Transcripción del libro 'La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914', que será considerado en varias partes. El libro agotó su segunda edición en tres semanas desde que fue presentado.
'La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914'
'La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914'
(PROLOGO, primera parte)
Va a resultar sumamente difícil que el
testigo de Jehová, a quien se le admira, aprecia y respeta, se detenga a leer
esta serie de artículos que fueron publicados en miles de periódicos de habla
hispana, tanto en América como en Europa. De aceptar su lectura, el Testigo
quedaría herido en su amor propio y eso es algo que no puede soportar porque
piensa que solamente él tiene la Verdad. Le da pánico enfrentarse a la realidad
que a propósito se le esconde. Piensa que su Cuerpo Gobernante ya lo ha
investigado todo y que por tanto no hay necesidad de leer nada que no provenga
de ese Cuerpo central de supremos pastores, y más cuando el mismo asegura que
tales lecturas ajenas a la Organización de los Testigos son antibíblicas.
Desafortunadamente el Testigo de a pie
desconoce la verdadera historia de su Organización, salvo aquella parte que se
considera positiva y conviene a los dirigentes. Aquí se cumple el sabio dicho
que reza: ‘Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla’. Pero el
Testigo, no precisamente por su culpa, carece de sentido crítico y hasta cree
que es pecado utilizar el libre intelecto para analizar y sopesar los
argumentos de la parte contraria. Siempre se encuentra supeditado a lo que diga
el Cuerpo Gobernante, a quien debe obedecer a ciegas pensando que el mismo
Jesucristo le escogió como su vocero oficial.
Estos artículos no son más que un resumen,
a modo de aperitivo inicial, de obras tan completas, convincentes y únicas en
su género como, entre otras: ‘Los tiempos de los gentiles reconsiderados’, de
Carl Olof Jonsson; ‘Crisis de conciencia’ y ‘A la búsqueda de la libertad
cristiana’, de Raymond Franz (ex miembro del Cuerpo Gobernante); y ‘Cautivos de
un concepto’, de Don Cameron.
La primera de las obras mencionadas está
considerada por los historiadores, los arqueólogos y los astrónomos como una de
las mejores que sobre la Historia del imperio neobabilonio, entre los reyes
Nabopolasar y Nabonido, se hayan escrito jamás. En ella se demuestra con
multitud de pruebas que Nabucodonosor subió al trono de Babilonia en el año 605
antes de la era cristiana (a.e.c.) y no en el 625 de esa misma era, como
afirman los testigos de Jehová, que son los únicos en el mundo que lo dicen
porque así lo hace creer su Cuerpo Gobernante bajo pena de excomunión de quien
no lo acepte.
La fecha del 605 a.e.c. echa por tierra la
doctrina de que Jesucristo inició su reinado en el cielo en 1914, y como esta
última fecha es uno de los pilares de sus doctrinas, los dirigentes de la
Organización de los Testigos se obligan a mantener la fecha del 625 a.e.c., aun
sabiendo que no están en lo cierto y que llevan la contraria a los
historiadores, que son los que en definitiva dan las fechas, como, entre otras
muchas, la del 539 a.e.c. para la caída de Babilonia, fecha que sí aceptan los
testigos de Jehová, aunque no la del 605 a.e.c. que lleva inexorablemente a la
del 539 a.e.c., ya que desde el inicio del reinado de Nabucodonosor hasta la
caída de Babilonia en tiempos de Nabonido, transcurrieron exactamente 66 años y
no 86, como la jerarquía jehovista se obliga a defender para que le cuadren los
supuestos 70 años de destierro de los judaítas tras la destrucción de Jerusalén
por Nabucodonosor, 70 años que constituyen uno de los grandes errores que el adventista
Barbour le pasó a Russell y éste a sus Estudiantes de la Biblia y a los
testigos de Jehová.
El fundador de los Estudiantes
Internacionales de la Biblia, Charles Taze Russell, predicaba que 1914 era la
fecha del Armagedón y de la segunda venida de Cristo, hecho que a los testigos
de Jehová les oculta su Organización y en su lugar pregona que en tal año lo
que ocurrió fue el principio del tiempo del fin y la entronización de Cristo en
su reino, aunque tal entronización se predicaba que había acontecido en 1874,
mientras que 1914 era la fecha del arrasamiento de los reinos del mundo en la
batalla de Armagedón, tal como está escrito en la literatura jehovista de aquel
tiempo.
El Armagedón no llegó ni Cristo vino por
segunda vez en 1914, como anunciaban aquellos Estudiantes. De ahí que la fecha
de 1914 quedara descolgada ya en aquel tiempo y además haya quedado descolgada
hoy para muchos Testigos que ni se atreven a preguntar a la superioridad qué
fue exactamente lo que ocurrió en esa fecha y por qué el fin no vino dentro del
tiempo de la generación que vio los acontecimientos de la Primera Guerra
Mundial, habiéndose ahora cambiado el concepto de generación a dos grupos de
ungidos, el primero de los cuales traslapa al segundo, lo que en su fuero interno
muchos testigos de Jehová no aceptan por carecer de lógica tal argumentación
que ha sido impuesta a la fuerza y que mañana puede cambiar.
Esos Testigos callan y continúan en las
filas, más que nada por la cuestión social y familiar. La sola puesta en duda
de esta nueva creencia sobre la generación es motivo más que suficiente para
que la persona implicada sea expulsada de la congregación, con el consiguiente
ostracismo de amigos y familiares, ello a pesar de que el Cuerpo Gobernante
admite que puede equivocarse en materia doctrinal.
Al menos ocho millones de testigos de
Jehová mantienen en buena parte el imperio económico de la Watch Tower y, si el
Cuerpo Gobernante admite que Nabucodonosor ascendió en el 605 a.C., corre el
riesgo de quedarse sin feligreses, debido a que se les descuelga la fecha de
1914. Ya ocurrió en tiempos de Rutherford, en que más del 70% de los
Estudiantes de la Biblia abandonó el movimiento religioso cuando el presidente
de la Watch Tower anunció en 1927, con casi una década de retraso, que
Jesucristo había inspeccionado a todos los Estudiantes de la Biblia (ya que
todos se consideraban ungidos y parte del Esclavo Fiel y Discreto) en 1918 y
que en 1919 los había nombrado sobre sus bienes terrestres. Esto ha sido
trasladado al futuro y la fecha de 1918 suprimida por no ser bíblica, aunque la
fecha de 1919 es consecuencia directa de la de 1919, año éste que el Cuerpo
Gobernante estima hoy como del nombramiento de la jerarquía de la Watch Tower
como el Esclavo Fiel y Discreto, suprimiéndose el entendimiento de que tal
Esclavo venía operando desde el Pentecostés del año 33 de nuestra era.
(Continúa en la 2ª parte)
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