XI
El Cuerpo Gobernante de los testigos de
Jehová interpreta el texto de Jeremías 25:11 y 12 según la doctrina recibida de
la Watch Tower, de Russell y del adventista Barbour. Somete la Biblia al
entendimiento de la organización religiosa, en lugar de que la organización se
someta a la Biblia. Por esa razón se obliga a cambiar constantemente las
doctrinas aduciendo que los líderes han recibido más luz.
Las doctrinas de hoy no son las que los
Estudiantes de la Biblia tenían en 1919, cuando hipotéticamente Jesucristo los
nombró como su esclavo fiel y como su canal único de comunicación con Dios. La
suprema deidad no necesitaría esperar diecinueve siglos para que el hombre al
fin entendiese lo escrito en la Biblia. De esperar diecinueve siglos, Dios no
habría hecho que se escribiera la Biblia con tanta antelación. La hubiera
inspirado justamente en el siglo diecinueve, cuando se presentó Russell como
pretencioso restaurador del cristianismo primitivo.
Russell no contactó con ningún esclavo fiel
y discreto que viniese existiendo desde el siglo primero, que es lo que el
Cuerpo Gobernante enseñaba tiempo atrás. Y dado que a Russell se le consideraba
el esclavo fiel y discreto, pero no contactó con la línea del esclavo fiel que
existía desde el siglo primero, se llega a la conclusión de que en tiempos de
Russell había dos líneas de esclavos fieles y discretos: la del siglo primero y
la de Russell. Esto no podía ser posible y el Cuerpo Gobernante cambió la
doctrina del esclavo. Ahora el esclavo fiel y discreto no viene del siglo
primero, sino que fue nombrado en 1919. Por tanto Russell queda fuera de juego.
Pero retomemos el hilo y vayamos a Jeremías 25:11-12, donde se lee
textualmente, según la TNM: ‘… y estas naciones tendrán que servir al rey de
Babilonia setenta años. Y tiene que ocurrir que, cuando se hayan cumplido
setenta años, pediré cuentas al rey de Babilonia y a aquella nación’.
Aquí el Cuerpo Gobernante hace entender a
la grey que se habla del destierro de los judaítas y de que estuvieron 70 años
cautivos en Babilonia; dice además que las cuentas se le pidieron al rey de
Babilonia en el año 537 a.e.c., cuando los judaítas fueron liberados del
cautiverio.
En primer lugar, en el texto no aparece la
palabra destierro ni la palabra Judá. Jeremías habla de ‘estas naciones’. ¿Qué
naciones? Todas las que Babilonia había conquistado a Asiria. Estas naciones
estaban sirviendo antes al rey de Asiria. Ahora, al ser conquistadas por
Babilonia, dichas naciones se obligaban a servir al rey de Babilonia. Eso no
significa que las naciones fueran al destierro. De hecho ninguna de esas
naciones fue al destierro, salvo la nación de Judá, cuyos habitantes de
Jerusalén fueron llevados al cautiverio porque no estaban sirviendo al rey de
Babilonia.
Servir al rey de Babilonia implicaba
cumplir las leyes babilonias y pagar los tributos correspondientes, algo que
las naciones conquistadas hacían antes con el rey de Asiria. Servidumbre no es
lo mismo que destierro. El profeta escribe en Jeremías 27:11 lo siguiente: ‘Y
en cuanto a la nación que ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y
realmente le sirva, yo también ciertamente la dejaré descansar sobre su suelo
-es la expresión de Jehová- y ciertamente lo cultivará y morará en él’.
Jeremías aclara perfectamente lo que era
servidumbre. Era someterse al rey de Babilonia, pero no en el destierro, sino
en la propia tierra de cada cual, por lo que podía cultivarla y morar en ella. La
nación de Judá no se sometió al rey de Babilonia, es decir, no le sirvió, como
hacían las demás naciones, y por eso Nabucodonosor tuvo que castigar a dicha
nación llevando a sus habitantes al destierro y, en el año 18 de su reinado,
destruyendo Jerusalén y desterrando a más habitantes. En total fueron 4.600
personas las que Nabucodonosor se llevó al destierro en tres tandas, como
indica Jeremías. Si Judá hubiera servido al rey de Babilonia, no habría sufrido
el castigo del destierro y del arrasamiento de Jerusalén.
Así que Jeremías 25:11 nada indica del
destierro de los judaítas. El texto se refiere a que las naciones que Babilonia
había conquistado a Asiria servirían ahora al rey de Babilonia, tal como antes
habían estado sirviendo, cada cual en su propia tierra, al rey de Asiria. Los
70 años aluden a la duración del nuevo imperio babilonio tras anexionarse el
último bastión de Asiria, que fue la ciudad de Harrán.
En cuanto al versículo 12 (‘cuando se hayan
cumplido setenta años pediré cuentas al rey de Babilonia’), el Cuerpo
Gobernante exige que sus fieles crean que Jeremías se refiere a que las cuentas
al rey de Babilonia se le pidieron en el 537 a.e.c., cuando los judaítas
salieron del destierro. Pero eso es imposible, ya que para el 537 a.e.c. no
existía el rey de Babilonia y por tanto no se le pudieron pedir cuentas en ese
año.
Al rey de Babilonia se le pidieron cuentas,
es decir, dejó de gobernar, en el año 539 a.e.c., cuando Ciro conquistó
Babilonia. En ese año 539 se cumplieron por tanto los 70 años que indica
Jeremías, ya que el texto dice: ‘Cuando se hayan cumplido setenta años pediré
cuentas al rey de Babilonia’. ¿Cuándo se le pidieron cuentas a este rey? Cuando
se cumplieron los 70 años. Si las cuentas se le pidieron en el 539 a.e.c.,
cuando dejó de reinar, quiere decir que los 70 años de Babilonia habían
comenzado en el 609 a.e.c.
Si hemos de aplicar los famosos 2.520 años
que el Cuerpo Gobernante asegura que son bíblicos -pero que están fundamentados
en la numerología ocultista y fueron invento de Brown en 1823-, tal cantidad de
años habría que sumarla al 609 a.e.c. y llegaríamos al 1912 como hipotético año
en que habría de aparecer Jesucristo por segunda vez. Evidentemente, no llegó
en ese año. Ni llegó tampoco en 1914. Tal fecha se mantiene debido a que se
cree que cumple profecía bíblica al haberse iniciado la Primera Guerra Mundial.
Como Cristo no llegó en 1914, que era lo
que en su tiempo predicaba Russell, la Watch Tower cambió el significado de ese
año presentándolo como el año del inicio del tiempo del fin, pero que el fin
llegaría antes de que pasase la generación que vio los acontecimientos de 1914.
Esa generación ya pasó y el Cuerpo Gobernante se vio obligado a cambiar la
doctrina cuando constató que todo lo anunciado era falso. Ahora se predica que
la generación la componen dos grupos de ungidos, el mayor en edad de los
cuales, y que vivió en 1914, traslapa al menor. Cuando pase el tiempo y el fin
no llegue, el Cuerpo Gobernante se obligará a añadir un tercer grupo traslapado
y después un cuarto. Y todo porque no decaiga el imperio económico al que
realmente sirve.
La línea de razonamiento es impecable, y las conclusiones inapelables. El autonombrado EFD no es más que un fraude que se perpetúa en el tiempo manipulando y controlando el flujo de información que permite llegar hasta sus marionetas.
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