XV
Con referencia al rey Nabucodonosor, que
destruyó Jerusalén en el año 18/19 de su reinado, en 2 Crónicas 36:20-21 se
lee, según la TNM: ‘A los que quedaron de la espada se los llevó cautivos a
Babilonia y llegaron a ser siervos para él y sus hijos hasta que la realeza de
Persia empezó a reinar, para cumplir la palabra de Jehová por boca de Jeremías,
hasta que la tierra hubo pagado sus sábados. Todos los días de yacer desolada
guardó sábado, para cumplir setenta años’.
Los testigos de Jehová aquí entienden,
porque así se lo enseñan, que los judaítas que Nabucodonosor se llevó a
Babilonia cuando destruyó Jerusalén estuvieron 70 años en el cautiverio. La TNM
de los Testigos traduce el texto de 2 Crónicas precitado según la doctrina que
predica al respecto y da a entender que la tierra estuvo desolada y guardó
sábado durante 70 años. Sin embargo, los manuscritos hebreos no dicen eso.
Otras versiones bíblicas más acordes con
los manuscritos hebreos vierten el texto de la siguiente manera (por ejemplo,
la Reina Valera 1960): ‘Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos
a Babilonia y fueron siervos de él y de sus hijos hasta que vino el reino de
los persas, para que se cumpliera la palabra de Jehová por boca de Jeremías,
hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su
asolamiento reposó hasta que los setenta años fueron cumplidos’. Gran parte de
las traducciones y versiones bíblicas dicen lo mismo y terminan el texto
diciendo: ‘Hasta que se cumplieron los setenta años’.
Dado que aquí se menciona a Jeremías, el
texto por lógica ha de entenderse como sigue: ‘Hasta que se cumplieron los
setenta años… de los que habla Jeremías’. Y Jeremías habla, no de setenta años
de destierro de los judaítas, sino de setenta años de duración del imperio
babilonio tras haberse anexionado Babilonia la última ciudad de Asiria, Harrán,
en el 609 a.e.c.
El texto dice que los cautivos lo fueron
‘hasta que vino el reino de los persas’. O, como lo vierte la TNM, ‘hasta que
la realeza de Persia empezó a reinar’. Y la realeza de Persia empezó a reinar
en Babilonia en Octubre del 539 a.e.c., que fue cuando Ciro conquistó la gran
ciudad del Eufrates. Por tanto los 70 se años se cumplían justamente cuando
Persia comenzó a reinar en Babilonia, o sea, en el 539 a.e.c. No dice el texto
que los judaítas estuvieron 70 años en el destierro. No dice el texto cuánto tiempo
estuvo la tierra desolada o en reposo. La tierra estuvo en reposo dentro de los
70 años de duración del imperio babilonio, pero no se dice cuánto tiempo estuvo
la tierra en reposo o en desolación dentro de ese lapso de 70 años.
El Cuerpo Gobernante aduce que los setenta
años se cumplieron en el 537 a.e.c., que a su entender fue el año de la
liberación del cautiverio. Pero el texto de Crónicas especifica que los
cautivos lo fueron ‘hasta que la realeza de Persia empezó a reinar’, lo cual
sucedió en el 539 y no en el 537 a.e.c. Esto continúa siendo un mal entendido
que el adventista Barbour le transmitió a Russell, sin que éste investigara,
aunque Barbour hablaba de la fecha del 536 a.e.c. como año de la liberación. El
Cuerpo Gobernante, aún a sabiendas de que lo que enseña no es cierto, sigue
aferrado a la idea de que los judaítas estuvieron 70 años en el destierro tras
el arrasamiento de Jerusalén y, con tal doctrina en mente, interpreta el
mencionado texto de 2 Crónicas 36:20-21.
El Cuerpo Gobernante de los testigos de
Jehová adapta la Biblia a su propia doctrina preconcebida, cuando debería ser
al revés. Por eso cuando cambia de doctrina se impone realizar una nueva
versión de la Biblia, que es lo que ha sucedido con la biblia de tapas plateadas
recientemente aparecida. Si la anterior era, según su criterio, la mejor
traducción bíblica del mercado, ¿por qué esta nueva versión?
Otro texto que el Cuerpo Gobernante cita
como hipotética prueba de que los judaítas estuvieron 70 años desterrados en
Babilonia tras la destrucción de Jerusalén es el que aparece en Daniel 9:1-2,
donde se lee: ‘En el primer año de Darío… yo mismo, Daniel, discerní por los
libros el número de los años acerca de los cuales la palabra de Jehová había
ocurrido a Jeremías el profeta, para cumplir las devastaciones de Jerusalén, a
saber, setenta años’.
Daniel cita a Jeremías y Jeremías habla de
70 años de duración del imperio babilonio, no de 70 años de cautiverio de los
judaítas. Daniel, por tanto, está de acuerdo con Jeremías en que los 70 años se
refieren a Babilonia y no a los desterrados. El profeta Daniel habla también de
las ‘devastaciones de Jerusalén’, en plural. No dice que transcurrieron setenta
años desde la ‘devastación’ de Jerusalén del año en que Nabucodonosor la
arrasó. Las devastaciones de Jerusalén fueron varias y Daniel especifica que ya
estaban cumplidas, es decir, terminadas, debido a que Babilonia había caído y
se le acabaron los 70 años de reinado. Esas devastaciones se dieron en el lapso
de los 70 años de Babilonia, que es a lo que Daniel se refiere.
De nuevo los dirigentes de los testigos de
Jehová adaptan la Biblia a su doctrina en el texto de Daniel 9:1-2. Las demás
versiones bíblicas traducen (por ejemplo, la Biblia de las Américas): ‘Yo,
Daniel, pude entender en los libros el número de los años en que, por palabra
del Señor que fue revelada al profeta Jeremías, debían cumplirse las
desolaciones de Jerusalén: setenta años’. Aquí no aparece la expresión ‘a
saber’, que inserta el equipo redactor de la TNM. El texto dice simplemente que
las desolaciones de Jerusalén, en plural, debían cumplirse o terminarse en un
periodo de 70 años, es decir, dentro de los 70 años de los que habla Jeremías,
70 años referidos a la duración del imperio babilonio, no 70 años de duración
del destierro de los judaítas después de que Nabucodonosor arrasara Jerusalén,
ya que no transcurrieron 70 años desde la destrucción de la capital judaíta
hasta la caída de Babilonia.
La Historia, La Arqueología y la Astronomía
demuestran sin género de duda -y en esto están de acuerdo cada vez más ancianos
y superintendentes de los testigos de Jehová, aunque lo silencian ante la grey-
que Nabucodonosor había ascendido al trono de Babilonia en el año 605 a.e.c. Y
como arremetió contra Jerusalén en su año 18 de reinado, tal año lleva al 587
a.e.c. como fecha de esa destrucción. El historiador Josefo en su obra ‘Contra
Apión’, que fue la última que escribió, aclara que los cimientos del nuevo
templo se pusieron ‘50 años después de haber sido destruido el templo
anterior’, cuando ya los judaítas hacía un año que habían salido del
destierro.
Así que, ni en 2 Crónicas 36:20-21 ni en
Daniel 9:1-2 dice la Biblia que los judaítas permanecieron 70 años desterrados
en Babilonia. Lo que ambos textos dicen en realidad es que las desolaciones y
penurias de los judaítas acontecieron dentro del periodo de 70 años de
Babilonia como imperio mundial.
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