martes, 21 de mayo de 2019

Entre 1926 y 1927 se perdió el 73% de los Estudiantes de la Biblia



    Los testigos de Jehová son un grupo creado por Rutherford en 1931. Solamente recibió ese nombre el 27% de los Estudiantes de la Biblia que entre 1926 y 1927 no había  abandonado las filas. El abandono masivo se debió a las falsas doctrinas de Rutherford, quien venía predicando desde 1918 que los patriarcas antiguos resucitarían en 1925 y a continuación vendría el Armagedón.
    Pasó 1925 y nada de esto ocurrió y miles comenzaron a marcharse. En la Atalaya del 15 de febrero de 1927 Rutherford publicó que todos los Estudiantes de la Biblia (porque todos se consideraban ungidos) constituían el grupo del esclavo fiel y discreto, y no Russell, como hasta entonces se creía. Rutherford dijo que el esclavo fiel y discreto había sido inspeccionado por Jesucristo en 1918 y que en 1919 había sido nombrado como administrador de todos sus bienes en la Tierra.
    Como los Estudiantes de la Biblia no tenían constancia del nombramiento, ocho y siete años atrás, en los primeros meses de 1927 terminó de marcharse el 73% de los Estudiantes de la Biblia (tal vez el 72%, suponiendo que el 1% hubiera muerto por la avanzada edad).
    En el Anuario de la Watchtower de 1926, que corresponde a 1925, el número de participantes en el Memorial fue de unos 90.000 (entonces todos los Estudiantes de la Biblia se consideraban ungidos). En el Anuario de 1928, que corresponde a 1927, el número de participantes en el Memorial bajó a unos 23.000. Todos los demás se habían marchado del grupo de los estudiantes de la Biblia entre 1926 y principios de 1927.  De todo esto dieron testimonio además los que entonces trabajaban en el Betel central. Muchos superintendentes y ancianos de hoy día (incluído el Cuerpo Gobernante) están perfectamente enterados de esto, aunque no le dan importancia al asunto.
    Rutherford quiso eliminar el nombre de Estudiantes de la Biblia y en 1931 se le ocurrió poner el nombre de testigos de Jehová a los del resto de esos Estudiantes. Los testigos de Jehová eran todos ungidos en ese tiempo y apareció en 1935 la llamada ‘gran muchedumbre’ (un error de Rutherford, pues el Apocalipsis dice que la gran muchedumbre es la que sale de la gran tribulación). Los de la gran muchedumbre no eran considerados testigos de Jehová, sino ‘Jonadabs’. Esta doctrina sigue vigente hoy y solamente son testigos de Jehová los ungidos, como bien saben muchos superintendentes y ancianos, aunque se hacen los despistados ante la evidencia para no perder sus puestos.
    En la antigüedad eran testigos de Jehová los del pueblo de Israel. Correspondientemente, los testigos de Jehová actuales serían únicamente los del ‘Israel espiritual’ o ungidos. Pero esta doctrina no es bíblica de ninguna manera, sino que se basa en la ideología utópica de unos pocos, algunos de los cuales son anteriores a Russell. Por cierto, a Russell se le está desplazando y hoy se le considera un precursor al estilo de Juan el Bautista. Y así como Juan el Bautista no fue cristiano, tampoco Russell fue ungido, que es el entendimiento que ahora tienen no pocos superintendentes y ancianos, incluído el Cuerpo Gobernante.
    Rutherford continuó con la idea de que los patriarcas del antiguo Israel resucitarían y en 1929 mandó construir la lujosa mansión de Beth Sarim en San Diego. En tanto resucitaban los patriarcas, Rutherford la ocupó hasta su muerte el 8 de enero de 1942. Cerca de Beth Sarim construyó otra mansión, denominada Beth Shan. Ambas mansiones fueron vendidas en el más absoluto de los secretos y la mayoría de los Testigos, ancianos inclusive, no tienen referencia de esto.

viernes, 17 de mayo de 2019

Aquellos 2.520 años




    El Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová continúa enseñando que el reino de Jehová Dios en la tierra, que estaba representado en Jerusalén, fue quitado de la tierra en el año 607 antes de nuestra era. Evidentemente ese reino no desapareció del cielo, sino únicamente de la tierra. El reino de Dios en el cielo jamás desapareció.
    Enseña también el Cuerpo Gobernante que el reino de Jehová Dios desaparecería de la tierra durante 2.520 años, desde el 607 a.e.c. hasta 1914, en que sería re establecido de nuevo. ¿Dónde? Naturalmente, en la tierra. No en el cielo, porque del cielo no había desaparecido. Pero el Cuerpo Gobernante dice que el reino fue re establecido en el cielo en 1914. Eso es imposible, ya que el reino no había desaparecido del cielo, sino únicamente de la tierra.
    El reino de Dios, pues, sería re establecido en la tierra, lo cual debería haber sucedido en 1914, que era lo que Russell predicaba. Pero han pasado más de cien años y el reino no ha sido re establecido en la tierra. ¿Qué ocurrió con los 2.520 años?
    Jesucristo, los apóstoles, el apóstol Pablo y los demás escritores del Nuevo Testamento nada hablan de los 2.520 años. No enseñaron esa doctrina que en la Biblia es extraña. Ni Jesucristo ni los apóstoles conocieron tal doctrina. Jesucristo dijo que solo el Padre sabía el tiempo en que llegaría el fin.
    Jesucristo mandó que se enseñase a otros lo que él había enseñado. Y la doctrina de los 2.520 años no la enseñó. Nada se sabía de ella en aquellos tiempos. Hasta el año 1823 no fue establecida tal doctrina. La estableció un tal John Aquila Brown, que fue el primero en decir que los siete tiempos del profeta Daniel duraban 2.520 años, o el doble de lo que hasta entonces se creía. Esa doctrina de los 2.520 años pasó a otros grupos religiosos, como los adventistas del séptimo día, y de ahí a los Estudiantes de la Biblia y a los testigos de Jehová.
     Estos últimos, los testigos de Jehová, aparecieron en 1931, cuando Rutherford cambió el nombre al 27% de los Estudiantes de la Biblia que no había abandonado el movimiento entre 1926 y principios de 1927, algo que se les oculta a los Testigos de hoy.
    Los 2.520 años se basan en la creencia que tenía Brown de que los 2.520 días que pasó Nabucodonosor sin ser rey, por estar enajenado mentalmente (aunque la Historia no lo dice), se convertían en 2.520 años debido al entendimiento que tenían algunos judíos de la Edad Media, por el cual había que contar un año por cada día. Pero Brown, que había empezado a calcular con años de 360 días, al final aplicó inadvertidamente años solares de 365 días, cuando debieron haber sido por lógica años de 360 días.
    En 1844 el entusiasta bíblico Edward Bishop Elliott, publicó el libro ‘Horas con el Apocalipsis’ y en él expuso por vez primera que los 2.520 años iban del 606 a.e.c. al año 1914. No obstante se equivocó en un año de menos y por eso en 1943 la Sociedad  adelantó el año 606 al 607 a.e.c. y el 536 lo pasó al 537.     
    Las fechas 607 y 537 a.e.c. aparecen publicadas por primera vez en el libro ‘La verdad os hará libres’, escrito por el vicepresidente de la Watchtower, Fred Franz, a la sazón el teólogo único de dicha Sociedad cuando no existía el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, aunque hoy se llama ‘cuerpo gobernante’ a la junta directiva de la Watchtower de aquel tiempo.
    El Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová fue creado en 1971 y a partir de 1976 se hizo cargo de la Sociedad Watchtower y de los testigos de Jehová, desplazando por completo al presidente y al vicepresidente de la Sociedad. En la actualidad existen dos cuerpos gobernantes: el de la Sociedad Watchtower y el de los testigos de Jehová.
    Los 2.520 años, al ser doctrina que no viene en la Biblia ni Jesucristo y los apóstoles la conocía -sino que fue establecida por religiosos de Babilonia la Grande-, ya están comenzando a ser desplazados en los altos círculos de los testigos de Jehová, aunque la desaparición total será para largo.
    Hay ancianos y superintendentes que no creen en esos 2.520 años por no ser bíblicos. Ya se hablaba hace tiempo de que la fecha de 1918 desaparecería por no ser bíblica, como tampoco son bíblicas las fechas de 1914 y 1919. Con el tiempo desaparecerán todas las fechas paulatinamente y la gerencia testiguil hará hincapié en la predicación masiva a todas horas.
    También se profundizará en el tema de que quien no predique lo suficiente no podrá ser resucitado, porque ahora se entiende que todo el mundo ha de morir y nadie pasará vivo al nuevo sistema. Pero este ya es otro López. Los cambios afectarán negativamente a los Testigos de mayor antigüedad, muchos de los cuales abandonarán las filas, aunque de todas maneras era de esperarse que desaparecieran de la escena por ley natural.
    Los más jóvenes seguirán expandiendo, sin sopesar la realidad, las extrañas doctrinas inculcadas por los directivos de los testigos de Jehová, que ya no serán considerados ungidos. Pero a esto le cuelga tiempo todavía.