jueves, 19 de diciembre de 2019

Los capítulos del nacimiento de Cristo son añadiduras posteriores



    El evangelio de Marcos empieza con la predicación de Juan el Bautista en el desierto. Marcos dice que ’Juan el bautizante se presentó en el desierto, predicando’.

    El evangelio de Mateo inicia el capítulo 3 con la predicación de Juan. Mateo 3:1 dice: ‘En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea’. Pero se le añadieron dos capítulos anteriores, el 1 y el 2 (probablemente los añadió Jerónimo de Estridón en su Vulgata latina hacia el año 382), relativos al nacimiento de Jesucristo y su genealogía.

    El evangelio de Lucas también inicia el capítulo 3 con la predicación de Juan. Ahí se lee: ‘La declaración de Dios vino a Juan el hijo de Zacarías en el desierto’. Al igual que en el de Mateo, en el evangelio de Lucas se añadieron los capítulos 1 y 2 sobre el nacimiento de Jesucristo y su genealogía (probablemente el autor fue Jerónimo), aunque esta genealogía difiere de la de Mateo.

    El evangelio de Juan principia realmente en el versículo 19 del capítulo 1 con la predicación de Juan en el desierto, donde se lee: ‘Ahora bien, este es el testimonio de Juan’. Se le añadieron los 18 primeros versículos, de contenido más elevado que el del resto del evangelio.

    Pablo, que escribió sus cartas antes que los evangelios, no menciona el nacimiento de Jesucristo ni Belén. Quien escribe primero es el que habitualmente refiere los detalles de la vida de un personaje. Pero Pablo guarda silencio absoluto, como si nada supiera del Cristo en la tierra. Para Pablo el Cristo es un ser intangible. Y es evidente que todas las menciones que Pablo hace de un Cristo en la tierra han sido añadidas con posterioridad.

    El autor del evangelio de Marcos habría sido el primero en escribir y a los demás evangelistas les fueron añadidos los capítulos y versículos sobre el nacimiento de Jesucristo, y a Juan se le añadieron los 18 primeros versículos.

    Tenemos, pues, que los cuatro evangelios principiaban indefectiblemente con la predicación de Juan el Bautista en el desierto.

    La atribución de los evangelios a Mateo, Marcos, Lucas y Juan es obra de Eusebio de Cesarea, que así lo escribe en el siglo IV, poniéndolo en boca de los padres apostólicos, los cuales son invención de Eusebio, a excepción de Orígenes y Tertuliano, a quienes Eusebio les añade escritos que hacen ver que los tales eran cristianos, cuando de ninguna manera lo eran.

    En realidad no se sabe quién o quiénes escribieron los evangelios, aunque se sospecha que fue Eusebio de Cesarea en el siglo IV. Los protestantes y los testigos de Jehová toman los nombres de los evangelistas de la tradición de la Iglesia Católica. Los protestantes se llevaron la Biblia católica en el siglo XVI creyendo que toda ella era palabra de Dios, cuando en realidad muchas partes del Nuevo Testamento fueron añadidas por la Iglesia a través de los siglos.

    Los testigos de Jehová siguen la tradición protestante de considerar el Nuevo Testamento como palabra de Dios, sin saber que ese Nuevo Testamento ha sido manipulado y ampliado innumerables veces por la propia Iglesia, que recompuso los códices, controlados por la jerarquía eclesiástica.

    Cuando se inventó la Imprenta y se imprimió la Biblia hacia mediados del siglo XV, se le fue de las manos a la Iglesia el control de los códices y desde entonces no los manipula, habida cuenta de que el número de Biblias impresas era muy superior al de los códices y no se pudo controlar su destino. La mayoría de los códices siguen la línea de la Vulgata latina, por lo que esos códices fueron escritos a partir del siglo V.

    Los primeros códices los escribió Eusebio de Cesarea en el siglo IV. El códice más antiguo que existe es el ‘Siaíticus’, descubierto a mediados del siglo XIX y escrito en griego hacia mediados del siglo IV (o antes) por Eusebio de Cesarea. Difiere por completo de la Vulgata latina de Jerónimo. Se cree que es uno de los cincuenta códices escritos por Eusebio, cumpliendo órdenes del emperador Constantino.


2 comentarios:

  1. Que atrevida es la ignorancia, caballero. Usted deliberadamente miente porque hay manuscritos mas antiguos de los evangelios. Le pongo un ej: el P25, que se encuentra una parte en UK y otra en el monasterio de Montserrat en España. Es tan antiguo (posiblemente del 125 e.c.) que los especialistas dicen o que es el original o la primera copia del evangelio de Juan.
    Luego que un señor del s. IV escribiera e inventara una personalidad como la de Cristo, con tantos detalles históricos, geográficos, de la vida diaria, que es un milagro mas grande que cualquiera de los que están consignados en los 4 evangelios.
    Hagaselo mirar, porque sus aires de grandeza chocan con su ignorancia mas supina.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el comentario. Yo también creía en los papiros neotestamentarios anteriores al siglo IV. Jerónimo, que escribió la Vulgata no se basó en ellos. 'Aparecieron' entre finales del siglo IV y principios del V y la Iglesia los hizo pasar por más antiguos. Y el caso es que no se sabe en qué se basó Eusebio para escribir sus códices. Hay teólogos que afirman que los evangelios y las epístolas se perdieron y Eusebio puso por escrito lo que se transmitía oralmente. Naturalmente, esto es descabellado. De todas maneras, gracias por comentar.

    ResponderEliminar