sábado, 23 de mayo de 2020

Fechas, tiempos y doctrinas no bíblicas de los testigos de Jehová (y III)


  
    El Cuerpo Gobernante continúa aferrado a los 70 años que entiende como tiempo que los judaítas pasaron en el destierro babilonio después de que Jerusalén fuera arrasada por Nabucodonosor. Y como entiende también dicho Cuerpo que los judaítas salieron del destierro en el año 537 a.e.c., de ahí que sumen 70 años al 537 y lleguen al 607 a.e.c. como año hipotético de la destrucción de Jerusalén. Sin embargo la Biblia no dice que los judaítas estuvieron 70 años en el destierro.
    ¿Qué son los 70 años de los que habla la Biblia y que los testigos de Jehová entienden como 70 años de desolación de Jerusalén y consiguiente destierro? El texto principal se halla en Jeremías 29:10. Ahí se lee, en versión de la nueva TNM: ‘Conforme se cumplan 70 años en Babilonia, yo (Jehová) dirigiré mi atención a ustedes’. El Cuerpo Gobernante  da  a entender el texto de la siguiente manera: ‘Conforme ustedes cumplan 70 años de destierro en Babilonia…’ Esto es lo que defienden los testigos de Jehová con sus propias vidas, sin haber investigado imparcialmente el asunto, sino que solamente han aceptado a ciegas una enseñanza que en realidad no es bíblico.  
    Lo que despista en el texto de Jeremías es la preposición ‘en’, que hace que no se interpreten correctamente las palabras del profeta. Los expertos en el antiguo idioma hebreo ven incorrecto usar aquí la preposición castellana ‘en’. Lo correcto en este caso es traducir la preposición hebrea por las castellanas ‘a’, ‘de’ o ‘para’. Por esa razón las biblias que traducen de los manuscritos hebreos o los consultan vierten de la siguiente manera el texto, desde principios del siglo pasado:
    ‘Cuando a Babilonia se le cumplan los setenta años…’ (Biblia de Jerusalén).
    ‘Cuando se cumplan los setenta años de Babilonia…’ (Nácar Colunga).
    Casi todas las versiones bíblicas dicen lo mismo. Y es sorprendente la versión en sueco de la TNM editada en el año 2002, donde se lee: ‘Conforme se cumplan setenta años para Babilonia…’ (TNM en sueco, del 2002).
    Obsérvense las preposiciones ‘a’, ‘de’, ‘para’, aplicadas a Babilonia y no a los desterrados. Jeremías se refiere a los 70 años que duró Babilonia desde la toma de la ciudad de Harrán hasta la caída de la propia Babilonia. Jeremías no dice que los desterrados habrían de estar 70 años en Babilonia ni que Jerusalén habría de estar desolada 70 años. Jeremías se refiere al tiempo que duró Babilonia como imperio tras haber conquistado Asiria, lo que aconteció con la toma de la ciudad de Harrán, donde se había refugiado el rey asirio Asurubalit II.
    Los historiadores sabían de los 70 años de Babilonia y por eso, cuando descubrieron gracias a la cronología egipcia que Harrán había sido tomada en el año 609 a.e.c., sumaron 70 años al 609 y así en principio llegaron al 539 a.e.c. como año de la caída de Babilonia. Posteriormente las fechas 609 y 539 a.e.c. fueron corroboradas como rigurosamente exactas por diversos medios. Entre ambas fechas median los famosos 70 años de Babilonia, a los que alude Jeremías.
    El inventor de los 2.520 años atribuídos a los tiempos de los gentiles o de las naciones fue el entusiasta bíblico John Aquila Brown, quien en 1823 publicó su obra ‘El atardecer’. Hasta entonces se consideraba que esos tiempos duraban por lo general 1.260 años. Brown duplicó la cifra y la elevó a 2.520 años. Se basaba en que, como Nabucodonosor había estado fuera del trono siete tiempos, esos siete tiempos se barajaban como de 360 días cada uno o un total de 2.520 días.
    Como desde la Edad Media los judíos venían aplicando un año a cada día bíblico, Brown convirtió los 2.520 días de Nabucodonosor en 2.520 años. Pero inadvertidamente esos 2.520 días que eran siete tiempos de 360 días, los convirtió en años solares de 365,25 días, con lo que en realidad los siete tiempos fueron 2.556 días elevados a años (exactamente 365,25 x 7 = 2.556,75) y no 7 tiempos de 360 días (7 x 360 = 2.520).  
    Brown aplicó el comienzo de los 2.520 años al año 604 a.e.c., que era el primero de reinado de Nabucodonosor, quien había subido al trono en el 605 a.e.c. El final de los tiempos lo llevó a 1917, argumentando que en ese año brillaría la gloria de Israel. Casualmente en diciembre de 1917 los ingleses conquistaron Jerusalén a los turcos y la cuenta de Brown de los 2.520 años fue tomada como profética. Los entusiastas bíblicos, muchos de los cuales practicaban el ocultismo, extendieron la doctrina de que los 2.520 años eran el tiempo oculto en la Biblia para la gobernación de Jesucristo sobre la Tierra.  Pero la Biblia no dice que desde el inicio del reinado de Nabucodonosor hasta el tiempo en que Jesucristo reinaría sobre la tierra habrían de pasar 2.520 años. Todo es especulación mental de protestantes ocultistas.
    Años después Elliot, el autor del libro ‘Horas del Apocalipsis’, creyó entender que Nabucodonosor había ascendido en el 606 a.e.c. y fijó el comienzo de los 2.520 años en el 606 a.e.c., concluyéndolos para 1914; pero se equivocó en un año de menos y le salieron 2.519 años. La cuenta real llegaría al año 1915 y no a 1914. Este desfase de un año es lo que Fred Franz, vicepresidente y teólogo único de la Watch Tower, trató de corregir en 1943, sin saber de dónde había salido la fecha del 606 a.e.c., la cual adelantó al 607 a.e.c. para que el año 1914 permaneciera intocable.
    Volviendo a Josefo, este cita a Beroso y escribe en ‘Contra Apión’ que: Nabucodonosor reinó 43 años; Evil Merodac, 2 años; Neriglisar, 4 años; y Nabonido, 17 años. Tolomeo dice lo mismo y otro tanto con firman la lista de los reyes en Uruk y la estela de Adad Guppi. De la lista de los reyes en Uruk, descubierta a mediados del siglo XX en las excavaciones de Babilonia, no habla el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová. Tampoco habla de la estela de Adad Guppi.
    Los reyes babilonios mencionados reinaron 66 años. Aplicados los 66 años al 605 a.e.c. en que inició su reinado Nabucodonosor, se confirma la fecha del 539 a.e.c. como año de la caída de Babilonia. Las decenas de miles de tablillas cuneiformes descubiertas en la antigua Babilonia tienen en sus cabeceras el nombre del rey en función y su año de reinado. Ordenadas convenientemente, las tablillas dan exactamente los nombres y años de reinado de los monarcas precitados. La Arqueología, pues, está acorde con la Historia. También lo está la Astronomía.
    Existe una tablilla, de la que se descubrió una segunda copia, denominada diario astronómico VAT 4956. La tablilla indica que fue escrita en el año 37 de Nabucodonosor. En ella figuran 28 posiciones estelares cuyo conjunto fue estudiado a fondo por los astrónomos, quienes descubrieron que tales posiciones solamente pudieron haberse dado en el año 568 a.e.c. La Watch Tower solamente acepta las posiciones lunares de la tablilla; pero estas posiciones se repiten cada 11 años y es imposible saber a qué año de  nuestro cómputo corresponde el 37 de Nabucodonosor. Solamente es posible saberlo si se tienen en cuenta todas las posiciones de la tablilla, ya que se repiten cada 25.920 años, debido al movimiento de precesión del eje terrestre.
    El año 568 a.e.c., comprobado astronómicamente, ha sido aceptado por la comunidad científica internacional como ‘el año científico absoluto’ y sirve hoy para medir la corriente del tiempo histórico, mejor que el año 539 a.e.c., que es fecha exacta, pero no absoluta porque no está comprobada astronómicamente. Si el año 568 a.e.c. fue el 37 de reinado de Nabucodonosor, el año de ascenso de este rey fue el 605 a.e.c. (568 + 37 = 605). Naturalmente, esto no lo acepta el Cuerpo Gobernante porque echa por tierra la teoría de los 2.520 años y las fechas 607 a.e.c. y 1914, que no son bíblicas ni se insinúan en la Biblia, por más que los ocultistas quieran hacer números. Pero esto es lo que se aceptó del adventista Barbour a través de Russell y a día de hoy no se puede ya cambiar lo que está establecido doctrinalmente, a sabiendas de que no es parte de la verdad. Los testigos de Jehová se obligan a servir al Cuerpo Gobernante y a la Watch Tower, que es una sociedad comercial lucrativa. Pero los primeros cristianos no servían a una sociedad comercial y lucrativa.




viernes, 15 de mayo de 2020

Fechas, tiempos y doctrinas no bíblicas de los testigos de Jehová (II)



    El Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová enseña que, como los judaútas estuvieron 70 años en el destierro y salieron de Babilonia en el 537 a.e.c, 70 años hacia atrás llevan al 607 a.e.c. como año de la destrucción de Jerusalén y su templo. Los años 607 y 537 a.e.c. fueron establecidos por la Watch Tower en 1943. Antes de ese tiempo y durante más de 66 años se estuvo predicando que el templo fue destruído en el 606 a.e.c. y que los judaítas salieron del destierro en el 536 a.e.c. Este cambio arbitrario de fechas, producto de la mente de un solo individuo, Fréderick W. Franz, vicepresidente y teólogo único de la Watch Tower, hizo que un gran número de Testigos abandonara la organización. ¿Por qué se cambiaron las fechas?
   Charles Russell recibió del adventista Nelson H. Barbour la doctrina de que la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor fue en el 606 a.e.c. y que en 1914 Jesucristo regresaría a la Tierra para suprimir los gobiernos y establecer el Paraíso. Esto lo estuvo predicando Russell desde 1876. Las fechas 606 a.e.c. y 1914 fueron establecidas por el entusiasta protestante Edward Bishop Elliot y aparecen en su libro 'Horas del Apocalipsis’, publicado en 1844. Elliot creía que entre ambas fechas mediaban 2.520 años, que era el tiempo que John Aquila Brown había establecido en 1823 para la duración de los años de los gentiles o de las naciones.
    Sin embargo, años antes de 1914 Russell descubrió que había un error de un año menos entre el 606 a.e.c. y 1914. Pasado 1914 y no viendo que había llegado Jesucristo en su gloria, Russell trasladó el año del fin del sistema y llegada de Jesucristo a 1915. Y tampoco vino en ese año. Hasta 1943 no se sabía qué había ocurrido en 1914, salvo que fue el año del comienzo de la Gran Guerra Europea. Y en 1943 la Watch Tower añadió el año que le faltaba al cómputo de 2.520. Pero, en vez de pasar el fin a 1915, adelantó un año, del 606 al 607 a.e.c., la supuesta caída de Jerusalén. Al hacerlo, le quedaba descuadrado el lapso de 70 años y adelantó la salida del destierro del 536 al 537 a.e.c. Esto no lo vieron bíblico muchos testigos y se marcharon, entre ellos no pocos ancianos.
    Elliot, el autor del libro ‘Horas del Apocalipsis’, había sacado la fecha del 606 a.e.c. del libro ‘Primer elemento de la sagrada profecía’ que en 1843 había publicado el teólogo inglés Thomas Rawson Birks, quien defendía que la fecha del 606 a.e.c. era el año de ascenso de Nabucodonosor y que el 536 a.e.c. era el año en el que salieron del destierro babilonio los judaítas. Birks no explica en su libro de dónde sacó la fecha del 606 a.e.c. Pero en su tiempo todos los historiadores y el público aceptaba que Jerusalén había caído en el año 587 a.e.c. o 18 del reinado de Nabucodonosor, mientras al mismo tiempo se aceptaba que Nabucodonosor había subido al trono en el 605 a.e.c. y no en el 606 a.e.c.
    En tiempos de Birks había entusiastas bíblicos que, al leer en Jeremías 52:12 que Nabucodonosor había destruído Jerusalén en el año 19 de su reinado, al año 587 le sumaron 19 años y así llegaron al 606 a.e.c. como año de subida al trono de Nabucodonosor. Sin embargo se equivocaron en la aplicación, pues no es lo mismo el año diecinueve que diecinueve años. El año diecinueve significa que han pasado dieciocho años y esos son los años que debieran haber sumado al 587 para llegar correctamente a la fecha 605 a.e.c. para el ascenso de Nabucodonosor.
    Así pues, el año 606 a.e.c. nació de un error. De todas maneras los entusiastas bíblicos de aquel tiempo declaraban el 606 a.e.c. como año de ascenso de Nabucodonosor. Pero cuando el adventista Barbour leyó el libro ‘Horas del Apocalipsis’, creyó que había un error con el año 606 a.e.c. y declaró que lo que ocurrió en ese año fue la destrucción de Jerusalén, atrasando el año de ascenso de Nabucodonosor al 624 a.e.c., en contra de lo que demostraban los historiadores. Este grave error se lo pasó Barbour a Russell y Russell no investigó si lo que le transmitía Barbour era bíblico o no. De haber tenido el suficiente conocimiento bíblico, Russell no se habría dejado convencer por Barbour. Pero Russell tenía entonces 23 años y su conocimiento de la Biblia era bastante superficial. Russell comenzó a predicar fechas y doctrinas adventistas con gran entusiasmo. Pero, como dice una Atalaya de los testigos de Jehová, ‘el entusiasmo no hace que lo que se cree o se predica sea verdadero’.
    Russell pasó los errores de fechas y doctrinas a los Estudiantes de la Biblia y estos los transmitieron a los testigos de Jehová, grupo creado por Rutherford en 1931 tras la desaparición del 73% de los Estudiantes de la Biblia entre 1926 y principios de 1927. En 1943 la Watch Tower, inconsciente del error de la fecha del 606 a.e.c. (¿o tal vez sí estaba consciente?), adelantó un año la destrucción de Jerusalén y la salida del destierro que predicaba y por eso hoy han quedado establecidas entre los Testigos las fechas 607 y 537 a.e.c.
    La realidad histórica, arqueológica y astronómica, e incluso por la propia Biblia, demuestra que la fecha correcta del ascenso de Nabucodonosor es el año 605 a.e.c. y que la destrucción de Jerusalén y su templo acaecieron en el 587 a.e.c. o año 18 del reinado de Nabucodonosor.

sábado, 9 de mayo de 2020

Fechas, tiempos y doctrinas no bíblicas de los testigos de Jehová (I)



    En su obra ‘Contra Apión’, Josefo escribe que Nabucodonosor, en el año dieciocho de su reinado, destruyó el templo de Jerusalén y en esa condición ruinosa permaneció durante cincuenta años, hasta que en el año segundo de Ciro se colocaron los cimientos del nuevo templo. Es decir que, según Josefo, con quien están de acuerdo la Historia, la Arqueología y la Astronomía, pasaron cincuenta años desde la destrucción del templo de Jerusalén hasta el año segundo de Ciro en que se pusieron nuevos cimientos.
    La Sociedad Watch Tower y el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová enseñan que el año segundo de Ciro fue el 536 antes de la era cristiana (a.e.c.). Eso significaría que el templo fue destruído en el año 586 a.e.c., es decir, cincuenta años antes. La realidad histórica y demostrada es que el año segundo de Ciro fue el 537 a.e.c. y por tanto cincuenta años atrás llevan al 587 a.e.c.  
    Pero la Watch Tower y el Cuerpo Gobernante recalcan inflexiblemente que el año segundo de Ciro fue el 536 a.e.c. porque estiman que los judaítas salieron del destierro en el 537 a.e.c. y estuvieron en Babilonia 70 años, con lo que la fecha de la destrucción del templo la retrasan al 607 a.e.c. y a ese año 607 le añaden los 2.520 años que supuestamente durarían los tiempos de los gentiles, con lo que éstos terminarían en 1914, año en que Jesucristo comenzaría a reinar en la Tierra, según la enseñanza de los adventistas y que Russell aceptó de ellos (enseñanza que tomó un giro distinto en 1943) y los gentiles ya no gobernarían en el planeta porque sería establecido el Paraíso en él.
    Pero los gentiles continúan gobernando, lo que lógicamente significa que sus tiempos no pudieron haber terminado en 1914. Esta es, como se ha mencionado, una doctrina que los adventistas le transmitieron a Charles Russell, el fundador de los Estudiantes Internacionales de la Biblia, de los que el 27% de ellos adoptó el nombre de testigos de Jehová en 1931. El resto, a excepción de los que murieron por edad avanzada,  abandonó las filas por culpa de las antibíblicas doctrinas de Rutherford, el segundo presidente de la Watch Tower.
    Tenemos, pues, dos fechas para la destrucción del templo de Jerusalén: la del 587 y la del 607 a.e.c. ¿Cuál es la verdadera? Veamos en primer lugar lo que se desprende de la propia Biblia cuando se le aplica la cronología histórica.
    En Esdras 6:15 se lee que el nuevo templo de Jerusalén fue inaugurado en el año sexto de Darío. ¿A qué año de nuestro cómputo corresponde? El libro ‘Toda Escritura’, de los testigos de Jehová, explica que el año sexto de Darío correspondió al 515 a.e.c. Esto está de acuerdo con los historiadores, que indican que Darío subió al trono en el año 521 a.e.c. Su año primero, pues, fue el 520; su año segundo, el 519; su año tercero, el 518; su año cuarto, el 517; su año quinto, el 516; y su año sexto, el 515 a.e.c.
    Con esto en mira, veamos lo que dice el capítulo 7 de Zacarías, según la nueva Traducción del Nuevo Mundo (TNM) de los testigos de Jehová:
    ‘Además, aconteció que en el cuarto año de Darío el rey…  Betel procedió… a decir a los sacerdotes que pertenecían a la casa de Jehová de los ejércitos y a los profetas: “¿Lloraré en el quinto mes, practicando una abstinencia como lo he hecho estos, oh, cuántos años?”… Di a toda la gente de la tierra y a los sacerdotes: Cuando ustedes ayunaron y hubo plañido en el quinto [mes]…  y esto por setenta años, ¿ayunaron realmente para mí?’
    El texto indica que en el quinto mes el pueblo llevaba ayunando 70 años ayunando. ¿Por qué en el quinto mes? Porque en ese mes de hacía 70 años fue destruído el templo de Jerusalén, tal como dice Jeremías 52:12 y 13: ‘Y en el mes quinto… el rey de Babilonia… procedió a quemar la casa de Jehová’.
    Por tanto el pueblo ayunaba en el mes quinto por la destrucción del templo de Jerusalén y llevaba haciendo esto por 70 años a la fecha del cuarto año de reinado de Darío. ¿Cuándo fue el cuarto año?  Si el año 515 a.e.c. fue el sexto de Darío, su año cuarto fue el 517 a.e.c. En ese año 517 llevaba el pueblo ayunando 70 años en el mes quinto.
    Una sencilla operación matemática señala en qué año fue destruído el templo de Jerusalén. Si en el 517 a.e.c. llevaban los judaítas ayunando 70 años por la destrucción, el templo fue arrasado en el 587 a.e.c. (517 + 70 = 587).
    Este asunto le fue expuesto en su día a un superintendente de distrito y no acertó a dar una respuesta en el momento. Días después el superintendente dijo que en el año 517 a.e.c. los judaítas estaban pensando en lo que les había ocurrido 20 años atrás, es decir, en el 537 a.e.c. Los textos bíblicos, por supuesto, nada dicen de que los judaítas estaban pensando en lo ocurrido 20 años atrás. Se le hizo ver al superintendente que el templo fue inaugurado en el año 515 a.e.c. y eso no fue 20 años atrás. Se le hizo ver también que el templo comenzó a construirse en el 519 a.e.c. o año segundo de Darío y no 20 años atrás.
    Finalmente el superintendente, tartamudeando, se defendió, bastante alterado, diciendo que si no se acepta que los judaítas estaban pensando en lo que les ocurrió 20 años atrás o en el 537 a.e.c., los 70 años del destierro se venían abajo, además de la fecha del 607 a.e.c. y 1914. Y concluyó: ‘La fecha de 1914 hay que defenderla con uñas y dientes por encima de todo, y si no se hace así todas las doctrinas de los testigos de Jehová quedan obsoletas’. Los superintendentes de distrito han desaparecido ya.