XII
Ningún texto de la
Biblia, en relación con las fechas que dan los historiadores, remite al 607
a.e.c. como el año en que Nabucodonosor destruyó Jerusalén. En cambio sí hay
textos que permiten concluir, aplicándoles la Historia seglar, que la
destrucción de Jerusalén y su templo, así como el consiguiente segundo gran
destierro de los judaítas, acontecieron en el año 587 a.e.c.
En Esdras 6:15 se lee que el nuevo Templo
de Jerusalén fue inaugurado en el año sexto del rey Darío. El libro ‘Toda
Escritura’ de los Testigos de Jehová señala correctamente, de acuerdo con los
historiadores, que el año sexto de Darío correspondió al 515 a.e.c. Pues bien,
en Zacarías 7:1-3 leemos que, en el año cuarto de Darío, los judaítas llevaban
muchos años ayunando en el mes quinto por la destrucción del Templo de
Jerusalén. Jeremías 52:12 y 13 dice que el Templo fue destruido en el mes
quinto. Según indica Zacarías 7:5, esos muchos años fueron setenta. Ahora bien,
si el año sexto de Darío correspondió al 515 a.e.c., su año cuarto fue el 517
a.e.c. Como los judaítas llevaban setenta años ayunando por la destrucción del
Templo, si al 517 le añadimos 70 años llegamos al 587 a.e.c. como el año de
aquel arrasamiento.
El historiador judío Flavio Josefo escribe
en su obra ‘Contra Apión’, obra que no parecía ser conocida de los
eclesiásticos católicos, quienes por lo tanto no pudieron alterar ciertos
textos como se hizo con otras obras más conocidas de Josefo, escribe que en el
año segundo de Ciro se procedió a los inicios de la reconstrucción del templo
-refiriéndose a la colocación de sus cimientos-, cincuenta años después de
haber sido destruido el templo anterior.
El año segundo de Ciro fue el que iba de la
primavera del 537 a la primavera del 536 a.e.c. Como la colocación de los
cimientos se dio hacia mediados del año, quiere decir que los tales se pusieron
en el 537 a.e.c. Y como habían transcurrido 50 años desde que el anterior
templo fuera destruido, sumándole 50 años al 537 se llega al 587 a.e.c. como
año de la destrucción del Templo.
El
Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová continúa enseñando que el segundo
año de Ciro fue el que mediaba entre Octubre del 537 y Octubre del 536 a.e.c.,
por lo que estima que la colocación de los cimientos tuvo lugar en el 536
a.e.c. y no en el 537 a.e.c. Aún si así fuera, si al 536 le añadimos los 50
años que Josefo dice que estuvo destruido el Templo, llegamos al 586 a.e.c.
como año de la destrucción, pero de ninguna manera al 607 a.e.c.
Por el sistema judío, en que se cuenta el
primer año de reinado a partir de la subida al trono, el año primero de
Nabucodonosor como rey de Babilonia fue el que transcurrió entre Octubre del
539 y Octubre del 538 a.e.c. Por tanto, según el cómputo judío, el año segundo
de Ciro sería el que comenzaba en Octubre del 538 a.e.c. y concluía en octubre
del 537 a.e.c. Por el sistema judío, los cimientos del nuevo Templo fueron
colocados en el 537 a.e.c.
Por el sistema de otras naciones, el año
primero de reinado se contaba a partir de la primavera, en el mes de marzo, que
era cuando empezaba el año civil. El tiempo anterior al inicio de reinado se
denominaba ‘año de ascenso’, aunque más exactamente debería denominársele
‘tiempo de ascenso’ porque incluso podía ser de pocos meses o semanas. No
necesariamente el año de ascenso se refería a 365 días.
El Cuerpo Gobernante supone el inicio del
reinado de Ciro como rey de Babilonia a partir de Octubre del 538 a.e.c. y todo
el tiempo anterior hasta Octubre del 539 a.e.c. lo cataloga como ‘año de
ascenso’, siguiendo el criterio de algunos historiadores que creían que
transcurría un año entero desde el día del ascenso al trono hasta el día del
primer año de reinado. Sin embargo, dado que el primer año de reinado se
iniciaba con la primavera, como ahora saben los historiadores, el primer año de
Ciro por el cómputo babilonio fue de la primavera del 538 a la primavera del
537 a.e.c.
Por tanto, si Ciro decretó la salida del
destierro de los judaítas en su año primero de reinado, tal decreto lo daría en
su tiempo de ascenso sobre Babilonia, después de octubre del 539 a.e.c., o a
principios del año 538 a.e.c., esto es, hacia la primavera. Quiere decir que
los judaítas habrían salido de Babilonia en la primavera del 538 a.e.c., como a
finales de abril o primeros de mayo, alcanzando el grueso de ellos Jerusalén a
tiempo de celebrar la Fiesta de las Cabañas, a principios de Octubre de aquel
año. Les llevaría su tiempo acondicionar calles y casas y preparar la
cimentación del Templo, lo cual dejarían probablemente para después del
invierno. Ello significa que la inauguración de los cimientos la realizarían ya
en el 537 a.e.c., año segundo de Ciro, tanto por el cómputo judío como por el
babilonio.
Si fuera el caso que los judaítas salieron
del destierro en el año 538 a.e.c., como parece lo más probable, y no en el 537
a.e.c., y si fuera también el caso que, según el Cuerpo Gobernante de los
Testigos, estuvieron aquéllos 70 años en el destierro, habría que sumar esos 70
años al 538 y se llegaría al 608 a.e.c. como supuesto año de la destrucción de
Jerusalén, por lo que, al añadir los famosos 2.520 años, se extenderían éstos
hasta 1913 y no hasta 1914. Pero la realidad es que los judaítas que
Nabucodonosor se llevó al destierro en el año 18/19 de su reinado solamente
estuvieron cautivos en Babilonia 49 años, que al decir de muchos teólogos
suponen siete semanas de años. Al año siguiente de haber regresado a Jerusalén,
50 años después de la destrucción del primer Templo, pusieron los cimientos del
mismo.
El nuevo Templo de Jerusalén fue inaugurado,
como bien apunta el libro ‘Toda Escritura’ de la Watch Tower, en el año 515
a.e.c., setenta y dos años después de la destrucción del primero, destrucción
que acaeció en el 587 a.e.c. ó, si fuera el caso de que los judaítas hubieran
realmente salido del destierro en el 537 a.e.c., como señalan la Watch Tower y
el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, la destrucción habría
acontecido en el 586 a.e.c., pero jamás en el 607 a.e.c.
La fecha del 607 a.e.c., como sabemos, fue
impuesta por la Watch Tower en 1943, concretamente por su vicepresidente y
teólogo único, Fréderick W. Franz, a fin de que el cómputo de los 2.520 años
que se venían predicando terminasen justamente en 1914. Antes de 1943 se
enseñaba que los 2.520 años comenzaron en el 606 a.e.c., por lo que existía un
año menos en la cuenta. Se defendía la fecha del 606 a.e.c. como año de la
caída de Jerusalén a manos de los babilonios, fecha que el adventista Barbour
le pasó a Russell y, por tanto, es fecha basada en teología o especulación no
bíblica, y concretamente en la pseudociencia de la numerología ocultista.
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