domingo, 4 de agosto de 2019

Del libro BASES DOCTRINALES DE LOS TJ (37)


El escabroso tema de la sangre
entre los testigos de Jehová

    Uno de los textos en los que se basan los testigos de Jehová para sostener la prohibición de las transfusiones de sangre se encuentra en Hechos de Apóstoles 15:29, donde se lee, según la TNM (Traducción del Nuevo Mundo de los testigos de Jehová): ‘Sigan absteniéndose… de sangre’.
    Para los Testigos, abstenerse de sangre es no aceptar sangre de ninguna clase, incluída la de humanos. Sin embargo los apóstoles en el texto de Hechos 15 se están refiriendo única y exclusivamente a la sangre de animales sacrificados para comer. No se refiere a la sangre de humanos que hubieran de ser sacrificados.
    Esa abstención de sangre de animales iba destinada a los cristianos gentiles de Antioquía, que comían carne de animales no desangrados y tal cosa escandalizaba a los cristianos judíos. Para evitar el escándalo, se acordó que los cristianos gentiles no consumieran sangre o carne de animales no desangrados al menos en la presencia de cristianos procedentes del judaísmo.
    Mas adelante el apóstol Pablo escribió que se consumiera todo lo que se expendía en las carnicerías, y era habitual que en las carnicerías se vendiera carne de animales no desangrados o al menos no desangrados convenientemente. Y Pablo también escribió que la antigua Ley había sido clavada al instrumento de suplicio de Jesucristo, lo que significaba que no se aplicaba a los cristianos. Y eso incluía la prohibición judía de consumir sangre.
    En una transfusión de sangre no se mata previamente a ser humano alguno. No es lo mismo que en el caso de los animales, donde la antigua Ley exigía que se vertiera la sangre en tierra, lo que significaba que quien mataba al animal no era responsable de su muerte. En cambio sí era responsable si consumía su sangre. Sin embargo los gentiles sí podían consumir animales no desangrados y cuando un israelita hallaba un animal muerto y no desangrado debía dárselo a los que no eran del pueblo de Israel.
    En Génesis se lee que Dios le dio al hombre el alimento vegetal y no el animal. Después del Diluvio le permitió comer carne de animales, a condición de que los desangrase y vertiese la sangre en tierra. De esa manera el hombre que mataba un animal para comer no era responsable de la muerte de dicho animal. Pero si comía la sangre, se hacía responsable de esa muerte.
    Si en Génesis 9 aparece la prohibición supuestamente dada a Noé de consumir sangre, se debe a que el texto tuvo que haber sido incluído ahí por los judíos muchos siglos después. Dios no pudo haber decretado que no se consumiera sangre, pues de otra manera no hubiera permitido que su hijo Jesús diera su sangre por la humanidad.
    Toda prohibición del consumo de sangre o del consumo de animales no desangrados proviene en realidad de los judíos y estos escribieron que tal prohibición era una ley de Dios. Pero Pablo dijo que la antigua Ley no rezaba para los cristianos, aunque los Testigos aseveren que se guían por ‘principios’. Pero los principios no son ley.
    Una transfusión de sangre no es lo mismo que comer sangre. En la transfusión la sangre pasa directamente al torrente sanguíneo. En el acto de comer, la sangre se descompone mediante la digestión.
    Dado que en las transfusiones no se mata a nadie, quien recibe la transfusión no es responsable de ninguna muerte. La sangre aporta vida al organismo. Jesucristo dijo que quien no bebiera su sangre no tenía parte con él, si bien se trataba de un simbolismo. Pero el caso es que Jesucristo habló de ‘beber su sangre’.
    Desde 1945 la dirigencia de los testigos de Jehová tiene prohibidas las transfusiones. En un principio decía esta dirigencia que tomar las fracciones de la sangre, como las albúminas, era pecado craso que la Biblia condena. Hoy día dice que no es pecado y deja las albúminas a la conciencia de la persona. A partir de mediados de 1961 comenzaron las expulsiones de quienes se transfundían.
    Desde entonces ha habido miles de muertes entre los testigos de Jehová que se han negado a ser transfundidos. Mueren pensando que son fieles a Dios, en la creencia de que El prohíbe las transfusiones de sangre. En los años cincuenta y sesenta murieron muchos que no aceptaron una transfusión de albúmina, creyendo que la palabra de Dios lo prohibía. Después la jerarquía de los Testigos dejó el asunto a la conciencia. ¿Quiénes son responsables de todas aquellas muertes?
    El Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, cuerpo que fue creado en 1971, continúa aferrado a la información que daban los antiguos manuales de enfermería, los cuales aún catalogan los componentes de la sangre en: plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Esta catalogación se realiza a efectos informativos generales, pero no es del todo científica.




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