lunes, 9 de mayo de 2022

Jesucristo fue creado en el siglo IV

 

    Dicen los evangelios que Jesucristo devolvía la vista a los ciegos, hacía andar a los paralíticos, convertía el agua en vino y resucitaba a los muertos.

    Ya por el solo hecho de resucitar a los muertos, tal hombre no podía pasar inadvertido. Sería una persona admirada y tenida en cuenta por todos sus congéneres y la historia seglar hablaría de él largo y tendido y relataría sus milagros.

    Los evangelios dicen también que la fama de Jesucristo traspasó las fronteras. ¿Qué significa esto? Que todos sus milagros y actividades eran conocidos en gran parte del mundo y no solamente en Judea. Por tanto los historiadores estarían enterados de su existencia y de sus milagros hasta entonces nunca vistos.

    Una persona como Jesucristo llamaría demasiado la atención y no pasaría inadvertido para los historiadores. Y sin embargo los historiadores nada escribieron sobre Jesucristo en los siglos I, II y III. ¿Por qué?

    Los devotos acérrimos dirán que no interesaba la figura de Jesucristo. ¿No interesaba un hombre que daba vista a los ciegos, hacía andar a los paralíticos, convertía el agua en vino y resucitaba a los muertos? Evidentemente interesaba a todo el mundo, sin importar raza o religión. Y quienes dicen lo contrario se equivocan en su argumentación. Sencillamente están parafraseando lo que afirman los religiosos que aducen ser doctores en teología y patrística, pero que en realidad demuestran que no lo son.

    El principal historiador judío, Filón de Alejandría, que vivió en el tiempo en que Pilatos era prefecto de Judea, nada escribe sobre Jesucristo. A Jesucristo se le presenta como  contemporáneo de Filón  Filón, siendo el cronista principal de su tiempo, no se enteró de la existencia y milagros de Jesucristo y por eso no escribió sobre él. De haber escrito hubiera publicado un libro entero.

    Si Filón no se enteró de la existencia de Jesucristo es porque Jesucristo no existía en tiempos de Filón, es decir, entre los años 20 a. C. y 64 d. C, tiempo de vida estimado de Filón.  Jesucristo comenzó a conocerse literariamente en el siglo IV, con el inicio de la Iglesia católica, que es cuando aparecen los primeros códices de los evangelios y cartas apostólicas.

    De antes del siglo IV no existe documentación alguna de los evangelios. Los papiros y listados que se hacen pasar como de los siglos II y III son engañosos y fueron falsificados probablemente a finales del siglo IV, después de que Jerónimo de Estridón escribiera la Vulgata latina, basada en uno de los códices evangélicos de Eusebio de Cesarea y en las traducciones latinas de ese códice que mejor le parecieron a Jerónimo.

    ¿De dónde sacó Eusebio de Cesarea la información para escribir los códices evangélicos que le encargó el emperador Constantino? Del mismo lugar del que sacó la información para escribir la ‘Historia eclesiástica’, es decir, de su imaginación. Eusebio se inventó a Jesucristo y los apóstoles de cara a la nueva religión que había de seguir el pueblo romano, todo por orden de Constantino.

    Pero ¿no demuestran las cuñas insertadas en Josefo (testimonio flaviano), Plinio, Tácito y Suetonio que sí existió Jesucristo? Unas simples y breves cuñas nada pueden demostrar y menos cuando tales cuñas no dan fe de los milagros que, según los evangelios, obraba Jesucristo. Se hubieran precisado libros enteros escritos por la mayoría de los historiadores para cerciorarse de que existió Jesucristo en el siglo I.

    Las cuñas aludidas, evidentemente, son todas falsas, incluídas las que se le insertaron a Josefo, probablemente en el siglo IV, sobre Jesucristo y Santiago. La de Suetonio se estaría refiriendo a un personaje de nombre Cresto, por el cual fueron expulsados de Roma los judíos. Por lo tanto Suetonio no se refiere a Jesucristo.

    Quien fuera que aplicara las cuñas a los pocos historiadores antes citados, se le olvidó insertar una cuña en los escritos de Filón de Alejandría, el más destacado historiador del siglo I. De todas maneras las cuñas no mencionan los principales milagros que a Jesucristo se le atribuyen en los evangelios.

    Así, pues, si los historiadores de los siglos I al III no escribieron sobre Jesucristo, es porque no existió. Jesucristo es creación literaria del siglo IV y hecho pasar como un personaje real del siglo I. De ahí que los primeros códices de los evangelios sean del siglo IV. De ahí también que las primeras tumbas de cristianos sean de mediados del siglo IV. Y lo mismo los templos cristianos.

 

2 comentarios:

  1. Bueno, usted sigue en la suya. miente , tergiversa y da explicaciones a cual mas esotérica y alucinante. El Gran Yosef etc etc (nombre por supuesto inventado como todo lo demás de este blog solo para parecer alguien importante) ha sentado catedra. Ha hablado el Infalible, El Gran Sabio. Uso la ironía y la mala baba porque usted es mas terco que una mula, y además se las da de que sabe cuando solo hace un copia-pega y de los malos.

    Usted repite una y otra vez, como un papagayo lo mismo. Pero pasa por alto, a los investigadores de papiros, a lo exegetas y a los historiadores. Y por supuesto a los arqueólogos. ¿Por cierto le ha ofrecido su "profundo conocimiento " a un tal Indiana Jones? Caballero deje de hacer el ridículo con sus escritos y estudie un poco que falta le hace.

    Esta claro que usted no va a dar su brazo a torcer, va en su naturaleza. pero la verdad es una, y por supuesto no se encuentra en este blog i en ninguno de sus escritos.

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  2. una cosa es alejarse de dogmas excesivos y distorsiones teológicas y otra ya descartar todo los relativo a lo sagrado, aún si no hubiese sido real ese legado literario de virtud vale más la pena que tu blog miserable y el escepticismo de todos los humanos indignos y salvajes.

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