miércoles, 11 de septiembre de 2019

Del libro BASES DOCTRINALES DE LOS TJ (69 y último)


¿Se escribió el Nuevo Testamento
en el siglo IV? (3)

    Nos preguntamos si Eusebio de Cesarea no es realmente el autor de los libros del Nuevo Testamento y que todo eso lo escribió en el siglo IV, a petición del emperador Constantino. Es que Eusebio ya nos coló todas las mentiras habidas y por haber con su ‘Historia eclesiástica’ y las cartas de los padres apostólicos, de los que tampoco da razón la Historia seglar. Y resulta que estos padres citan de los evangelios. Si no existieron, ¿cómo es que defienden la existencia de los evangelios?
    No tenemos más remedio que llegar a la conclusión de que absolutamente todo es producto de la mente de Eusebio, que actuaba a las órdenes del emperador, el cual pretendía establecer una religión única en el Imperio. Y sería precisamente en el siglo IV, en tiempos de Constantino, cuando nacería el cristianismo. Por tanto los evangelios no serían más que una novela histórica impuesta a la fuerza como suceso real para poder establecer la nueva religión. Jesucristo y los apóstoles serían los personajes centrales de la novela.
    No se sabe con seguridad quién o quiénes escribieron los evangelios y las cartas apostólicas. Aunque la Iglesia afirma sin pruebas que fueron escritos en el siglo I, se sospecha que los evangelios y algunas cartas las escribió Eusebio de Cesarea, en tanto que casi todas las epístolas paulinas las habría escrito Lactancio, ambos en el siglo IV, a las órdenes del emperador Constantino, quien pretendía instaurar una nueva religión común para el Imperio. Fue precisamente en ese siglo IV cuando Constantino fundó no solamente la Iglesia Católica, sino el cristianismo.
    Constantino nombró los primeros epíscopos (obispos) en el año 312 y su primera reunión con ellos la celebró el 313 en la ciudad francesa de Arelate (Arles).  El emperador nunca se hizo cristiano, aunque la Iglesia diga lo contrario. Constantino murió atendido por Eusebio de Nicomedia, a quien la Iglesia cataloga de hereje. No murió al amparo de una religión que él mismo había hecho inventar. A finales del siglo IV el emperador Teodosio impuso obligatoriamente en todo el Imperio, bajo pena de muerte, el cristianismo que su antiguo predecesor Constantino había instaurado.
     La atribución de la autoría del Nuevo Testamento a Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Pedro y Santiago es tradición de la Iglesia Católica y se basa en los escritos de Eusebio de Cesarea, que ya se sabe que se inventó a los padres de la Iglesia y a ellos les atribuyó unas supuestas cartas que en modo alguno pudieron escribir, ya que no existieron tales padres de los siglos I a III, excepción hecha de un par de ellos a quienes Eusebio les colgó escritos cristianos de los que aquéllos no eran autores.
    Tras convocarse el Concilio de Nicea en el año 325, al que existieron 64 epíscopos nombrados por Constantino, se les suministró a casi todos una copia de los ‘nuevos testimonios’ confeccionados por Eusebio y Lactancio, según las órdenes de Constantino. Ninguno de los epíscopos había tenido hasta entonces acceso a dichos escritos que desconocían por completo. Esos escritos son los que forman el Nuevo Testamento.
    Las cartas atribuídas a Pablo fueron escritas antes que los evangelios. Lo más lógico es que, quien primero escribe, narre la historia de los personajes centrales, en este caso Jesucristo y los apóstoles. Sin embargo Pablo guarda absoluto silencio al respecto y menciona a un Cristo intangible y no humano. Las citas paulinas sobre un Jesucristo textual no cabe duda de que son inserciones tardías en el texto. Es raro que el primer narrador del cristianismo no diga absolutamente nada sobre la existencia terrenal y hechos del hipotético fundador del cristianismo, aunque sí mencione a unos supuestos primeros seguidores post apostólicos.
    La aparición de personajes reales en las cartas paulinas, así como en los evangelios, no significa que los relatos hayan sido reales. Las novelas históricas se ambientan precisamente en los tiempos de ciertos personajes reales, lo que no quiere decir que los personajes centrales o protagonistas de esas novelas hayan existido.
    Eusebio de Cesarea menciona en su ‘Historia eclesiástica’ que Jesucristo le escribió una carta al rey de Edesa, en contestación a otra que el monarca le había enviado. Según Eusebio, la carta estaba en los archivos de Edesa. Este relato fue tomado como verídico por siglos, hasta que se descubrió que era inventado. Si Eusebio fue capaz de mentir tan descaradamente en aras de una supuesta investigación histórica, hemos de entender que nos mintió en todo lo que escribió en su ‘Historia eclesiástica’ y en otras historietas de corte similar, como las cartas que atribuyó a unos presumibles ‘padres’ de la Iglesia.
    Al igual que el relato de Eusebio sobre la carta de Jesucristo al rey de Edesa, la Iglesia hizo pasar como verídica la llamada ‘donación de Constantino’, donación que, a favor de la Iglesia, también se demostró falsa, pues el escrito había sido realizado siglos después de Constantino y hecho pasar por más antiguo. Eso de hacer pasar documentos recientes por más antiguos es lo que precisamente ha caracterizado a la Iglesia Católica.
    Así, pues, los evangelios se escribieron en el siglo IV y se hicieron pasar como documentos del siglo I. Y Eusebio creó su ‘Historia eclesiástica’ con hipotéticos personajes que venían del siglo I y a los que hizo pasar por sucesores de los apóstoles. Y además creó las cartas de los ‘padres’ apostólicos para dejar ‘testimonio’ de que los evangelios eran fidedignos, al igual que sus personajes. 
    Quien miente en lo poco, miente en lo mucho; pero Eusebio mintió en todo. Eusebio pretendía  demostrar que los evangelios y las cartas apostólicas eran escritos genuinos del siglo I. También pretendía demostrar que la Iglesia de Roma era la sucesora legítima de los apóstoles, aunque dejó de lado a los apóstoles que supuestamente regían la Iglesia desde la propia Jerusalén. Y dejó de lado al apóstol Juan, a quien le hubiera correspondido el legítimo derecho de gobernar la Iglesia. Pero, claro, Eusebio sabía que ni existieron Juan ni los demás apóstoles, y ni siquiera Jesucristo, pues él mismo los había inventado.     
    Eusebio se obligó a mentir en sus escritos porque debía obedecer órdenes del emperador Constantino. Y Eusebio sabía cómo se las gastaba el emperador, quien mandó asesinar a su propio hijo. Si no perdonó a su hijo Crispo, menos le hubiera perdonado a Eusebio. Así que Eusebio escribió. Pero algo debían de contener los escritos del Nuevo Testamento de Eusebio, probablemente una serie de acrósticos que los delataban como falsificaciones, para que poco más de medio siglo después el obispo de Roma ordenase urgentemente a Jerónimo de Estridón que tradujese aquello al latín, rompiéndose así la cadena de acrósticos de los escritos griegos de Eusebio.  
    Jerónimo tradujo y agregó lo suyo. Y ahí fue cuando surgió la Vulgata latina y posteriormente los códices que, basados en esa Vulgata, fueron hechos pasar por la Iglesia como de siglos anteriores al copiarlos en papiro con caracteres antiguos.   
    Los primeros códices del Nuevo Testamento datan del siglo IV y no existen códices de siglos anteriores. Ello se explica porque el Nuevo Testamento fue escrito en el siglo IV y no antes. Y los primeros templos y sepulcros cristianos son también del siglo IV, algo lógico, pues no existió el cristianismo antes de que lo instituyese Constantino y Eusebio y Lactancio escribieran los libros del Nuevo Testamento, para lo cual Eusebio creó los personajes de Jesucristo y los apóstoles y los ubicó en la época de César Augusto, Herodes, Pilatos y otros personajes históricos, con el objeto de que el relato fuera más creíble.
    Los relatos del Nuevo Testamento hemos de tomarlos como lo que realmente son: literatura a la que no hemos de adaptar la vida, tal como tampoco la adaptaríamos al relato cervantino del Quijote.





8 comentarios:

  1. Identifican el manuscrito cristiano más antiguo del mundo.

    La carta, fechada 230 años después de Cristo, "no deja dudas sobre el sentimiento cristiano de su autor", según Sabine Huebner, profesora de Historia Antigua en la Universidad de Basilea.

    Científicos de la Universidad de Basilea (Suiza) han identificado la carta privada cristiana más antigua conocida. Se trata de un papiro de principios del siglo III y nombrado "P.Bas. 2.43", según indica un comunicado difundido este jueves por la Universidad.

    La carta, datada en el año 230 después de Cristo, ofrece información sobre el mundo de los primeros cristianos del Imperio Romano y es más antigua que todos los testimonios documentales cristianos previamente conocidos del Egipto romano.

    El papiro, desde hace más de 100 años propiedad de la Universidad de Basilea, incluye una carta mandada de Arrianus a su hermano Paulus y "destaca", según el comunicado, de las otras cartas recibidas del Egipto grecorromano por su fórmula de saludo final: "Rezo para que estés bien, en 'el Señor' ", usando una ortografía abreviada al final.

    "El uso de esta abreviatura, estamos hablando de un llamado 'nomen sacrum', no deja dudas sobre el sentimiento cristiano del autor", dice Sabine Huebner, profesora de Historia Antigua en la Universidad de Basilea.

    "Pablo es un nombre muy raro en ese momento, y podemos deducir que los padres mencionados en la carta ya eran cristianos y que habían dado a a su hijo el nombre del apóstol 200 años después de Cristo", explica Huebner.

    El papiro proviene del pueblo Theadelphia (Egipto) y pertenece al Heroninos, el archivo de papiro más grande de la época romana, concluye el comunicado.

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  2. En el párrafo 8 del cuarto artículo "Consolemos a las víctimas de los abusos"
    de la Atalaya de estudio de Mayo de 2019, jw. org declara que el abuso sexual de menores es un “DELITO ATROZ”.

    Por otro lado, jw.org califica por su cuenta la apostasía como un pecado imperdonable contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31):

    ***Atalaya 15/7/2007 pág. 20 párr. 20***

    “Quienes teman HABER PECADO CONTRA EL ESPÍRITU SANTO hacen bien en preguntarse: “¿Soy un apóstata que ha rechazado la luz espiritual?”. Al hacerse esas preguntas, lo más probable es que se den cuenta de que no han blasfemado contra el espíritu santo de Dios ni se han vuelto apóstatas."

    Es decir, que si un testigo de Jehová comete un delito atroz, como considera jw.org la pederastia, lo perdonan sin denunciarlo, pero si otro testigo de Jehová la somete a escrutinio y crítica, denunciado sus atropellos en cuanto a cómo tratan la pederastia, es un apóstata cuyo “pecado” es imperdonable.

    LA DESFACHATEZ, EL CINISMO Y LA DESVERGÜENZA DE jw.org NO TIENE LÍMITES.

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  3. En el párrafo 8 del cuarto artículo "Consolemos a las víctimas de los abusos"
    de la Atalaya de estudio de Mayo de 2019, jw. org declara que el abuso sexual de menores es un “DELITO ATROZ”.

    Por otro lado, jw.org califica por su cuenta la apostasía como un pecado imperdonable contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31):

    ***Atalaya 15/7/2007 pág. 20 párr. 20***

    “Quienes teman HABER PECADO CONTRA EL ESPÍRITU SANTO hacen bien en preguntarse: “¿Soy un apóstata que ha rechazado la luz espiritual?”. Al hacerse esas preguntas, lo más probable es que se den cuenta de que no han blasfemado contra el espíritu santo de Dios ni se han vuelto apóstatas."

    Es decir, que si un testigo de Jehová comete un delito atroz, como considera jw.org la pederastia, lo perdonan sin denunciarlo, pero si otro testigo de Jehová la somete a escrutinio y crítica, denunciado sus atropellos en cuanto a cómo tratan la pederastia, es un apóstata cuyo “pecado” es imperdonable.

    LA DESFACHATEZ, EL CINISMO Y LA DESVERGÜENZA DE jw.org NO TIENE LÍMITES.

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  4. En el párrafo 8 del cuarto artículo "Consolemos a las víctimas de los abusos"
    de la Atalaya de estudio de Mayo de 2019, jw. org declara que el abuso sexual de menores es un “DELITO ATROZ”.

    Por otro lado, jw.org califica por su cuenta la apostasía como un pecado imperdonable contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31):

    ***Atalaya 15/7/2007 pág. 20 párr. 20***

    “Quienes teman HABER PECADO CONTRA EL ESPÍRITU SANTO hacen bien en preguntarse: “¿Soy un apóstata que ha rechazado la luz espiritual?”. Al hacerse esas preguntas, lo más probable es que se den cuenta de que no han blasfemado contra el espíritu santo de Dios ni se han vuelto apóstatas."

    Es decir, que si un testigo de Jehová comete un delito atroz, como considera jw.org la pederastia, lo perdonan sin denunciarlo, pero si otro testigo de Jehová la somete a escrutinio y crítica, denunciado sus atropellos en cuanto a cómo tratan la pederastia, es un apóstata cuyo “pecado” es imperdonable.

    LA DESFACHATEZ, EL CINISMO Y LA DESVERGÜENZA DE jw.org NO TIENE LÍMITES.

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    1. No se lo que ha pasado, solo comenté una vez pero ha aparecido 3 veces y me ha pasado lo mismo en la web cartas jw.

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    2. No se lo que ha pasado, solo comenté una vez pero ha aparecido 3 veces y me ha pasado lo mismo en la web cartas jw.

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  5. Y ahora acabo de comentar 1 vez, pero ha aparecido repetido el comentario.

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