XVII
Resumen de los fundamentos
doctrinales
de los testigos de Jehová (2)
3.- Los mal estimados 2.520 años entre el
606 a.e.c. y 1914.
En 1844 el estudioso bíblico Edward B. Elliot
publicó su obra ‘Horas con el Apocalipsis’. Elliot fue el primero en afirmar
que los siete tiempos que el profeta Daniel había aplicado al rey Nabucodonosor
tenían un cumplimiento mayor y se extendían del 606 a.e.c. hasta 1914, año este
último que calculó como el del regreso de Cristo y del Armagedón. Elliot fue
también el primero en equivocarse en el cómputo, ya que al no tener en cuenta
que no existió un año cero entre las presumibles épocas anterior y posterior a
Cristo, asumió que entre el 606 a.e.c. y 1914 mediaban 2.520 años, cuando en
realidad había un año menos, es decir, 2.519 años.
Para Elliot, como lo fue para su antecesor
Birks, el año 606 a.e.c. era el de ascenso de Nabucodonosor al trono de
Babilonia, en tanto que los historiadores demostraban que el año de ascenso de
Nabucodonosor fue el 605 a.e.c. El 536 a.e.c. lo consideraba Birks como el año
de la liberación de los cautivos judíos. Elliot, pues, perpetuó el error de que
entre el inicio del reinado de Nabucodonosor y el tiempo de la liberación de
los judaítas del yugo babilonio mediaban 70 años. Entre el año de ascenso de
Nabucodonosor y la caída de Babilonia transcurrieron 66 años, aunque la salida
de los judaítas del destierro aconteció algún tiempo después. Este lapso nunca
fue de 70 años.
Con todo, Elliot conocía las fechas que los
historiadores habían aplicado a la toma de Harrán, el 609 a.e.c., y a la caída
de Babilonia, el 539 a.e.c. Así que, como Nabucodonosor arrasó Jerusalén en el
año 18/19 de su reinado, Elliot sabía que dicha destrucción había acontecido en
el 587 a.e.c. El 606 a.e.c. no era para Elliot el del arrasamiento de
Jerusalén, sino el año de ascenso de Nabucodonosor. Los errores computados por
Elliot pasaron a otros escrutadores bíblicos, entre ellos al adventista Nelson
Horatio Barbour, que había sido discípulo del creador del adventismo, William
Miller, del cual se había separado cuando ni en 1843 ni en 1844 aconteció el
regreso de Cristo, que pregonaba a los cuatro vientos.
4.- El 606 a.e.c. se convierte en el año 18
de Nabucodonosor.
Nelson H. Barbour, al regresar de
Australia, donde había permanecido tras cortar su relación de Miller, llegó a
Londres, donde en su Biblioteca leyó el libro ‘Horas con el Apocalipsis’ que en
1844 había publicado Edward B. Elliot. De su lectura Barbour aceptó la fecha
del 606 a.e.c. como año del inicio de la servidumbre de la nación de Judá a
Babilonia (servidumbre es sometimiento a Babilonia, que no es lo mismo que
destierro) y el 536 a.e.c. como año de la salida del destierro de los judaítas,
respectivamente.
Barbour no aceptó en principio la fecha de
1914 para el año del regreso de Cristo y el Armagedón, pues para él el año de la
segunda venida de Cristo era el 1874, tal como predicaba. En principio había
establecido para dicha venida el año 1873, pero al no aparecer Cristo, trasladó
el acontecimiento a 1874. Tampoco apareció físicamente el esperado y proclamado
Cristo. Entonces uno de sus adeptos, un tal Keith, recordó haber leído en el
Diaglotón Enfático de Benjamín Wilson que, donde otras biblias traducen
‘venida’, el Diaglotón vertía ‘presencia’. A la vista del vocablo, supuso
Barbour que el regreso de Cristo no fue físico en 1874, sino en espíritu y, por
tanto, en los cielos, donde a su entender había sido hecho rey. Esto le hizo
aceptar el 1914 proclamado por Elliot como año del regreso físico de Cristo a
la Tierra en la batalla del Armagedón, y así lo pregonó de viva voz y por
página impresa.
Con el tiempo Barbour cambió el significado
de los siete tiempos del profeta Daniel dado a los 2.520 años. Para Barbour
estos 2.520 años eran los llamados tiempos de los gentiles, de los que habla
Jesús en el evangelio de Lucas. Barbour supuso que en los días de Jesucristo
estos tiempos ya estaban corriendo. Sin embargo Jesucristo se refería a un
tiempo futuro, a partir de la destrucción de Jerusalén por los romanos en el 70
de nuestra era. Los siete tiempos de Daniel y los tiempos de los gentiles no
son bíblicamente la misma cosa. Pero Barbour así lo creyó, interpretando las
Escrituras a su antojo.
El cambio más significativo que hizo
Barbour con respecto al año 606 a.e.c., que se venía pregonando como el año de
ascenso de Nabucodonosor, aunque en realidad no lo era, fue el de publicitar
que el año 606 a.e.c. no fue el año de ascenso de Nabucodonosor, sino su año 18
de reinado, en que destruyó Jerusalén y su templo. Barbour partía del supuesto
de que los judaítas que Nabucodonosor se llevó a Babilonia cuando destruyó
Jerusalén estuvieron 70 años en el destierro.
La Biblia no dice que los judaítas
estuvieran desterrados 70 años en Babilonia tras la destrucción de Jerusalén.
Los 70 años se refieren al tiempo en que Babilonia dominó como imperio tras
conquistar la última ciudad de Asiria, Harrán. Pero Barbour pregonó que los
judaítas habían pasado 70 años en el cautiverio, dado su escaso conocimiento
bíblico y su menos escaso conocimiento de la Historia. De todas maneras, a
Barbour le interesaba más captar lectores para su revista ‘El Heraldo de la
Mañana’ que la propia verdad bíblica y consideró que sus revolucionarias
teorías harían que la revista se vendiera más.
Barbour estableció los fundamentos
doctrinales que posteriormente aceptarían los Estudiantes Internacionales de la
Biblia y más tarde los testigos de Jehová, quienes sobre tales fundamentos
levantaron las demás doctrinas. Dichos fundamentos no se basan en la Biblia,
aunque así lo parezca para el común de los lectores, sino que se basan en
especulación humana, frenéticamente desatada desde los tiempos de Brown, en
1823. Estos fundamentos o bases doctrinales fueron, en primer término, la
creencia de que los judaítas llevados al destierro en el año 18/19 de
Nabucodonosor, cuando fue destruída Jerusalén, estuvieron 70 años en
Babilonia.
Sobre el anterior fundamento levantó
Barbour las fechas: 606 a.e.c. como el año de la destrucción de Jerusalén, 536
a.e.c. como el año de la liberación de los cautivos, 1874 como el año en que
Cristo comenzó a reinar en el cielo, y 1914 como el año del regreso físico de
Cristo y el Armagedón. Se presuponía que entre el 606 a.e.c. y 1914 mediaban
los hipotéticos 2.520 años de los tiempos de los gentiles; pero Barbour nunca
se dio cuenta de que había un error de un año menos en el cómputo entre los
citados años. Barbour levantó sus fundamentos doctrinales sobre errores que le
pasaron sus predecesores y sobre errores de los que el propio Barbour fue
autor. Y esos errores los transmitió a Russell, que los aceptó como si fueran
palabra del mismo Dios.
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