martes, 13 de febrero de 2018

REPLANTEAMIENTOS DOCTRINALES (2)

(Traducción del libreto de John Power)


PROLOGO (2)

    La Verdad no cambia jamás. Y si cambia, es que no se trata de la Verdad, sino de un entendimiento humano de la misma, como ha sido el caso en todos los cambios doctrinales. El no aceptar ese entendimiento que se daba como Verdad le ha costado a cientos de miles de personas sinceras la expulsión de la congregación.

    Ya el apóstol Pablo decía que muchos llegarían a creer la mentira como si fuera verdad. Y los miembros del Cuerpo Gobernante, así como la mayoría de superintendentes y ancianos, aceptan la mentira creyendo que se trata de la Verdad de la palabra de Dios. Lo creen así porque no se atreven a investigar imparcialmente. Hacerlo supone apostasía y temen ser expulsados de las filas congregacionales, con el consiguiente profundo reproche antisocial.

    He tenido conversaciones con muchos ancianos que en el fondo, debido a su estudio imparcial de la Biblia, no creían en gran parte de las doctrinas que el Cuerpo Gobernante imponía. Personalmente nada pude hacer ante eso, pues de otra manera, si informara del asunto, aquellos serían expulsados y la organización se hubiera quedado sin apenas ancianos. Esto también les surgió a otros compañeros superintendentes. Tuve que callar porque, de tanto escuchar a los ancianos dubitativos, ya empezaba a tener mis dudas, que eran realmente serias. Otros superintendentes con quienes trataba asiduamente también tenían las suyas.

    Hubo ancianos que abandonaron la organización; pero la mayoría de los que tenían dudas profundas se veían incapaces de marcharse debido a intereses familiares, profesionales, comerciales y sociales entre sus familiares y compañeros de creencia. Por otro lado, dejar de ser anciano supone no ser bien visto por los demás, a no ser que se trate de casos de grave enfermedad.

    Por entonces un anciano me pasó el libro ‘Crisis de conciencia’, escrito por Raymond Franz, ex miembro del Cuerpo Gobernante.  Al principio no me atreví a leerlo; pero al hojearlo y ver que el autor trataba con gran respeto a sus ex compañeros y a los testigos de Jehová en general, la sorpresa hizo que me enfrascara en su interesante lectura. A partir de ahí comenzaron  a disipárseme algunas dudas.

    Posteriormente otro anciano me facilitó el libro ‘Los tiempos de los gentiles reconsiderados’, el cual me sorprendió por la demostración histórica, arqueológica y astronómica de las fechas reales de los acontecimientos bíblicos que la gerencia de los testigos de Jehová adelanta en veinte años para que le cuadren los errados setenta años del cautiverio judaíta en Babilonia.

    El Cuerpo Gobernante aduce que los historiadores andan a tientas y que, como no se basan en la Biblia, no pueden saber la verdad de las fechas. Sin embargo el Cuerpo Gobernante acepta la fecha del 539 a.e.c. para la caída de Babilonia, fecha que la descubrieron los historiadores.

    Las demás fechas de los historiadores no las acepta el Cuerpo Gobernante porque le echa por tierra la teoría de los 70 años, así como la de los 2.520 años de los siete tiempos de Daniel, que equipara a los tiempos de los gentiles. Con ello se les descuelga por completo la fecha de 1914, fecha inventada por religiosos protestantes anteriores a los adventistas y que Russell la recibió a ojos ciegas del adventista Barbour. Igualmente los 70 años y los 2.520 años son invenciones o maquinaciones mentales de religiosos de la que el Cuerpo Gobernante llama Babilonia la Grande.

    En el presente libreto me limito a repetir y resumir, de la manera más sencilla que conozco, lo más sucinto de lo que otros han escrito. Por tal razón me encuentro en deuda con autores como Raymond Franz, Carl Olof Jonsson, Don Cameron y José Yosadit Von Goethe. De este último retomo literalmente, con su permiso, buena parte de los párrafos, por la claridad con que se expresa.

    Podía haber titulado este libreto como ‘La Biblia no dice…’ Y es cierto que la Biblia no lo dice; pero lo dicen Russell, Rutherford, la Watch Tower, el esclavo fiel y discreto, el Cuerpo Gobernante, la Organización… Y la palabra de todos estos se considera como si fuera la de Dios mismo, tanto que, quien no la acepte, es expulsado de la congregación. Después, en un tiempo no muy lejano, esa palabra es cambiada porque se aduce ‘nueva luz’ en el entendimiento. Y así no hay manera de llegar a un conocimiento exacto de la Verdad, porque los cambios en el entendimiento son continuos.

    En realidad los testigos de Jehová no están en la Verdad, sino en el entendimiento de la Verdad. Y ese entendimiento es el de los líderes de la central mundial de los Testigos, que no el entendimiento de los propios Testigos, quienes no pueden pensar independientemente de lo que imponga como doctrina el Cuerpo Gobernante. Ni siquiera pueden investigar imparcialmente la Biblia, si no es con ayuda de las publicaciones de la Watch Tower, y siempre bajo la perspectiva del versátil entendimiento doctrinal del Cuerpo Gobernante.

    Si realmente la Biblia fuera un libro que solamente había de entenderse bajo la perspectiva de una organización religiosa futura, no tiene sentido que se haya escrito miles de años atrás. Un padre no escribe una carta a sus hijos para que la lean las gentes de milenios después y no sus propios hijos.

     La persona de mente abierta y escrutadora descubrirá otros temas interesantes que se me habrán escapado. Con este trabajo solamente pretendo aportar algo de luz a quienes sinceramente buscan la Verdad. Y la Verdad nunca se descubre si se tienen ideas preconcebidas en contra de ella. Este trabajo va especialmente dirigido a los pastores, sean ancianos o superintendentes, de los testigos de Jehová, aunque no dudo que también será de utilidad para quienes no detentan el pastoreo. (Fin del Prólogo).

 

5 comentarios:

  1. Excelente prologo...Deseando leer,gracias Yosadit por esta serie...

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  2. La fecha de 1914 no creo que sea un invento de los protestantes, es más bien de los adventistas,"primos hermanos" de los testigos de Jehova.
    Las iglesias evangélicas que tienen una doctrina sana no suelen dar fechas proféticas. Sólo los "supuesto ungidos" se creen sus propias teorías, las hipótesis calculadas según sus números matemáticos.
    Jesús no dijo que hiciéramos "números y calculos" para entender cuando seria su venida.

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    1. Según consta, el primero que dio la fecha de 1914 fue el protestante evangélico Edward Bishop Elliot. La fecha de 1914 la dio a conocer en su libro 'Horas del Apocalipsis', publicado en 1844. Elliot no era adventista. De su libro tomó la doctrina y las fechas Nelson Horatio Barbour, al principio de los años setenta del siglo XIX, cuando se dio una vuelta por la biblioteca de Londres. Barbour le pasó la fecha de 1914 a Russell.

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  3. Edward Bishop Elliot fue un creyente protestante, se puede decir evangélico. Era un erudito y hacia estudios escatologicos de la Biblia, sobre todo del libro de Apocalipsis.
    Era critico investigador y podría tener sus propias


    interpretaciones o ideas profeticas. Otra cosa es sacarse de la manga con interpretaciones y revelaciones privadas. No creo que el se considerara un elegido o un "ungido" como Russell y todos los supuestos ungidos que le siguieron.
    Si Edward Bishop hizo calculos matemáticos, puso fechas inventadas no lo puedo asegurar, en aquellos tiempos como los de nuestra época habría de todo, pero no todo vale.

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  4. Todo muy interesante. El origen protestante de los testigos es innegable. Barbour conecta a Russell con los adventistas y a su vez con los milleritas, a su vez de origen protestante. No es baladí que en aquellos anos, en aquel lugar y en aquel contexto, surgieran sectas con sus interpretaciones estúpidas ( finales de 1800; Estados Unidos; despertar religioso "mileranista").
    Por otra parte...para cuándo la influencia masónica en la WAtchtower Sr. Von Goethe? Esperaremos ansiosos.

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