En su obra ‘Contra Apión’, Josefo escribe que Nabucodonosor, en el año
dieciocho de su reinado, destruyó el templo de Jerusalén y en esa condición ruinosa
permaneció durante cincuenta años, hasta que en el año segundo de Ciro se
colocaron los cimientos del nuevo templo. Es decir que, según Josefo, con quien
están de acuerdo la Historia, la Arqueología y la Astronomía, pasaron cincuenta
años desde la destrucción del templo de Jerusalén hasta el año segundo de Ciro
en que se pusieron nuevos cimientos.
La Sociedad Watch Tower y el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová
enseñan que el año segundo de Ciro fue el 536 antes de la era cristiana
(a.e.c.). Eso significaría que el templo fue destruído en el año 586 a.e.c., es
decir, cincuenta años antes. La realidad histórica y demostrada es que el año segundo
de Ciro fue el 537 a.e.c. y por tanto cincuenta años atrás llevan al 587 a.e.c.
Pero la Watch Tower y el Cuerpo Gobernante recalcan inflexiblemente que
el año segundo de Ciro fue el 536 a.e.c. porque estiman que los judaítas
salieron del destierro en el 537 a.e.c. y estuvieron en Babilonia 70 años, con
lo que la fecha de la destrucción del templo la retrasan al 607 a.e.c. y a ese
año 607 le añaden los 2.520 años que supuestamente durarían los tiempos de los
gentiles, con lo que éstos terminarían en 1914, año en que Jesucristo
comenzaría a reinar en la Tierra, según la enseñanza de los adventistas y que
Russell aceptó de ellos (enseñanza que tomó un giro distinto en 1943) y los
gentiles ya no gobernarían en el planeta porque sería establecido el Paraíso en
él.
Pero los gentiles continúan gobernando, lo que lógicamente significa que
sus tiempos no pudieron haber terminado en 1914. Esta es, como se ha
mencionado, una doctrina que los adventistas le transmitieron a Charles
Russell, el fundador de los Estudiantes Internacionales de la Biblia, de los
que el 27% de ellos adoptó el nombre de testigos de Jehová en 1931. El resto, a
excepción de los que murieron por edad avanzada, abandonó las filas por culpa de las
antibíblicas doctrinas de Rutherford, el segundo presidente de la Watch Tower.
Tenemos, pues, dos fechas para la destrucción del templo de Jerusalén:
la del 587 y la del 607 a.e.c. ¿Cuál es la verdadera? Veamos en primer lugar lo
que se desprende de la propia Biblia cuando se le aplica la cronología histórica.
En Esdras 6:15 se lee que el nuevo templo de Jerusalén fue inaugurado en
el año sexto de Darío. ¿A qué año de nuestro cómputo corresponde? El libro
‘Toda Escritura’, de los testigos de Jehová, explica que el año sexto de Darío
correspondió al 515 a.e.c. Esto está de acuerdo con los historiadores, que
indican que Darío subió al trono en el año 521 a.e.c. Su año primero, pues, fue
el 520; su año segundo, el 519; su año tercero, el 518; su año cuarto, el 517;
su año quinto, el 516; y su año sexto, el 515 a.e.c.
Con esto en mira, veamos lo que dice el capítulo 7 de Zacarías, según la
nueva Traducción del Nuevo Mundo (TNM) de los testigos de Jehová:
‘Además, aconteció que en el cuarto año de Darío el rey… Betel procedió… a decir a los sacerdotes que
pertenecían a la casa de Jehová de los ejércitos y a los profetas: “¿Lloraré en
el quinto mes, practicando una abstinencia como lo he hecho estos, oh, cuántos
años?”… Di a toda la gente de la tierra y a los sacerdotes: Cuando ustedes
ayunaron y hubo plañido en el quinto [mes]…
y esto por setenta años, ¿ayunaron realmente para mí?’
El texto indica que en el quinto mes el pueblo llevaba ayunando 70 años ayunando.
¿Por qué en el quinto mes? Porque en ese mes de hacía 70 años fue destruído el
templo de Jerusalén, tal como dice Jeremías 52:12 y 13: ‘Y en el mes quinto… el
rey de Babilonia… procedió a quemar la casa de Jehová’.
Por tanto el pueblo ayunaba en el mes quinto por la destrucción del
templo de Jerusalén y llevaba haciendo esto por 70 años a la fecha del cuarto
año de reinado de Darío. ¿Cuándo fue el cuarto año? Si el año 515 a.e.c. fue el sexto de Darío, su
año cuarto fue el 517 a.e.c. En ese año 517 llevaba el pueblo ayunando 70 años
en el mes quinto.
Una sencilla operación matemática señala en qué año fue destruído el
templo de Jerusalén. Si en el 517 a.e.c. llevaban los judaítas ayunando 70 años
por la destrucción, el templo fue arrasado en el 587 a.e.c. (517 + 70 = 587).
Este asunto le fue expuesto en su día a un superintendente de distrito y
no acertó a dar una respuesta en el momento. Días después el superintendente
dijo que en el año 517 a.e.c. los judaítas estaban pensando en lo que les había
ocurrido 20 años atrás, es decir, en el 537 a.e.c. Los textos bíblicos, por
supuesto, nada dicen de que los judaítas estaban pensando en lo ocurrido 20
años atrás. Se le hizo ver al superintendente que el templo fue inaugurado en
el año 515 a.e.c. y eso no fue 20 años atrás. Se le hizo ver también que el
templo comenzó a construirse en el 519 a.e.c. o año segundo de Darío y no 20
años atrás.
Finalmente el superintendente, tartamudeando, se defendió, bastante
alterado, diciendo que si no se acepta que los judaítas estaban pensando en lo
que les ocurrió 20 años atrás o en el 537 a.e.c., los 70 años del destierro se
venían abajo, además de la fecha del 607 a.e.c. y 1914. Y concluyó: ‘La fecha
de 1914 hay que defenderla con uñas y dientes por encima de todo, y si no se
hace así todas las doctrinas de los testigos de Jehová quedan obsoletas’. Los
superintendentes de distrito han desaparecido ya.
Hola
ResponderEliminarDisculpa que no tenga no tenga que ver con el tema, pero he creado un blog y dejo el enlace para quien quiera visitarlo:
https://venacapaca.blogspot.com/
Gracias y Saludos