jueves, 26 de julio de 2018

REPLANTEAMIENTOS DOCTRINALES (24)


(Traducción del libreto de John Power)

La Biblia dice que los 144.000 y la gran muchedumbre son los mismos

 
El Apocalipsis es un libro que, como el mismo indica en su principio, el mensaje se da en señales o símbolos. Si el Apocalipsis es un libro simbólico, eso significa que no ha de tomarse en sentido literal. Por tanto, cuando el libro habla de los 144.000, este número es, evidentemente, simbólico, no literal.

    La cifra de 144.000 individuos representa la totalidad del pueblo de Israel, a razón de 12.000 personas por cada una de las 12 tribus. Del mismo modo que no se sabe cuántos componían cada una de las tribus de Israel, de las 12 tribus de las que habla el Apocalipsis se desconoce el número exacto. El número 144.000 es la representación de la totalidad del pueblo.

    En el capítulo 7 de Apocalipsis se lee que los ángeles estaban reteniendo los vientos de la destrucción en tanto se sellaba a los 144.000. Más adelante el capítulo dice que ‘después de estas cosas…’ los vientos de la gran tribulación fueron soltados y de esta tribulación salió un número incontable de personas. ¿Quiénes eran estos individuos? Evidentemente, los 144.000 que entraron en la gran tribulación y que salen de ella como ‘gran muchedumbre’.

    Es indudable que la gran muchedumbre que sale de la gran tribulación comprende un número menor que la totalidad del pueblo o 144.000, pues ha de entenderse que muchos no saldrán de esa gran tribulación. Si se desconoce el número de individuos que forman la gran muchedumbre, también se desconoce cuántas personas componen el simbólico número de 144.000 individuos.

    El relato indica que la gran muchedumbre sale de la gran tribulación, no antes. Por tanto no es bíblica la doctrina impuesta por Rutherford, mediante la cual la gran muchedumbre habría aparecido en 1935. De paso ha de recalcarse que esta gran muchedumbre sale de la gran tribulación y está en la presencia de Dios. Quiere decir que gran tribulación y Armagedón son la misma cosa, y no como enseña el Cuerpo Gobernante, que dice que el Armagedón es posterior a la gran tribulación.

    La gran muchedumbre que sale de la gran tribulación está delante del trono de Dios, como indica el relato del Apocalipsis. ¿Dónde está el trono de Dios? Evidentemente, en el cielo. Por tanto la gran muchedumbre está en el cielo tras el estallido de la gran tribulación. De los 144.000 también se dice que están en el cielo. Esos 144.000 componen ahora la totalidad del pueblo de Israel y son los mismos individuos que componen la gran muchedumbre. Gran muchedumbre y 144.000 son las mismas personas, ahora en el cielo, ante el trono de Dios.

    Quiere decir que la gran muchedumbre no vivirá en la Tierra convertida en un paraíso. Tampoco vivirá literalmente en el cielo, pues tierra y cielo son simbólicos en el Apocalipsis. Por la misma razón, también es simbólico el Armagedón, palabra que únicamente aparece en el Apocalipsis.

    El Apocalipsis fue incorporado al Canon del Nuevo Testamento por la Iglesia Católica en el siglo IV. No se sabe quién lo escribió, a pesar de que el relato dice que se debe a la pluma de un tal Juan. Tampoco se sabe a qué se refiere exactamente el libro; pudiera ser que aludiera a la propia Iglesia Católica, que estaría representando al cielo.

    No es de extrañar que el libro fuera escrito por algún miembro de la incipiente Iglesia en el propio siglo IV, a pesar de que esa Iglesia afirme sin pruebas que el libro ya se conocía en el siglo II. El libro fue aceptado como inspirado por los protestantes cuando se separaron de la Iglesia Católica. Y los testigos de Jehová lo recibieron todo de los protestantes adventistas. Como afirmó en su día el miembro del Cuerpo Gobernante, Lyman A. Swingle: ‘No olvidemos que lo hemos recibido todo -culata, gatillo y cañón- de los segundo adventistas’.

 

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