Decididamente, el Armagedón no llegará.
Todo es un mal entendido de la lectura de la Biblia. No hay Armagedón a la
vista y todos nosotros nos moriremos, si no de viejos, de pesadumbre y miseria.
He perdido toda mi vida dando mi tiempo, mis energías y mi futuro a una
Organización que de ninguna manera pudo nombrar Cristo como su vocero. Una
Organización que al final me echa a la calle como a un perro. Me está bien
empleado, por no haber utilizado libremente el intelecto. Y a todos los demás
que conmigo son despedidos de Betel también les está bien empleado, por dejarse
engañar.
Recuerdo ahora el Salmo que dice: ‘No
confiéis en el hombre’. Debí haberlo leído antes de entrar en Betel. De todas
maneras pensaba que, confiando en la Organización, no confiaba en el hombre. Al
final he confiado en el hombre, he confiado demasiado y no he tenido tiempo de
pensar en mí y en mi futuro. Y el futuro ya lo tengo encima. Estoy en la calle,
como un mendigo. Es el pago a mis cuarenta años de servicio. Por la edad no soy
tan viejo; pero me han explotado tanto en Betel que me encuentro cansado.
No sé lo que duraré. No mucho, a juzgar por
las circunstancias. En la Biblia leí que Dios no abandona a los suyos. Ya veo
que sí, aunque no creo que Dios se haya enterado de esto. El está demasiado
lejos, si es que realmente está o existe. Más bien creo que he sido uno de
tantos millones de engañados por un culto que se hace pasar por el vocero de
Dios. En realidad es una empresa como tantas otras. Solamente vela por su
dinero. Y nosotros los engañados hemos sido sus conejillos de indias. Hemos
trabajado gratis y sin derecho a pensión el día de mañana. Y ese día de mañana
es hoy, cuando me echan a patadas de Betel. Le he dicho a la cara a un tipo del
Cuerpo Gobernante que, si yo soy viejo, más viejo es él y no lo echan. Se
enfadó de tal manera que quiso formarme un comité judicial; pero, sabiendo que
me quedaba poco para abandonar Betel, se frenó. Solamente me dijo que cuanto
antes me fuera, mejor. Y eso es lo que hago.
Estoy empacando lo poco que tengo para
salir de ahí mañana mismo. Me enfrentaré a la vida. Es la primera vez que en
realidad me enfrento a ella. No tendré más remedio que vegetar, ya que para
vivir no me alcanzan los medios. No voy a darle la tabarra a ningún hermano,
pues no me ampararía con gusto, a pesar de que la Biblia dice que ‘Dios ama al
dador alegre’. La gente del mundo, en la figura del Estado benéfico, me
atenderá mejor. Al menos no me faltará techo, comida y ropa. Ni me faltará una
pequeña pensión no contributiva. Si es por la Organización de los testigos de Jehová,
me moriría de hambre y frío en un rincón de la calle. He comprobado que ésta no
es la Organización de ningún Jehová, pues demuestra que no tiene amor. El amor
es aparente, de sonrisa para afuera. Yo lo he dado todo por ella y así me trata
ahora, a mí y a otros muchos conmigo. Ya no les servimos para nada y nos
plantan en la calle sin más retribuciones.
El Armagedón me alcanzará. Nos alcanza a
todos cuando nos llega la hora. Bastante Armagedón tengo con lo que me espera.
No creo que la furia de un Dios fuera peor. ¿Y por qué tendría que ponerse
furioso un Dios que ni sabrá si existe la Tierra? Pienso que en realidad somos
el producto de alguna inteligencia venida de no se sabe dónde y que cambió los
cromosomas a algún tipo de mono antiguo que era más espabilado que cualquier
otro mono de su generación. ¡Ah, la generación..! Hasta eso han cambiado los
jerifaltes del Cuerpo Gobernante. Cambian de doctrina como de americana para
que no decaiga el imperio económico al que sirven y del que dependen. Son todos
unos chaqueteros sin escrúpulos. Lo están demostrando.
Dice usted que ha perdido toda su vida dando tiempo, energia y su futuro a una organización.....?
ResponderEliminar¿ No me dijo en un comentario que no era ni había sido testigo de Jehová ? ¿ Cómo puedo creer todo lo que escribe? ¿ A sido maestro y ahora es periodista ? No puede ser usted mas claro ?