XIV
Los astrónomos, gracias al diario
astronómico VAT 4956 y a su estudio mediante un sofisticado programa
informático, descubrieron que el año 37 de Nabucodonosor correspondió al 568
a.e.c. Esta fecha está reconocida como la fecha absoluta científica, por estar
comprobada astronómicamente. La del 539 a.e.c., año de la caída de Babilonia,
no es fecha absoluta, como asegura el Cuerpo Gobernante de los testigos de
Jehová, aunque sí es fecha exacta. La nueva fecha del 568 a.e.c., como fecha
absoluta científica, es la que ahora sirve con mayor exactitud a los
historiadores para situar en el tiempo los hechos históricos.
Contra esta científica conclusión de los
astrónomos se levanta la opinión mediocre del profesor de lenguas semíticas
Rolf Furuli, hoy jubilado de la universidad de Oslo, aficionado a la Astronomía,
la Arqueología y la Historia y considerado como el hazmerreir de astrónomos,
arqueólogos e historiadores. Furuli declara sin más en sus libros que el año 37
de Nabucodonosor fue el 588 a.e.c. y no el 568 a.e.c. Es el único en todo el
mundo que defiende la errada fecha del 588 a.e.c. como año 37 de Nabucodonosor.
Y lo hace porque Furuli es testigo de Jehová y no tiene más remedio que estar
acorde con la doctrina de los dirigentes del movimiento. De estar disconforme
con ellos, sería expulsado. La razón de que Furuli defienda sin más el 588
a.e.c. como el año 37 de Nabucodonosor está en que si a ese año 588 se le
añaden 37 años, se llega al 625 a.e.c. como año supuesto del ascenso de
Nabucodonosor.
Aunque histórica y arqueológicamente se
demuestra que los reyes babilonios Nabucodonosor, Evil Merodac, Neriglisar,
Labashi Marduk y Nabonido reinaron en conjunto 66 años, el cuerpo gobernante de
los testigos de Jehová añade incomprensiblemente 20 años a dichos reinados para
alcanzar la fecha de 625 a.e.c. Sin esa fecha, se viene abajo la doctrina de
que Jerusalén fue destruída por los babilonios en el 607 a.e.c., que es la
fecha que por encima de todo establecen los dirigentes de los testigos de
Jehová. Y sin la fecha del 607 a.e.c. no pueden añadirse los hipotéticos 2.520
años del tiempo de los gentiles y llegar así al año 1914 como el del inicio de
la toma del poder real de Cristo en los cielos. Si el Cuerpo Gobernante
admitiera que Nabucodonosor subió al trono en el 605 a.e.c., tendría que
admitir también que Jerusalén cayó en el 587 a.e.c. y por lo tanto los 2.520
años se extenderían hasta 1934, lo que de paso echaría por tierra la pretensión
de que el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová fue nombrado como vocero
exclusivo de Dios en 1919.
En La Atalaya de Octubre y Noviembre de 2011
aparecen sendos artículos que en realidad parecen ser un ‘copiado y pegado’ de
los escritos de Furuli, ya que los miembros del Cuerpo Gobernante, al igual que
los del departamento de redacción, no entienden de cuestiones astronómicas. En
estas revistas se asevera sin pruebas, aparte de que Jerusalén cayó en el 607
a.e.c., que el año 37 de Nabucodonosor fue el 588 a.e.c. ¿Cómo llegan a tal
fecha, cuando está demostrado científicamente que el año 37 de Nabucodonosor
correspondió al 568 a.e.c.? Sencillamente, lo que hacen es aceptar únicamente
las trece posiciones lunares del diario astronómico VAT 4956. Tiempo atrás
decían que el diario no podía ser auténtico por tratarse de una copia de tiempos
posteriores. Pero ahora aceptan las trece posiciones lunares como excusa para
sus no correctas conclusiones. Las demás posiciones, las de los planetas, las
desechan. Precisamente sin tener en cuenta todas las posiciones astronómicas,
tanto las lunares como las planetarias del diario, es imposible calcular fecha
alguna para el año 37 de Nabucodonosor. ¿Cómo así?
La Luna tiene, en la visual terrestre de
las constelaciones, un periodo de traslación llamado Saros, el cual dura 18
años y 10 días. Al cabo de ese tiempo la Luna vuelve a estar en la posición de
18 años antes. Si solamente se tienen en cuenta las posiciones lunares del
diario astronómico VAT 4956 no es posible establecer un cálculo correcto del
año 37 de Nabucodonosor. ¿Por qué? Porque desde el tiempo de Nabucodonosor
hasta hoy han pasado muchos periodos Saros de 18 años. ¿A cuál de ellos se
puede aplicar el año 37 de Nabucodonosor? Es totalmente imposible calcularlo.
En cambio, tomando en cuenta todas las posiciones estelares del diario, jugamos
con un periodo de 25.920 años. Aquí sí es posible determinar el año 37 de
Nabucodonosor, el 568 a.e.c., como año científico absoluto.
De todas maneras, si en el 568 a.e.c. se
dieron las posiciones lunares que establece el diario VAT 4956, el periodo
Saros anterior de 18 años debería haberse dado en el 586 y no en el 588 a.e.c.
El programa informático de los astrónomos arroja que en el 588 a.e.c. no se
dieron las posiciones lunares del diario VAT 4956, pero sí se dieron en el 586
a.e.c. Para ser honesto y en función de las posiciones lunares, Furuli debió
por lo menos haber admitido el 586 a.e.c. como supuesto año 37 de
Nabucodonosor. Pero entonces no le hubiera cuadrado el 625 a.e.c. como
hipotético año de la subida de Nabucodonosor, lo que significaría que tal año
sería el 623 a.e.c., en tanto que la destrucción de Jerusalén se llevaría al
605 a.e.c. y los 2.520 años alcanzarían 1916, con lo que la doctrina del
reinado de Cristo en 1914 se vendría abajo.
Furuli, pues, actuó a sabiendas de que no
estaba contando la verdad, una verdad que el propio Cuerpo Gobernante de los
testigos de Jehová oculta a sus adeptos, cuando sabe perfectamente que
Nabucodonosor subió al trono en el 605 a.e.c. y que Jerusalén sucumbió en el
587 a.e.c. No tiene más remedio que mantenerse en sus afirmaciones, dado que,
con la Sociedad Watch Tower, ha tejido un gigantesco imperio económico mundial,
además de religioso. Reconocer a estas alturas la verdad podría hacer que el
imperio se desmoronase, ya que abandonaría la Organización un ingente número de
testigos de Jehová, al descubrir que se les había estado ocultando la verdad.
Ocurriría como entre los años 1926 y 1927, cuando más del 70% de los
Estudiantes de la Biblia abandonó las filas ante los embustes doctrinales impuestos
a machamartillo por el propio presidente de la Watch Tower, Joseph F.
Rutherford, quien declaraba como palabra de Dios que en 1925 resucitarían los
patriarcas y vendría el Armagedón, para en 1927 afirmar que Jesucristo había
inspeccionado a su esclavo fiel en 1918 y lo había nombrado sobre sus bienes en
1919, algo que estaba fuera de lugar por imponerlo con carácter retroactivo de
casi una década.
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