Doce mil por doce son,
de simbólica manera,
la santa nación entera,
según la Revelación.
Libro simbólico es
el que tal número ofrece
y quien literal lo rece,
lo expone todo al revés.
Este libro peculiar
se añadió como inspirado
ya el siglo cuarto adentrado.
Antes no era familiar.
Se quiere decir con ello
que Jesucristo y los doce
no conocieron el roce
de tan doctrinal resuello.
Y los primeros cristianos
tampoco lo conocieron
y por tanto no pudieron
predicarlo a otros humanos.
Y a los suyos, ordenado
Jesús les dejó al partir
que habían de compartir
cuanto les hubo enseñado.
Pero esta doctrina extraña
que surgió mucho después,
de la cabeza a los pies
no es más que pura patraña.
No la enseñó el Nazareno
ni la mandó predicar;
no se puede ni tocar
porque no es más que veneno.
Y lo del Armagedón
es otro gran simbolismo
que viene en el libro mismo.
No es profético pregón.
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