 en el
sentido de que ‘la Palabra era un dios’ se basa en la opinión del ex sacerdote
espiritista Johannes Gréber, que así lo publicó en 1937 en su obra ‘Nuevo
Testamento, nueva traducción y explicación basada en los manuscritos más
antiguos. A Gréber le citan además en las siguientes publicaciones: ‘Ayuda para
entender la Biblia’, ‘Asegúrense de todas las cosas’ y ‘La Atalaya del 1 de
Mayo de 1976’.
Por otro lado la
Atalaya del 15 de enero de 1956 publica: ‘Queda manifiesto que el ex sacerdote
Johannes Gréber fue ayudado en su traducción por los espíritus en quienes él
cree’. Su esposa era una médium espiritista y ambos se comunicaron con el mundo
espiritual. Así, pues, la Sociedad Watchtower cita a J. Gréber para apoyar su
traducción de Juan1:1, conociendo a fondo el hecho de que Gréber era un
espiritista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario