(Del libro HISTORIA EN VERSO DE LA WATCHTOWER
Y LOS TESTIGOS DE JEHOVA, de Teófilo Josefo Tadeo,
de la edición número 24)
de la edición número 24)
¿Pide el pobre de comer
y le das predicación?
No puede ser buena acción
descuidar el gran deber
de dar comida al hambriento.
Para que Dios te bendiga,
llena al pobre la barriga;
después cuéntale tu cuento,
si es que te quiere escuchar,
que no tiene obligación
de oir tu disertación
y la puede rechazar.
Tú en cambio no te desligas
de la generosidad,
que es obra de caridad
con que al prójimo te obligas.
¿Pues no atendió el Cristo a miles
dándoles panes y peces,
todo eso sin muchas preces
y sin discursos febriles?
Porque el Cristo predicaba
pero a la par daba trigo,
no como hace hoy el testigo
que charla y charla y no acaba.
No niegues tu pan al pobre
y, cual si fuera tu hermano,
abre corazón y mano
y dale aunque no te sobre.
No busques contrapartida,
no esperes a cambio nada;
si eres persona abnegada,
más feliz será tu vida.
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