(Continuación de los capítulos del libro)
IX
El Cuerpo Gobernante de los testigos de
Jehová sostiene que los 70 años mencionados en Jeremías 29:10 se refieren al
tiempo en que los judaítas estuvieron desterrados en Babilonia después de que
Nabucodonosor se los llevara allí cuando destruyó Jerusalén en el año 18/19 de
su reinado.
El texto en cuestión es parte de una carta
que Jeremías dirigió a los desterrados de Jerusalén, tal como indica Jeremías
29:1. Ahora bien, este versículo 1 dice que Jeremías escribió la carta desde
Jerusalén, lo que significa que, si Jeremías escribía a los desterrados del año
18/19 de Nabucodonosor, viviría en Jerusalén entre ruinas, ya que el rey
babilonio había destruido la ciudad y su templo.
Eso también significa que ya no había rey
en Jerusalén ni apenas gente que llevar al destierro. Sin embargo el versículo
16 de ese capítulo especifica: ‘Esto es lo que dice Jehová al rey que se sienta
en el trono de Jerusalén y a sus hermanos que no han salido con ustedes al
destierro’. Nótese que Jeremías habla en tiempo presente. No dice ‘esto es lo
que decía Jehová al rey que se sentaba en Jerusalén’.
Todo lo anterior demuestra que cuando
Jeremías escribió su carta a los desterrados sí había rey y habitantes en
Jerusalén y por tanto la ciudad aún no estaba destruída. La razón de ello es
que Jeremías escribía su carta en el año cuarto de Sedequías y aún faltaban
siete años para que Nabucodonosor destruyera la ciudad. El versículo 2 del
capítulo 29 aclara a quiénes dirigía el profeta su misiva: ‘Después que
Jeconías el rey, y la dama, y los oficiales de la corte -los príncipes de Judá
y Jerusalén- y los artífices y los constructores de baluartes hubieran salido
de Jerusalén’. ¿Quién es este rey Jeconías? Porque el rey de Jerusalén cuando
Nabucodonosor la destruyó era Sedequías, no Jeconías.
Una nota de referencia en la columna
central de textos de la página de la TNM (Traducción del Nuevo Mundo) remite a
2 Reyes 24:8 y siguientes. Ahí se lee: ‘Dieciocho años de edad tenía Joaquín
cuando empezó a reinar y por tres meses reinó en Jerusalén… Durante aquel
tiempo los siervos de Nabucodonosor el rey de Babilonia subieron a Jerusalén,
de modo que la ciudad llegó a estar sitiada. Y Nabucodonosor el rey de
Babilonia procedió a llegar… Por fin Joaquín el rey de Judá salió al rey de
Babilonia, él con su madre y sus siervos y sus príncipes y sus oficiales de la
corte; y el rey de Babilonia finalmente lo tomó en el año octavo de ser él rey…
y se llevó al destierro a toda Jerusalén y a todos los príncipes y a todos los
hombres valientes y poderosos… y también a todo artífice y edificador de
baluartes. A nadie se había dejado atrás excepto a la clase de condición
humilde de la gente de la tierra’.
La misma Biblia indica que Jeconías y
Joaquín eran la misma persona y que Jeremías escribía por tanto a los
desterrados de Jerusalén del año ocho de Nabucodonosor. En ese año el rey de
Babilonia puso a Sedequías en el trono de Jerusalén. Y en el año cuarto de
Sedequías es cuando Jeremías escribió a los desterrados. Estos desterrados no
eran, pues, los del año 18/19 de Nabucodonosor, que fue cuando el rey babilonio
destruyó Jerusalén.
Ello quiere decir que los 70 años de los
que habla el texto de Jeremías 29:10, de aplicar, aplicarían a los desterrados
del año ocho, no a los del año dieciocho o diecinueve de Nabucodonosor. Si el
texto se entiende como que los judaítas estuvieron 70 años en el destierro,
quiere decir que los desterrados a los que escribía Jeremías tenían que haber
salido de Babilonia once años antes, que no salieron porque Ciro aún no había
conquistado la ciudad. Por lo tanto, de ser el caso, los desterrados que
recibieron la carta de Jeremías habrían estado en el destierro 81 años. Pero
eso no está de acuerdo con lo que dice el profeta en Jeremías 25:12, donde se observa
que no se podía servir al rey de Babilonia más de 70 años.
El texto de Jeremías 25:12 aclara que
‘cuando se cumplan los setenta años, pediré cuentas al rey de Babilonia’. Pedir
cuentas a un rey significa que ya no iba a reinar más. Y esas cuentas, cuando
dejó de reinar, se le pidieron en el año 539 a.e.c., que fue cuando cayó
Babilonia a manos de Ciro. Sin embargo el Cuerpo Gobernante de los Testigos
enseña que las cuentas al rey de Babilonia se le pidieron en el año 537 a.e.c.,
cuando se supone que los judaítas salieron del destierro.
Pero en el 537 a.e.c. ya no existía el rey
de Babilonia y por tanto no se le pudieron pedir cuentas en ese año. Las
cuentas se le pidieron en el 539 a.e.c. y en ese preciso año se cumplían los
famosos 70 años, los cuales se refieren al tiempo en que Babilonia tuvo en
servidumbre o sujeción a las naciones. Los 70 años no se refieren al destierro
de los judaítas. Eso es un error que el adventista Barbour le coló a Russell,
sin que éste investigara si el asunto era verdad o no, dado que Russell no
tenía gran conocimiento de la Biblia. De haberlo tenido, Barbour no le hubiera
engañado tan fácilmente. Y ese error de los 70 años considerados como años del
destierro de los judaítas después de la destrucción de Jerusalén pasó a los
sucesores de Russell y a los testigos de Jehová, sin que éstos tampoco
investigaran.
Se ha expuesto que la principal base
doctrinal de los testigos de Jehová es el concepto de los 70 años de destierro
de los judaítas tras ser destruida Jerusalén en el año 18/19 del reinado de
Nabucodonosor. Esta base ha dado lugar a las fechas 607-537 a.e.c., 1914, 1918
y 1919. La fecha de 1918, considerada como el año de la inspección de
Jesucristo a su esclavo fiel y discreto, ha sido suprimida por el Cuerpo
Gobernante. Dicha fecha fue un invento de Rutherford, el segundo presidente de
la Watch Tower. Pero la fecha de 1919 es consecuencia de la de 1918 y también
fue invención de Rutherford en 1927. O sea, que las fechas de 1918 y 1919 las
dio Rutherford casi una década después. Como la fecha de 1918 era falsa y la de
1919 se basa en ella, significa que la fecha de 1919 también es falsa.
En 1919 no existían los testigos de Jehová.
Los afiliados a la Watch Tower Bible eran entonces los Estudiantes
Internacionales de la Biblia. En 1931 a los Estudiantes de la Biblia que no
habían abandonado el movimiento religioso (tan solo quedó el 27%) se les cambió
el nombre a testigos de Jehová. Y estos Estudiantes no estaban enseñando la
verdad en 1919. Si lo que enseñaban era verdad, esa verdad no tenía que haber
cambiado con el tiempo. Hoy ya no se enseña lo que los Estudiantes de la Biblia
enseñaban en 1919. La pregunta es: ¿Cómo pudo Jesucristo nombrar a nadie como
su esclavo fiel y discreto y vocero oficial en 1919 si no estaba enseñando la
verdad?
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