Un gentil es una persona no judía. Para la
Watch Tower (WT) y el Cuerpo Gobernante (CG) de los testigos de Jehová, los
siete tiempos del profeta Daniel y los tiempos de los gentiles de los que habla
el evangelio de Lucas son lo mismo.
Según la doctrina WT-CG, los tiempos de los gentiles (que ellos llaman
‘de las naciones’) comenzaron en el 607 a.e.c. y terminaron en 1914, por lo que duraron exactamente 2.520
años solares. Las iniciales a.e.c. las defiende WT-CG como ‘antes de la era
común’, lo cual es incorrecto porque no existe una era común para toda la
humanidad, aunque sí para el cristianismo, sea genuino o no. Al principio las
iniciales ‘a.e.c.’ significaban ‘antes de la era cristiana’; pero a los
miembros de la vieja WT no les gustaba la expresión ‘cristiana’ aplicada a las
fechas.
¿Qué se entiende por tiempos de los gentiles? Sencillamente, que los
gentiles o no judíos gobernarían el planeta tras la desaparición del reino de
Dios establecido en Judá, cuyos reyes ‘se sentaban sobre el trono de Jehová’.
Se consideraba que la representación de ese trono estaba en Jerusalén. Al
desaparecer el gobierno de Jehová sobre la Tierra, WT-CG dice que en el 607
a.e.c., los gentiles dominaron la gobernación humana y eso cesaría en 1914, en
que sería establecido El reino de Dios en la Tierra, según la enseñanza oficial
jehovista.
Aunque el antiguo reino de Dios en Jerusalén despareció de la Tierra, no
desapareció del cielo, donde Salmos dice que en el cielo está el trono de Jehová.
Ese reino, según WT-CG, sería ‘reestablecido en 1914’, naturalmente, en la
Tierra, no en el cielo, porque en el cielo ya estaba activo ese reino de Dios.
Russell comenzó a predicar en 1876 que el reino de Dios sería instaurado
en la Tierra en 1914 y acabaría con los gobiernos humanos o dominación de los
gentiles. Pero eso no sucedió en 1914 y por eso Russell trasladó el año 1914 a
1915, en que tampoco se vio que fuera instaurado el reino de Dios en la Tierra.
Para octubre de 2019 han transcurrido 105 años desde que en 1914
finalizaron los tiempos de los gentiles; pero los gentiles continúan gobernando
la Tierra y el reino de Dios no ha sido establecido. Por tanto los famosos
2.520 años atribuídos a los tiempos de los gentiles son una doctrina incorrecta,
ya que el reino de Dios no ha borrado de la Tierra a los gobiernos humanos.
El binomio WT-CG continúa enseñando la doctrina de los 2.520 años como
si fuera bíblica, aunque la Biblia no habla de 2.520 años de dominación gentil.
La fecha del 607 a.e.c. para el inicio de esos 2.520 años fue impuesta
sorprendentemente por la WT en el año 1943, lo que hizo que no pocos ancianos y
muchos Testigos del montón se desasociaran de las filas jehovistas.
Antes de 1943 se enseñaba que los 2.520 años iban del 606 a.e.c. a 1914.
Eso precisamente era lo que predicaba Russell. Pero tal doctrina no es
originaria de Russell, sino que él la aceptó del adventista Nelson Horatio Barbour.
Barbour a su vez la aceptó del libro
‘Horas del Apocalipsis’ que había publicado Edward Bishop Elliot en 1844. Este
Elliot fue el primero que dijo que los siete tiempos de Daniel corrían del 606
a.e.c. hasta 1914. Pero se equivocó en el tiempo, pues ese lapso duraba
exactamente 2.519 años. Por esa razón en 1943 la WT adelantó un año la supuesta
caída de Jerusalén a manos de Nabucodonosor, que entonces pasó del 606 al 607
a.e.c., con lo que al mismo tiempo se adelantó la salida del destierro
babilonio del 536 al 537 a.e.c. Las fechas 607 y 537 a.e.c. son producto de la
mente de los dirigentes de la WT en 1943.
¿De dónde salió el año 606 a.e.c. que Elliot pregonaba y que aceptaron como
verdad bíblica Barbour, Russell y los Estudiantes de la Biblia (movimiento
creado por Russell y cuyo 27% dio origen a los testigos de Jehová en 1931)?
En 1843 el teólogo inglés Thomas Rawson Birks publicó su libro ‘Primer
elemento de la sagrada profecía’. En él aparece por vez primera la fecha del
606 a.e.c. Esa fecha la entendía Birks como el año de la subida al trono de
Nabucodonosor. Paralelamente había otros teólogos y entusiastas bíblicos que,
como todo el mundo hacía entonces, aceptaban la fecha del 587 a.e.c. como año
de la destrucción de Jerusalén.
Como dichos teólogos habían leído en Jeremías 52 que Nabucodonosor
arruinó Jerusalén en el año 19 de su reinado, lo que hicieron fue sumar 19 años
al 587 a.e.c. y así llegaron al 606 a.e.c. como año del ascenso de
Nabucodonosor, en tanto que los historiadores demostraban que fue el 605 a.e.c.
el año de ese ascenso.
Los teólogos se equivocaron al aplicar 19 años al 587 a.e.c., pues el
año 19 significa que pasaron 18 años y 18 años es lo que los teólogos debieron
haber sumado al 587, llegando así al 605 a.e.c. para el ascenso de Nabucodonosor.
Pero, dado que el 606 a.e.c. coincidía con lo que defendía Birks en su libro,
dejaron establecida la fecha del 606 a.e.c. para el ascenso de Nabucodonosor y
eso fue lo que aceptaron muchos religiosos protestantes, en lugar de aceptar el
605 a.e.c. demostrado por los historiadores. De todas maneras, la fecha
aceptada por todos para la destrucción de Jerusalén fue la del 587 a.e.c.
Cuando Barbour leyó el libro ‘Horas del Apocalipsis’ aceptó en principio
la fecha del 606 a.e.c. como la del ascenso de Nabucodonosor; pero con el
tiempo adelantó 18 años ese ascenso y lo fijó en el año 624 a.e.c., en contra
de la evidencia histórica, arqueológica, astronómica e incluso de la propia
Biblia. Barbour creyó entender que la Biblia decía que los judaítas apresados
por Nabucodonosor en el año 18-19 de su reinado habían estado 70 años
desterrados.
La Biblia no dice cuántos años estuvieron desterrados los cautivos
judaítas. Los 70 años se refieren a la duración de Babilonia como imperio
absoluto, algo que ahora entiende correctamente el CG, pero que no puede
cambiar. Cambiar eso supondría la estampida de casi todo el rebaño, lo que ya
ocurrió en 1926 con los Estudiantes de la Biblia, por culpa de las erróneas
doctrinas de Rutherford.
La fecha del 624 a.e.c. como año de ascenso de Nabucodonosor la pasó
Barbour a Russell, además de las fechas 606 a.e.c. y 1914, y Russell no se paró
a investigar si las fechas y las doctrinas eran correctas. Russell no veía más
que el negocio editorial que tenía a la vista y poco le importaba si fechas y
doctrinas eran correctas o no. El caso es que Russell se lanzó a predicar
fechas y doctrinas como si fueran parte de la Biblia. Hoy el CG admite que
Russell no predicaba la verdad. Si aquello fuera verdad, seguiría predicándose
hoy. Pero no se predica ni lo que enseñó Russell ni lo que enseñó Rutherford, salvo
algún resto doctrinal que está en vías de cambiar.
En 1943, al adelantar las fechas del 606 y 536 al 607 y 537 a.e.c.
respectivamente, se adelantó al 625 a.e.c. el ascenso de Nabucodonosor, con lo
que WT se alejó aún más de la fecha real del 605 a.e.c. El CG sabe
perfectamente que Nabucodonosor subió al trono en el 605 a.e.c.; pero admitir
esto abiertamente supondría la ruina total del negocio editorial e inmobiliario
de la WT.
A finales de los años setenta, el miembro del CG Raymond Franz descubrió
que Jerusalén había caído ante Nabucodonosor en el 587 a.e.c., de lo cual había
innumerables pruebas históricas, arqueológicas y astronómicas, dándose el caso
de que la fecha del 587 a.e.c. se desprende de la mismísima Biblia cuando se le
aplica la cronología histórica real. Raymond sugirió a sus compañeros que había
que cambiar las fechas 607 a.e.c. y 1914. Los demás miembros del CG no pudieron
aceptar eso de ninguna manera y Raymond dejó de pertenecer al CG.
Posteriormente Raymond fue expulsado injustamente de la congregación por
temor de que expandiera la verdad de la fecha 587 a.e.c. Eso hizo que publicara
los libros ‘Crisis de conciencia’ y ‘A la búsqueda de la libertad cristiana’,
que ya han hecho que decenas de miles de Testigos, incluídos ancianos y
superintendentes, abandonen las filas congregacionales. Es curioso que haya
ancianos que tengan estas precisas obras en sus casas, además de otras
catalogadas como ‘apóstatas’ por el CG.
Elliot, el autor de ‘Horas del Apocalipsis’, editado en 1844, aplicó
2.520 años al 606 a.e.c. ¿De dónde sacó esos 2.520 años? Su inventor fue John
Aquila Brown, quien en 1823 publicó su obra ‘El atardecer’, donde exponía que
los siete tiempos de Daniel duraban 2.520 años. Brown dijo que los 2.520 años
comenzaron en el 604 a.e.c., que comprobadamente era el año primero de reinado
de Nabucodonosor, y terminarían en 1917 con gloria para Israel. Casualmente el
ejército inglés conquistó Jerusalén en diciembre de 1917 y la cuenta de Brown
de los 2.520 años fue aceptada como profética, aunque posteriormente Elliot
pasó el 604 al 606 a.e.c.
Brown lo que hizo fue duplicar los 1.260 años que generalmente se creía
que duraban los siete tiempos de Daniel. Para ello tuvo en cuenta la creencia
religiosa de que Nabucodonosor había estado loco durante siete tiempos o 7 años
de 360 días, que suman 2.520 días. La Historia nada menciona de esta locura
temporal de Nabucodonosor.
Siguiendo la costumbre judía de convertir los días en años, Brown
convirtió los 2.520 días en 2.520 años. Pero se equivocó al hacerlo, pues los
2.520 días salían de 7 años de 360 días y Brown, inadvertidamente, convirtió
los 2.520 días en 2.520 años solares de 365,25 días, en lugar de tener en
cuenta años de 360 días, con lo que la cuenta real, es decir, aplicando años de
360 días, concluiría en 1881 y no en 1917.
A partir de entonces otros entusiastas bíblicos tomaron los 2.520 años
como si eso fuera lo que mencionaba la Biblia. La Biblia no dice que los 2.520
días de Nabucodonosor fueran 2.520 años solares ni dice que al final de ese
tiempo Jesucristo recibiría el reino. Todo es especulación mental de unos religiosos
que trataron de imponer una doctrina que no venía en la Biblia, pero que creían
firmemente que sí venía en la Biblia porque la leyeron mal o con ideas
religiosas preconcebidas.
La doctrina de los 2.520 años la tomó el adventista Barbour del libro
‘Horas del Apocalipsis’, de Elliot. Barbour confundió los siete tiempos de
Daniel con los tiempos de los gentiles y toda esa amalgama de tiempos y
doctrinas se la pasó a Russell, quien no investigó su procedencia, pues Russell,
con tan solo 23 años de edad, no tenía el suficiente conocimiento de la Biblia.
De haberlo tenido, Barbour no le hubiera engañado tan fácilmente.
El caso es que Russell pasó fechas, tiempos y doctrinas a los
Estudiantes de la Biblia y de estos (el 27% de los que no abandonaron las filas
en tiempos de Rutherford) pasaron a los testigos de Jehová, cuando el nuevo
grupo se creó en 1931.
A día de hoy el CG conoce perfectamente el engaño doctrinal y
cronológico que, involuntariamente, Barbour le transmitió a Russell. Cambiar
todo esto supondría un descalabro total de las filas jehovistas y eso se
pretende evitar a toda costa, manteniendo el engaño primitivo y presentándolo
como si fuera la verdad absoluta.
Si los testigos de Jehová caen, se vienen abajo el CG y la WT, y la
entera organización desaparece. De hecho son incontables los testigos de Jehová
que sospechan que han sido totalmente engañados, pero que no se atreven a
abandonar las filas para no protagonizar el horrible ostracismo al que irremediable
y desamoradamente serían sometidos.
Los 2.520 años son pues, un falso lapso para los siete tiempos de Daniel
y los tiempos de los gentiles. Son el producto de mentes desquiciadas del siglo
XIX. La Biblia nada menciona acerca de esos 2.520 años solares y tampoco dice
que desde la caída de Jerusalén hasta la coronación de Jesucristo como rey
pasarían 2.520 años. Tampoco dice la Biblia que Jesucristo recibiría el reino
en 1914.
El propio Jesucristo, al marcharse, dijo que ‘toda autoridad le había
sido dada en el cielo y sobre la tierra’, es decir, que, según el relato
neotestamentario, ya era rey cuando subió al cielo en el año 33 y por tanto no
precisaba esperar a 1914 para ser coronado. Pero los testigos de Jehová
continúan aferrados a la doctrina de los 2.520 años, a pesar de que se trata de
una idea descabellada de escrutadores bíblicos que se sentían superiores a sus
congéneres por creer que lo sabían todo de la Biblia.
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