martes, 13 de agosto de 2019

Del libro BASES DOCTRINALES DE LOS TJ (46)


La Biblia no dice que existiera un
cuerpo gobernante cristiano
en la Jerusalén del primer siglo

    La organización de los testigos de Jehová enseña que el Cuerpo Gobernante viene del primer siglo y que los apóstoles eran el Cuerpo Gobernante en Jerusalén. En la Biblia no aparece la expresión ‘cuerpo gobernante’. Ni siquiera la idea.
    Si hubiera existido en Jerusalén un cuerpo gobernante cristiano en el primer siglo, éste sería el que habría ordenado al apóstol Pablo que predicase la palabra de Dios por las naciones y les informase de vuelta el resultado. Es decir, que Pablo tendría que haber partido de Jerusalén para predicar y regresar a Jerusalén a informar de los resultados de la gira a ese cuerpo gobernante de apóstoles.
    Sin embargo fue el propio Jesucristo el que directamente le encargó a Pablo que se dirigiese a las naciones. Y Pablo partió, no de Jerusalén, sino de la congregación de Antioquía. Además fue en Antioquía donde surgió el nombre de ‘cristianos’, tal como se lee en Hechos 11:26: ‘Fue primero en Antioquia donde a los discípulos, por provisión divina, se les llamó cristianos’. Si había un cuerpo gobernante en Jerusalén, lo más lógico es que el nombre de ‘cristianos’ hubiera surgido en Jerusalén.
    Así que Pablo recorrió las naciones partiendo de la congregación de Antioquía y a esta congregación es a la que informaba cuando regresaba de sus largos viajes. En la Biblia también leemos que Pablo y Bernabé nombraban ancianos en las congregaciones (Hechos 14:23). Si hubiera un cuerpo gobernante en Jerusalén, éste es el que debería haber nombrado ancianos.    
    Y cuando Pablo subió a Jerusalén y se entrevistó con los apóstoles fue para aclarar por qué razón unos predicadores de Jerusalén habían ido a Antioquía a decir que los cristianos deberían circuncidarse. Al final, Pablo y los apóstoles acordaron que no era necesaria la circuncisión y los apóstoles le firmaron una carta en la que de paso se abordaba la cuestión de que los cristianos gentiles deberían abstenerse de comer carne no desangrada o sangre para no herir los sentimientos de los cristianos judíos. Y Pablo partió de nuevo para Antioquía.  
    No existe nada en el relato de Hechos de Apóstoles que diga que un cuerpo gobernante de Jerusalén emitía edictos a las congregaciones de todo el mundo. Cada congregación funcionaba independientemente porque no existía un cuerpo gobernante central que las dirigiera. El primer cuerpo gobernante que existió fue el de la Iglesia Católica, en el siglo IV.


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